Una noche después que las Vaqueras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Bayamón cayeran frente a las campeonas Pioneras de la Pontificia Universidad Católica (PUC) en la final del baloncesto de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI), los varones sufrieron la misma fortuna frente a los Tarzanes del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), provocando un partido decisivo por el título masculino.
El enfrentamiento ponía cara a cara a dos viejos conocidos: el pasado 9 de mayo Tarzanes y Vaqueros se enfrascaron en un clásico que culminó con un canasto sobre la chicharra de Luis González que le dio el triunfo a los de sangre azul.
Ante una atmósfera cargada en el ‘rancho vaquero’, el partido comenzó a todo caballaje, era prácticamente imposible escuchar el silbato de los árbitros, y la marcha tan acelerada del juego tenía a todos ansiosos.
Apoyados en la labor ofensiva de Josean Reyes y Alexis Parrilla, los colegiales dominaron 23-16 el primer parcial sobre unos Vaqueros que se mantuvieron en juego gracias al esfuerzo en ambos lados de la cancha del pívot Luis Cuascut.
En el inicio del segundo parcial, uno de los cuatro bombazos de Parrilla obligó al técnico de los locales, Carlos Calcaño, a pedir tiempo y sustituir a tres jugadores de su quinteto. Cuascut aprovechó la marca de defensores más pequeños para anotar y continuar molestando en el lado defensivo.
Los bulldogs mantuvieron la calma, atacaron las brechas, rompieron el preseo de los Vaqueros con fundamento, pasando el balón por aire. La UPR Bayamón buscaba una bujía ofensiva pero no la encontraba, al tiempo que Ramón Calderón los trituraba en la pintura para ampliar la ventaja del RUM, aunque triple de Roberto De Jesús acercó a los bayamoneses 43-35 al cierre de la primera mitad.
Al comienzo del segundo tiempo la figura de Luis “Tito” Montero pareció ser una fuerza omnipresente, encabezando un avance que abrió la distancia a 17 puntos en los primeros cuatro minutos de juego, que más adelante crecería a 21 unidades con un donqueo de Parrilla, para el deleite del poco público mayaguezano que se dio el viaje hasta el ‘rancho’.
En el cuarto periodo, un último esfuerzo de los locales, unido al descuido ofensivo del RUM, recortó la ventaja a nueve puntos restando seis minutos de partido . Sin embargo, sendos canastos brincados de Parrilla y Giovanni Guzmán saliendo de un tiempo le cortaron la respiración a la UPR Bayamón.
Tras el triunfo con marcador final de 95-89, los Tarzanes tendrán la oportunidad de coronarse en su casa, cuando reciban a los Vaqueros este viernes a las 7:00 p.m. en el Palacio de los Deportes en la Sultana del Oeste.
“Te lo dije, estás viendo un campeón. Ahora vamos a casa a terminar esto”, dijo Guzmán a Diálogo. “Pueden pitar lo que quieran, pero dicen que la bola no miente. Mis respetos a Bayamón, siempre juegan duro”, comentó el sexto hombre de los colegiales.
Por los Tarzanes, Parrilla completó un dobe-doble con 30 puntos y 13 rebotes, al tiempo que Calderón contribuyó 16 unidades y seis rebotes y Montero finalizó con diez puntos, siete rebotes y seis asistencias.
En causa perdida, Nataniel Martínez encabezó la ofensiva con 27 puntos, mientras Cuascut dominó la pintura con 15 puntos, nueve rebotes y cinco tapones.
Pioneras repiten
El martes en la noche, las Pioneras de la Católica aguantaron un tardío avance de las Vaqueras, que alcanzaron la final desde la llave de perdedoras en el formato de doble eliminación, para imponerse por 76-75 y completar de manera invicta la defensa de su campeonato.
Las ahora bicampeonas ejercieron su dominio en las tablas y el poste, que sumados a la puntería a distancia que exhibieron les permitió controlar el choque, antes de que, en un derroche de cría y voluntad, las Vaqueras recortaran distancia en los últimos minutos.
Con la posibilidad de ganar el partido y forzar un juego decisivo, Lyannis Torres anotó un canasto que los oficiales invalidaron al determinar que el reloj había expirado, desatando la celebración de las monarcas Pioneras.
Sidet Castro fue la “kriptonita” vaquera toda la noche, al finalizar con un monstruoso doble-doble de 17 puntos y 19 rebotes.