A pocos días de que se lleve a cabo las elecciones presidenciales en Nicaragua, las inundaciones y desalojos de alrededor de 12 mil familias acapara la atención mediáica internacional.
Las fuertes lluvias que han azotado el país centroamericano a lo largo de octubre y que dejaron un saldo de 16 muertos y 150,000 afectados, provocó que el gobierno decretara "estado de calamidad" debido a los estragos ocasionados por las lluvias.
Al mismo tiempo, el Gobierno de Nicaragua sostuvo que utilizará aproximadamente 15 millones de dólares del presupuesto del Estado para la rehabilitación de viviendas, carreteras y puentes destruidos.
La zona costera que rodea el lago Xolotlán ha sido una de las áreas más afectadas con un total de 987 familias desalojadas, casi 5,000 personas, según informa el periódico El País de Costa Rica.
Por otra parte, mientras las lluvias amenazan con seguir afectando al pueblo nicaragüense durante esta semana, quedan menos días para que le pueblo lleve a cabo sus elecciones presidenciales el próximo domingo.
Entretanto, las encuestas recientes pronostican una victoria, con el 48% de los votos, de Daniel Ortega, líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que busca un segundo mandato tras una reforma de la Constitución avalada por algunos sectores y considerada ilegal por la oposición liberal, indicó El País de España.
En segundo lugar, con el 31%, se sitúa Fabio Gadea, de 80 años, candidato del Partido Liberal Independiente (PLI), propietario de Radio Corporación y muy popular en el país, sobre todo en las zonas rurales gracias a su personaje radiofónico Pancho Madrigal, un campesino con retranca que durante décadas ha entretenido y hecho pensar a los nicaragüenses. Gadea cuenta con el apoyo del Movimiento de Renovación Sandinista (MRS).
En tercera posición llega el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2001), quien acompaño a Ortega en las medidas más polémicas tomadas por éste, con el 11% de los votos.
Algunos expertos, según destaca El País, observan los comicios del domingo como un plebiscito sobre la reelección de Ortega por otros cinco años y un referéndum sobre el destino del país centroamericano, en el que sus ciudadanos tendrán que elegir entre el caudillaje populista o un futuro régimen institucional.
Por su parte, Carlos Fernando Chamorro, director del semanario Confidencial e hijo de la expresidenta de la reconciliación, Violeta Chamorro, opinó que “Ortega ha ensanchado su base popular. Es muy fuerte en la capital y en los sectores modernos del país y los jóvenes, pero también atrae a la gente más humilde”.
Y añadió que, “el conflicto fronterizo con Costa Rica por la soberanía del río San Juan el año pasado y las últimas inundaciones, que ha aprovechado para regalar láminas de zinc a los más pobres, le han ayudado y me temo que logrará la mayoría absoluta”.
Desde hace unos días se comenta en la prensa internacional que este proceso electoral en Nicaragua podría atravesar por fraude. De hecho, la opisición denunció recientemente que sus candidatos han recibido intimidaciones , ha habido abuso de los recursos públicos en beneficio del FSLN y que éste podría controlar todas las autoridades electorales.
Por esta razón, alrededor de 90 observadores de la Unión Europea, dirigidos por el socialista español Luis Yáñez, fueron nombrados para vigilar el escrutinio.
Asimismo, existe gran presión internacional de acuerdo a reseñas recientes de El País, por el marcado vínculo entre al actual presidente Ortega con el gobierno venezolano de Hugo Chávez.
Según indica el diario español, Nicaragua ha recibido unos 500 millones anuales (casi el 7% del PIB) de Venezuela desde 2006, un dinero que el líder sandinista utilizó para financiar programas de asistencia social como Hambre Cero, Usura Cero, Casas para el Pueblo, Plan Techo, etcétera, y de paso crear una red clientelar que ha ampliado la base popular del sandinismo.
La oposición denuncia que toda esta ayuda no está sometida a ninguna rendición de cuentas independiente y que ha sido desviada a negocios particulares del entorno del presidente y a campañas del Frente Sandinista.