Por primera vez desde el nacimiento del Estados Libre Asociado en 1952, el Tribunal Supremo de Puerto Rico cuenta con una mayoría de jueces nombrados por un Gobernador estadista, luego de que el Senado aprobó las designaciones de los jueces Erick Kolthoff, Mildred Pabón Charneco y Rafael Martínez Torres al máximo foro judicial del país. Con la aprobación de los nombramientos hechos por el gobernador Luis Fortuño, el Tribunal Supremo de Puerto Rico completa sus siete miembros. El nombramiento del juez Kolthoff fue aprobado por el voto unánime del Senado, mientras que los jueces Pabón Charneco y Martínez Torres fueron confirmados con los votos de la mayoría del Partido Nuevo Progresista (PNP). El proceso de evaluación de los juristas nominados al Tribunal Supremo fue uno expedito en el que sólo hubo cinco deponentes, incluyendo a los tres nominados. Los otros deponentes fueron el descano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Puerto Rico Roberto Aponte Toro y el ex decano de esa misma facultad David Helfeld. Aunque los tres nominados son de afiliación novoprogresista, ninguno de ellos ha sido identificado como un activista político. De hecho, uno de los argumentos esbozados a favor de los nombramientos es el hecho de que provienen de la propia Rama Judicial lo que promueve el principio de mérito. Sin embargo, algunos sectores del país criticaron que lo apresurado del proceso no proveyó espacio para un análisis detenido de las decisiones de los tres jueces en tribunales inferiores. Hoy mismo el gobernador Fortuño se reunió con los nuevos jueces del Tribunal Supremo en La Fortaleza. El Tribunal Supremo había estado incompleto desde el 2005, cuando surgió la vacante del juez Baltasar Corrada del Río, quien se acogió al retiro. Luego surgió una segunda vacante en diciembre de 2007 por el fallecimiento del juez Jaime Benito Fuster, y finalmente, en agosto de 2008, con el retiro del juez Francisco Rebollo, surgió la tercera vacante.