Entonces, el otro día usted estaba en un tapón escuchando radio AM y lo único que oía era que si “la crudita” pa’ aquí, que si “la crudita” pa’ allá.
Quizás sepa que tiene que ver con el aumento a un arbitrio en la gasolina, y que el lunes la Asamblea Legislativa celebró una sesión extraordinaria en el Capitolio, convocada por el gobernador Alejandro García Padilla. Sin embargo, tanto el Senado como la Cámara de Representantes pidieron recesar hasta el próximo lunes, 1 de diciembre a las 11:00 AM y aprovechar sus vacaciones de Acción de Gracias.
García Padilla anticipa que si no se aprobaba antes del 1ro. de diciembre el aumento al impuesto, tanto la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA), el Tren Urbano y la Autoridad de Transporte Marino (ATM), bajo la sombrilla de la Autoridad de Transporte Integrado (ATI), dejarían de dar servicios porque supuestamente no hay dinero para pagar la nómina de los empleados.
Es decir, este lunes, mientras los legisladores regresan de comer pavo a atender lo de “la crudita”, los usuarios de la AMA, de las lanchas de Vieques y Culebra, y del Tren Urbano tendrán que inventárselas para llegar a sus destinos. Habrá que esperar hasta esa fecha a ver qué pasa y veremos qué trasciende con esta discusión en el Capitolio, pero esta época navideña que se avecina pudiese ser nuevamente una de controversia.
Para poner bajo lupa este impuesto, Diálogo se comunicó con el Centro para la Nueva Economía y su director de política pública, el economista Sergio Marxuach. También dialogamos con el economista Francisco Catalá para poner en perspectiva el costo político que la posible aprobación del aumento significaría para la actual administración gubernamental y lo que pudiese ser el futuro.
Diálogo: Explícanos que es el impuesto de la ‘crudita’ que busca pasar el Gobernador de Puerto Rico.
Sergio Marxuach, director de política pública del Centro para la Nueva Economía: Es un arbitrio sobre el petróleo y productos derivados. Actualmente, estos productos pagan un arbitrio de $9.25 por barril de petróleo (o su equivalente). La propuesta es aumentarlo a $15.50 por barril, un aumento de $6.25 o un 67%.
Diálogo: ¿Significa que subirá la gasolina? ¿Subirá también la energía eléctrica? ¿Quiénes serán los más afectados?
Marxuach: Se estima que el precio de la gasolina aumentaría cuatro centavos por litro o aproximadamente 16 centavos por galón. Entiendo que el petróleo y productos derivados que compra la AEE estarían exentos del pago de este arbitrio así que no se debería reflejar en la factura de los consumidores. Los más afectados serán los trabajadores pobres que dependen de su automóvil. Este tipo de impuesto es altamente regresivo, ya que las personas de bajos ingresos gastan una porción mayor de su ingreso en transportación y tienden a tener automóviles más viejos y por lo tanto menos eficientes.
Diálogo: ¿Cuán necesario o innecesario es hacer esto? ¿Ves otras opciones para evitarlo?
Marxuach: Bueno, depende de lo que quieras decir por necesario. La verdad es que la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT) le debe al Banco Gubernamental de Fomento (BGF) unos $2,200 millones en préstamos que no tienen fuente de repago. Ahora bien, habiendo dicho eso, también es cierto que se pueden considerar otras opciones: por ejemplo, el BGF podría reestructurar la deuda (extender el término, reducir la tasa de interés, condonar parte del principal) a cambio de que la ACT implemente un plan de reorganización extensivo. También se puede considerar un aumento en los peajes. De hecho, en términos de teoría de financiamiento público esta sería la solución óptima ya que los usuarios de las autopistas pagarían directamente el costo de usarlas.
“Otro parcho más…”
La posible aprobación de un aumento a este tributo pudiese tener algún impacto en la escena política del País a poco menos de dos años de los comicios electorales de 2016.
“Pudiese tener un efecto lesivo a corto plazo, pero de aquí a las elecciones pudiese disolverse un tanto”, apuntó el doctor en economía Francisco Catalá.
“Ahora, vamos más allá de las elecciones o de cualquier impacto inmediato que esto pueda tener. Para mí el problema de ‘la crudiita’ no es el impacto que pueda tener en el consumidor, si no es que el sistema tributario de Puerto Rico está lleno de parchos. Por un lado están las exenciones, los créditos, las deducciones. Por otro lado, tienes la insuficiencia fiscal, tributos nuevos e improvisados, en fin… Hay tantos parchos que ya el traje ni se ve”, articuló el doctor Catalá.
Catalá recordó que el posible impuesto simplemente sería “otro parcho a priori” antes de la discusión de una nueva reforma contributiva, pautada en la Legislatura para enero próximo.
“Es un problema que siempre ha tenido el sistema tributario de Puerto Rico. Es la misma tendencia de años anteriores, la de poner parchos, y ahora llega en un momento en el que se habla de una reforma tributaria para al fin tornar coherente un sistema contributivo que es disfuncional. Lo que vemos con estos parchos es que tienen unos efectos muy nefastos en el Departamento de Hacienda, que ahora tiene que lidiar con otro tributo más. Esto hace más difícil la recaudación, le pone la situación más difícil para que cumpla al contribuyente de buena fe y a los de mala fe se les hace más fácil evadir. Otro parcho solo sirve para complicar más las cosas”, puntualizó.