RIO DE JANEIRO – El gobierno brasileño aseguró que ya “no hay dudas” de que los restos hallados por la Fuerza Aérea flotando en el Atlántico pertenecen al avión de Air France desaparecido en la madrugada del domingo a lunes con 228 personas a bordo. En una conferencia de prensa, el ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim, dijo que aviones de la Fuerza Aérea Brasileña detectaron en alta mar “una franja de cinco kilómetros de restos de avión”, y que ello “confirma que la aeronave cayó en ese sitio”. El ministro destacó que “hay tres navíos mercantes que están en la región y un navío patrulla de la Marina que llegará en la mañana del miércoles, y van a comenzar los trabajos para recoger esos restos que fueron avistados”. La Fuerza había dicho en un comunicado que una aeronave R-99, que partió de Fernando de Noronha en la noche del lunes “para realizar barridos con la utilización del radar de apertura sintética”, identificó algunos retornos que indicaban materiales metálicos y no metálicos flotando en el océano. De inmediato, aviones Hércules C-130 salieron hacia el lugar y confirmaron la existencia de piezas y manchas de combustible a unos 650 kilómetros al noreste de Fernando de Noronha. Entre los objetos se encontraban asientos de avión, pequeños trozos blancos, una boya naranja y un tambor.
El vuelo 447 de Air France despegó de Brasil el domingo en la noche y perdió contacto con los controladores de trafico aéreo en las primeras horas de la mañana del lunes. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo que había mínimas posibilidades de encontrar supervivientes. Si no se encuentran personas con vida, éste sería el peor desastre aéreo en los 75 años de historia de Air France, y el que registraría más víctimas fatales desde que uno de los aviones Concorde de la compañía se estrelló en el 2000. La aeronave llevaba a bordo 216 pasajeros de 32 nacionalidades, incluyendo siete niños y un bebé, indicó Air France. La mayoría de los pasajeros eran franceses (61), brasileños (58) y alemanes (26). También había a bordo 12 miembros de la tripulación. Equipos de psicólogos atendían a familiares de los pasajeros del avión, que en estado de conmoción se congregaban en los aeropuertos de París y Río esperando noticias. Uno de los brasileños a bordo era Pedro Luis de Orleans e Braganca, un descendiente directo de Dom Pedro II, el último emperador de Brasil, dijo un portavoz de la familia real a Reuters.
Ejecutivos de la compañía francesa de neumáticos Michelin, de la unidad brasileña de la acerera alemana ThyssenKrupp y de la minera brasileña Vale se encontraban entre los pasajeros, dijeron funcionarios de las empresas y familiares.
La nave ingresó a un área de tormentas unas cuatro horas después de despegar de Río de Janeiro y 15 minutos después envió un mensaje automático indicando fallas eléctricas, dijo Air France. La compañía indicó que un rayo podría ser el responsable de las fallas y que varios de los mecanismos del Airbus, que tiene un buen historial de seguridad, podrían haber fallado. Pero expertos en aviación dijeron que la caída de rayos en aviones era común y que por sí sola no podía explicar un desastre. Expertos también dijeron que la nave podría haber sufrido una falla eléctrica que haya afectado a los instrumentos de navegación, lo que hubiera dejado efectivamente “ciegos” a los pilotos justo en medio de un área de notorio mal tiempo. El ministro de Defensa de Francia, Herve Morin, dijo en radio Europe 1 que si bien no se podía descartar ningún escenario, no había evidencias que apuntaran a un ataque contra el avión. Francia dijo que el avión, propulsado por motores General Electric, había entrado en servicio en abril del 2005. El aparato estuvo por última vez bajo mantenimiento en un hangar en abril de este año.