En Bolivia, y luego de esfuerzos inconclusos, se ha lanzado la bebida Coca-Colla. Con ingredientes naturales y una producción reducida hasta el momento, este líquido energizante intentará hacerle frente al monstruo de la Coca-Cola en dicho país latinoamericano. El proyecto de la Coca-Colla, cuyo nombre nace de los habitantes andinos llamados collas, es un esfuerzo del gobierno para industrializar la hoja y darle un empuje a los campesinos que trabajan en su cultivo. Aparte de la bebida, con la hoja de coca, se espera que se realicen otros productos para uso interno, sin descartar la exportación. Productos tales como pasta dentífrica o licor de coca. De esta forma, los beneficios de Coca-Colla serán dobles, ya que con su lanzamiento se espera incrementar la extensión del cultivo de la hoja a 8 mil hectáreas más, aparte de las 12 mil establecidas. El presidente de la república, Evo Morales, avala el aumento, pues argumenta que 12 mil hectáreas representan un espacio limitado para cubrir la demanda de un país que tiene esta hoja como parte de su idiosincrasia. Recurso de tradiciones sagradas, efectos curativos y droga La hoja de coca, cultivada en regiones andinas, mayormente en Bolivia y Perú, ha sido víctima de una demonización de proporciones extravagantes en la historia contemporánea de estos países. Su uso se remonta incluso hasta antes del establecimiento del Imperio Inca, estiman que desde hace 3 mil años antes de Cristo. Asimismo, la utilización de esta hoja no se reduce sólo a aspectos curativos y físicos, sino que va más allá, rozando lo religioso. Es común en círculos espirituales que después de masticar suavemente la hoja y extraer su jugo, se realice un diminuto ovillo como ofrenda para la deidad Pachamama en agradecimiento por tanta bondad. Por otra parte, la coca en su estado natural sirve como analgésico, es curativa y posee otras propiedades beneficiosas a la salud. No obstante, los críticos a su cultivo en masa expresan fuertes quejas enmarcadas en el alcaloide que se obtiene de la planta de coca. Como es sabido, muchos narcotraficantes se encargan de sembrar la hoja de forma ilegal para solventar la demanda que tiene su proceso químico que la convierte en cocaína. Detractores hay, siempre los habrá. Pero la Coca-Colla y los demás productos son un paso importante en la desdemonización de esta hoja, cuyo uso mayor, por parte de los habitantes de Bolivia, es legado ancestral.