VENICE, EEUU- El buen clima y la quietud de las aguas en el Golfo de México ha permitido que miles de voluntarios encargados de la limpieza del reciente derrame de petróleo en el área puedan continuar hoy la lucha de contener la enorme y creciente mancha de crudo que amenaza con expandirse. Los equipos de trabajo que aguardaban en la costa estadounidense del Golfo de México tuvieron un respiro de unos días, debido a que la mancha de lento avance permanecía quieta en las aguas del Golfo que por ahora están calmadas. “Por el momento, no estamos registrando un impacto en la línea costera por tres días”, dijo ayer el director operativo de BP Plc, Doug Suttles. BP Plc, bajo una fuerte presión del estado de Washington, lucha contra el reloj para contener el daño provocado por el derrame de más de 5,000 barriles diarios de crudo que amenaza la pesca y el turismo en la zona, y está reconfigurando el debate político estadounidense sobre la exploración petrolera mar adentro. La compañía espera que un gigantesco contenedor de acero, fabricado en Port Fourchon, Luisiana, y diseñado para ser ubicado sobre la mayor de las tres fugas en el pozo petrolero en el lecho marino, zarpe hoy y esté operando en los próximos seis días. BP también ha comenzado a perforar un pozo de alivio, pero esta operación podría tardar de dos a tres meses en completarse. Casi 200 embarcaciones repararon ayer kilómetros de barreras flotantes de contención desplegadas a lo largo de las costas del Golfo, intentando frenar la marea negra que se estima tendría al menos una superficie de 208 por 112 kilómetros. Las condiciones favorables no continuarían por mucho tiempo, según las estimaciones. “Los vientos nos están ayudando, pero el jueves comenzarán a ser menos útiles”, comentó en Nueva Orleans el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal. En el Centro Conjunto de Información en Roberts, Luisiana, el oficial de la Guardia Costera, Matthew Schofield, expresó que no se habían tenido reportes de petróleo espeso en la costa. Sin embargo, reguladores ambientales reportaron ayer “un primer avistamiento” de la mancha cerca de las Islas Chandeleur, ubicadas frente a la costa suroriental de Luisiana. Funcionarios locales están preocupados porque otro potencial cambio en la dirección de viento podría amenazar esas islas. Preocupación por la corriente Misisipi, Alabama y Florida también están amenazados por la fuga, que libera petróleo desde el fondo oceánico a un volumen estimado de más de 5,000 barriles (210,000 galones/795,000 litros) por día. Si la mancha entra en contacto con la corriente Loop del Golfo, el petróleo podría llegar eventualmente hasta Miami, en el sur de Florida, o incluso a las islas de la barrera de Carolina del Norte, advirtió Robert Weisberg, un oceanógrafo de la Universidad de Florida del Sur. Por esta razón, miles de voluntarios están movilizados en las costa de Luisiana, Misisipi, Florida y Alabama ante la posible llegada, en las próximas horas, de la mancha de crudo. Según informó el diario español El País, la magnitud y las consecuencias del vertido podrían ser mucho peores que las previstas inicialmente. Directivos de BP reconocieron ayer en el Congreso de EE.UU. que la cantidad de fuel que libera la plataforma podría superar los 40,000 barriles diarios, algunos elevan la cifra incluso hasta los 60,000, ocho veces más que los 5,000 (800.000 litros) calculados tras el hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon el pasado 20 de abril. “Se desconoce exactamente cuando el petróleo entrará en la corriente Loop en la superficie, pero parece ser inminente”, dijo Weisberg, refiriéndose a la corriente prevaleciente en el Golfo. Consultada sobre la posibilidad, una portavoz de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica dijo que la agencia no tiene un pronóstico de que esto ocurra en su ventana de proyección de 72 horas. El secretario del Interior, Ken Salazar, tiene programado visitar hoy refugios de vida salvaje en Alabama y Luisiana, como parte del esfuerzo de la Casa Blanca por mostrar su preocupación por el desastre y mantener la presión sobre BP. La filtración, que aún está a semanas o meses de ser contenida, amenaza con eclipsar la del Exxon Valdez en 1989 en Alaska, el peor derrame petrolero que ha sufrido Estados Unidos hasta la fecha. El debate político sobre el impacto de la exploración petrolera en alta mar fue avivado por el derrame. La senadora demócrata por Luisiana Mary Landrieu respondió a los críticos que piden suspender este tipo de perforación. “Ellos están absolutamente equivocados”, dijo Landrieu a la cadena CNN. “(Poner fin a la perforación) no va a hacer nada por limpiar nuestro medio ambiente, no va a hacer nada por crear trabajos, hará perder trabajos, y no hará nada para que el país esté más seguro y tenga independencia energética, y esas son las cosas que necesitamos hacer”, manifestó Landrieu. El derrame ha obligado al presidente Barack Obama a suspender sus planes de ampliar la perforación de pozos en alta mar, que lanzó recientemente para obtener el apoyo de los republicanos a su legislación sobre clima. Las acciones de BP mostraron ayer señales de estabilización luego de retroceder un 17 por ciento en las dos semanas desde que comenzó el derrame.