La Comisión para el Desarrollo Cultural de Puerto Rico (CODECU) sostuvo un conversatorio sobre su informe, Hilando voluntades: Cultura para la equidad, la diversidad y el emprendimiento, y sobre el estudio del ecosistema cultural en la Isla el pasado lunes, 28 de septiembre, en la Sala Jorge Enjuto de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP).
La conversación con la presidenta de la CODECU, Mareia Quintero, y con el asesor cultural de la comisión, Javier Hernández, -ambos profesores del programa de maestría en gestión cultural del Programa de Estudios Interdisciplinarios (PREI) de la Facultad de Humanidades- estuvo moderada por el profesor y director del PREI, Mario Roche. El público que participó era en su vasta mayoría el estudiantado de dicho programa.
Quintero, quien presidió la CODECU y es miembro activa de la junta directiva del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) dijo que “esta ocasión es muy significativa porque la comisión se nutrió mucho de la universidad”.
El grupo, creado por conducto de una orden ejecutiva de Fortaleza en julio de 2013, tuvo a su cargo realizar un estudio comprensivo de la realidad cultural del País, y a su vez identificar cómo estimular la producción cultural para beneficio nacional. Los resultados de ese informe fueron presentados el pasado 3 de junio en el Archivo General de Puerto Rico, mas la labor del colectivo, según presumieron, no ha culminado.
“Fue un proceso de mucha discusión e intercambio”, señaló Quintero.
Desde la creación de la comisión hace dos años, se realizaron 29 actividades de diálogos participativos, en los que participaron al menos 1,283 personas de 51 municipios. Igualmente, unas 260 organizaciones participaron de las discusiones y eventos.
De hecho, los eventos, llamados como Uno a Uno por la cultura, fueron encuentros con personas de distintos bagajes culturales. Estos se celebraron en: Mayagüez, Humacao, Cayey, Ponce y Nueva York, donde prestaron particular atención a la diáspora boricua que participó ampliamente de sus actividades.
Lo distintivo del proyecto, según la presidenta Quintero es que “visualizamos la política cultural como un elemento que debe ser transversal a toda la política pública, pensando en cualquier política de salud tiene que tener un componente cultural, cualquier política económica tiene muchas implicaciones culturales que muchas veces no se ponen sobre la mesa y es necesario que estén ahí y sean discutidas”.
La funcionaria explicó que el proceso contó con una metodología de consulta amplia y participativa, un estudio profundo y sistematización de datos culturales, estudio del ecosistema cultural en Puerto Rico, el acopio de experiencias culturales internacionales y una revisión de antecedentes de la política de los entes culturales. Sobre este último, la CODECU analizó los precedentes sobre asuntos culturales como el estudio de la Comisión de Educación, Ciencia y Cultura del Senado de Puerto Rico en el 2002, y el informe de una junta creada por el gobierno de Aníbal Acevedo Vilá en el 2005.
Quintero destacó con satisfacción que “hubo sectores que se organizaron dentro del ámbito cultural”. Tal fue el caso de personas del campo de la danza, que para efectuar una aportación significativa en las actividades de la CODECU participaron activamente de manera organizada.
“Otro pilar del informe fue el estudio sobre el ecosistema cultural en Puerto Rico”, mencionó Quintero.
Estudio del ecosistema cultural
Respecto a ese estudio, el profesor Javier Hernández explicó que partieron de la falta de una cultura para la toma de decisiones fundamentadas. “Más allá de hacer unas recomendaciones para la política pública, de levantar esos sistemas, nosotros decidimos diseñar e implementar lo que sería ese proyecto piloto y eso es lo que está incluido en este estudio”, puntualizó.
El estudio del ecosistema cultural tiene tres componentes principales, de acuerdo al profesor Hernández: uno de impacto económico de la actividad cultural y creativa, el segundo es una encuesta a agentes culturales y el tercero una encuesta de consumo y participación cultural.
Para tales efectos se levantaron datos que resumen el impacto económico. De las bases de datos consultadas se desprende que estos entes culturales aportan $1.3 billones al Producto Interno Bruto (PIB), cerca de 21,000 empleos -de los que 29 por ciento son por cuenta propia- y la significativa aportación cultural al erario público de $155 millones, que parte de un presupuesto de $71 millones del gobierno, lo que desmiente el argumento de la cultura como un gasto.
En lo que a la fase de estudiar los agentes culturales respecta, el estudio se dedicó a crear un perfil sobre ellos. La mayoría son empleados de organizaciones sin fines de lucro y artistas.
“Por primera vez levantamos información sobre el consumo y la participación cultural que, como mencionamos, no solamente es útil para la toma de decisiones de la política pública, sino también para el análisis de mercado de estas organizaciones y empresas culturales”, explicó el asesor cultural de la CODECU.
Para diseñar el estudio se tomaron en cuenta modelos internacionales de observación cultural. De manera que, al observar 20 actividades culturales en la Isla, los resultados sirvan para considerar los pasos a tomarse próximamente.
Esta fase de observación denotó que el 96 por ciento de la población ha visto televisión en los pasados 12 meses, mas solo el 27 y 21 por ciento han comprado libros y asistido a obras teatrales, respectivamente. Pero lo interesante de este estudio, según el profesor, es que les permite realizar un perfil demográfico de consumo cultural, así como “hallar las barreras de consumo en los casos en que los encuestados dijeron no haber hecho tal actividad”.
Mareia Quintero recalcó algunas debilidades o problemas en el quehacer cultural actual. Entre ellos que las legislaciones culturales son muy poco pensadas y dispersas, la concentración cultural en el área metropolitana limita el alcance y regionaliza las actividades, y que la dificultad en la circulación de producción cultural es muy alta, lo que podría explicar que solo el 21 por ciento de la ciudadanía vaya al teatro anualmente. También resaltó la falta de internacionalización del producto cultural y la percepción negativa de la comunidad en cuanto a gestiones de instituciones culturales.
La ReNaC
Para contrarrestar esos problemas, la CODECU, entre sus recomendaciones acogió la creación de la Red Nacional de Cultura (ReNaC). Este ente contaría con 15 miembros, de los cuales una tercera parte serían de la rama ejecutiva, siete serían representantes culturales y tres de la academia y la ciudadanía.
Según Quintero y Hernández, esto permitiría descentralizar las decisiones y potenciaría el desarrollo cultural en la Isla tomando en cuenta a los agentes culturales (artistas, artesanos, etcétera) como el corazón del sistema.
En el conversatorio también se habló sobre la necesidad de educar y fomentar las artes y la cultura desde edades tempranas, y que por ende el Departamento de Educación –que tendría un representante en la ReNaC- debe repensar sus modelos y tomar en cuenta la cultura como un elemento reconciliador.
“Si no hubiese sido por las clases de música en mi niñez, no me hubiera desarrollado en las matemáticas”, comentó la directora interina del Departamento de Literatura Comparada del recinto, Carmen Rabell, quien en su participación desde la audiencia arguyó a favor de la presencia de más clases de cultura y arte en los currículos educativos.
Al final del conversatorio la profesora de teatro de la UPR en Cayey, Jessica Gaspar, el vicepresidente de la comisión, Nick Quijano, y el ingeniero eléctrico y economista, Juan Guillermo Herrans se unieron a la discusión y defendieron el informe y la premura con la que debe ser atendida la cultura en el País para salir del atolladero económico en que se encuentra.