Las enfermedades transmitidas por la picada del mosquito, no son un asunto nuevo. Para principios de siglo 20, el 85 por ciento de las 30,000 personas que trabajaban en la construcción del Canal de Panamá, estaban enfermas ya sea con malaria o fiebre amarilla. Ya para el 1897 el doctor Ronald Ross, había descubierto que la malaria era transmitida por la picada de un mosquito y casi simultáneamente el famoso científico cubano Carlos J. Finlay descubría que los mosquitos también transmitían la fiebre amarilla.
Correspondió al norteamericano William Gorgas, comenzar una campaña para eliminar los mosquitos de toda el área del canal. ¿Qué hizo Gorgas? Empleó a 4,000 personas, que se dedicaron entre otras cosas a poner screen (malla protectora) en las ventanas, eliminar los lugares donde se empozaba agua, y fumigar todo contenedor que contuviera agua. Se dice que las brigadas de trabajo visitaron cada casa de Panamá, para hacer efectiva la campaña de fumigación y erradicación de mosquitos. Todo esto tomó un año, el uso miles de libras de insecticidas, y un gasto de sobre un millón de dólares.
En días recientes ha surgido la noticia de que se va a comenzar con una campaña de fumigación, con la finalidad de controlar al mosquito Aedes aegypti y reducir el contagio del dengue, chikungunya y el zika. ¿Se podrá en Puerto Rico hacer lo mismo que se hizo en Panama? Veamos.
El Aedes aegypti se ha convertido en un mosquito urbano, ya que puede reproducirse virtualmente en cualquier lugar en donde haya agua acumulada, tanto dentro como en los alrededores de una casa. Contrario a otros mosquitos que producen ruido al volar, este mosquito es silencioso y la gente no se da cuenta cuando está presente en nuestros alrededores.
La hembra, que es la que pica, porque necesita sangre para reproducirse, es capaz de poner de 50 a 200 huevos cada tres días. En tan solo nueve días, de los huevos, surgen larvas y de estas emergen los adultos. Las hembras pueden vivir hasta 30 días, lo que quiere decir que ponen unas 10 veces antes de morirse y que una sola pueden producir de cientos a miles de otros individuos. A tales efectos el asunto no será fácil.
No obstante, si Gorgas, pudo hacerlo hace más de un siglo atrás, con la tecnología y pesticidas que tenemos hoy en día creo que podemos controlar significativamente a este y otros mosquitos que transmiten enfermedades. Sin embargo, hay que advertir que esta no puede ser una campaña en donde se fumigue desde nuestras calles, como es lo que históricamente han hecho en muchos municipios. Hay varias razones para esto. En primer lugar, el asperjado no va a llegar a todos los envases con agua en donde haya criaderos de mosquitos. La nube del asperjado, se va a mover en armonía con la velocidad del viento y pudiera afectar a insectos beneficiosos, como lo son las abejas. No menos importante, estos asperjados, van a llegar a nuestras casas y los vamos a respirar poniendo en riesgo nuestra salud. A tales efectos, el Departamento de Salud, debe planificar cuidadosamente, la campaña de control de este mosquito. Sugiero que comience con una buena campaña educativa.
Sin embargo, en Puerto Rico, le damos todas las responsabilidades al gobierno y creemos que es este el que tiene que resolvernos todos estos asuntos. El problema del contagio de dengue, chikungunya y zika, entre otros, es responsabilidad de todos y podemos aportar muchísimo en esta “batalla”. ¿Qué podemos hacer?
Lo primero es eliminar todo aquel recipiente que pueda acumular agua de lluvia, como gomas usadas o latas de pintura. Deseche la basura, lo que no necesite y aquello que entienda que le puede dar uso, tápelo, para evitar que le entre agua o coloque el recipiente boca abajo.
En muchas casas hoy en día hay fuentes de agua con vegetación acuática. Para evitar las larvas de mosquitos, lo único que tiene que hacer es añadir unos pececillos a la fuente como los “guppies”, para que se coman las larvas de los mosquitos.
Aquellos que recogemos agua de lluvia para regar nuestros huertos caseros, pueden añadir cloro al agua cada tres días y 24 horas después, podemos usar el agua para regar nuestro huerto sin causarle problemas a lo que estamos tratando de cosechar.
A muchos nos gusta tener flores en jarrones dentro de nuestras casas. Si cambia el agua de estos cada tres o uatro días, evitará que los mosquitos se reproduzcan.
Muchos de nosotros tenemos malla protectora (screens) en nuestras casas. Revise que los mismos estén bien puestos y si tienen huecos repárenlos. Cuando los mosquitos entren en nuestras casas sugiero utilizar raquetas eléctricas para matarlos. Son sumamente efectivas y a la larga más económicas que estar usando insecticidas en aerosol, los que a su vez pueden afectar nuestras salud particularmente a los asmáticos. Si hacemos lo que he sugerido, vamos aportar significativamente, en el control de Aedes aegypti y sentirnos orgullosos de nuestra aportación.