A pesar de vivir bajo la sombra de obras maestras multimillonarias como las de Disney, la animación internacional de menor costo se elabora con la misma dedicación y, a veces, los mismos resultados. Religatio, corto canadiense que compitió este año en el festival de cortometrajes Cinefiesta, es prueba de esta genialidad que a veces cargan los cortos animados.
Sin embargo, Puerto Rico nunca ha sido un generador fuerte de este tipo de cine. El esfuerzo de llevarlo a cabo siempre se respeta, pero la entrega puertorriqueña ante el género caricaturesco reflejó sus debilidades una vez más con Modern City de Melisa Ramosy Le Dîner Pour Deux (Cena para dos) de Celina Garrido, ambos competidores en Cinefiesta.
Modern City, el más relevante de los dos en términos temáticos, calca nuestro mundo a base de los colores blanco y negro. Luciendo un aspecto estético parecido a la tradicional celebración mexicana del Día de los Muertos, este corto sin diálogo degrada la raza humana a esqueletos cuyas rutinas repetitivas llevarán al protagonista a tener visiones surreales.
Evidentemente, Modern City se coloca como el más ambicioso de los dos. El tipo de animación que escogió su directora muestra poca fluidez fotográfica que puede ser retante para el espectador, pero adecuado para mostrar la automatización robótica en la cual vive la sociedad contemporánea.
Mientras que los visuales de Ramos son interesantes, el corto tiene como norte presentar la rutina lo que lamentablemente significa que muestra repeticiones como parte de su trama. Al volver a las mismas cosas que ya presentó, el filme se torna aburrido y toca una materia que hemos visto hasta en caricaturas infantiles.
Sería cautivador ver el estilo de Ramos empleado en una situación menos común. Sin embargo, Modern City tropieza por su falta de originalidad y termina como un corto familiar cuando puede ser uno impresionante.
Por otro lado, Le Dîner Pour Deux de Garridoatrapa al público con su encanto dulce aunque falla en consistencia profesional. En este corto, nos encontramos con un protagonista cuyos esfuerzos de preparar la mejor cena para su pareja son obstaculizados por un monstruo amigable que habita el apartamento.
Seguramente, el aire francés y los tonos coloridos del cortometraje agradan al espectador a diferencia del mundo frío de Modern City. No obstante, la cinta sufre de las influencias del cine animado que alimentan el trabajo de Garrido.
La imagen esquelética del protagonista junto con sus ojos inmensos y su pollina perfecta reflejan una imagen casi exacta de los personajes de Tim Burton como Victor Van Dort de Corpse Bride o Victor Frankenstein de Frankenweenie. Los personajes de Burton son tan icónicos que no es aceptable trabajar un corto a su imagen y semejanza aunque se le añadan un toque de color.
A la vez, Garrido labora en una línea finaque también le otorga a su corto elementos fantásticos dignos de la cinematografía de Hayao Miyazaki. El monstruo amarillo, cuya idea es representar nuestros secretos engavetados, se acerca a la estética de Burton mientras que también plasma un tipo de pastiche con la imagen del personaje epónimo de My Neighbor Totoro.
Disney y su gran uso de las imágenes generadas a computadora han logrado muchas cosas, pero tristemente también ha opacado el valor de cortos como los que se presentan en festivales como Cinefiesta. Más que los mismos filmes, lo que se sobresale del trabajo de Ramos y Garrido se encuentra en el mero hecho de aportar a la colección de cine animado internacional.