Más de la mitad (55 por ciento) de los latinos que estudian un bachillerato van a community colleges, según el informe College Board Report from the National Commission on Community Colleges.
Por otro lado, el reporte How Latino Students Pay for College: Patterns of Financial Aid de Excellence in Education, publicado en el 2005, demostró que los latinos recibieron menos ayuda financiera que otros grupos étnicos, y menos que los blancos.
Según una reciente investigacion del College Board, titulada, The Financial Aid Challenge: Successful Practices that Address the Underutilization of Financial Aid in Community Colleges, en el año académico 2007-2008, sólo un 58 por ciento de los alumnos de los community colleges, con derecho a solicitar los subsidios de la beca Pell Grant, solicitaron la ayuda económica. Esta cifra se compara con el 77 por ciento en el caso de los estudiantes en universidades que ofrecen grados universitarios de cuatro años.
En el transcurso de dos años, del otoño del 2007 al otoño del 2009, la matrícula a tiempo completo en los community colleges estadounidenses aumentó en un 24.1 por ciento.
De acuerdo al informe, muchos estudiantes se rehusaron a solicitar la beca debido: al desconocimiento sobre la ayuda, información contradictoria o errónea, falta de confianza en las agencias gubernamentales, dificultad para usar los recursos durante ciertas horas y la falta de recursos humanos o tecnológicos en las universidades.
Esta investigación se llevó a cabo de manera conjunta con la American Association of Community Colleges (AACC).
Entre muchos otros motivos que se mencionan en el informe, varios sugieren que existen factores culturales y lingüísticos que afectan la disposición del estudiante para obtener acceso a la ayuda financiera.
Para el presidente del College Board, Gaston Caperton, “los community colleges son un componente importante del sistema educativo de los Estados Unidos y de las comunidades latinas. Hoy en día, los community colleges sirven a casi la mitad de los subgraduados del país. Es indispensable que las entidades docentes proporcionen la asesoría necesaria para aumentar la cantidad de estudiantes con derecho a ayuda financiera que también tienen la necesidad de ella, a fin de que puedan convertirse en la fuerza laboral preparada que el país necesita para competir en la economía global”.
Los resultados de la investigación se publicaron hace poco en una conferencia de prensa que se realizó en el National Press Club en Washington, D.C., en donde defensores de la educación superior, funcionarios de community colleges y directores normativos se reunieron para hablar sobre los retos, obstáculos y soluciones que enfrentan los estudiantes de estas instituciones.
“Se les pide a los community colleges que aumenten el acceso universitario y las tasas de graduación. Eso significa que tenemos que hacer todo lo posible para que la universidad sea asequible”, dice George Boggs, presidente de la American Association of Community Colleges.
“El reto se explica claramente en este informe: los community colleges sirven a los estudiantes económicamente más desaventajados de todo el sector de la educación superior. Sin embargo, son demasiados los buenos estudiantes que no están recibiendo la ayuda financiera que necesitan. Espero que este llamado logre que la ayuda financiera sea una prioridad para todos los que participamos en la administración de los community colleges”, añadió Boggs.
Como pionera, dentro de una serie de iniciativas del nuevo Centro de Defensoría y Normas del College Board, esta investigación proporciona información sobre programas, normas y métodos que han tenido éxito, así como valiosas recomendaciones para los funcionarios de ayuda financiera que desean aumentar la cantidad de estudiantes que solicita y reciben becas.
El informe provee, además, referencias de una docena de programas que están logrando aumentar el número de los alumnos de community colleges que obtienen acceso a la ayuda financiera. Entre los programas que se mencionan se encuentran: Nevada P-16 Advisory Council; Alaska Commission on Postsecondary Education (ACPE); College Foundation of North Carolina (CNFC); Tennessee Student Assistance Corporation; Puente Project en California; I Can Afford College program en California; At Home in College en Nueva York; Admission Possible en Minnesota; College Forward en Texas; Bluegrass Community and Technical College (BCTC) en Kentucky; The Connecticut Community College System y College Goal Sunday en Indiana.
“El valor de los community colleges se hace evidente en épocas de alto desempleo, cuando aquéllos que han perdido sus empleos buscan obtener más educación o capacitación, a fin de poder ingresar nuevamente al mercado de empleos”, dice Ronald Williams, vicepresidente del College Board.
“Esperamos que este informe, el cual describe las prácticas exitosas de ayuda financiera, ayude a los funcionarios de los community colleges de todo el país a responder de manera más eficaz a los retos que enfrentan los estudiantes que desean acceso a la ayuda financiera disponible a nivel federal y estatal”, añadió Williams.
El Centro de Defensoría y Normas del College Board se formó para ayudar a transformar la educación en los Estados Unidos. Guiado por los principios de excelencia y equidad del College Board, el centro se dedica a asegurar que los estudiantes de todo origen tengan la oportunidad de lograr el éxito en la universidad y en la vida.
Esta entidad establece importantes conexiones entre las normas, la investigación y la práctica de la vida real, a fin de encontrar nuevas soluciones para los retos educativos más rigurosos de la actualidad. Haciendo uso de la experiencia de los activos miembros del College Board, entre los cuales se encuentran profesionales de una red de más de 5,700 entidades docentes, las prioridades son: preparación y acceso universitario, ayuda financiera y admisión y graduación universitaria.
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