Desde sus comienzos en el 2010, el Circo Nacional de Puerto Rico se ha propuesto compartir risas y diversión a los borincanos. Uno de sus fundadores, el artista Arturo Gaskins, indicó a Diálogo –en una entrevista sobre los comienzos del Circo Nacional que puedes leer aquí– que la misión del circo ha sido “ser más accesible a la mayor cantidad de personas, siendo más bien un trabajo social que un espectáculo para impresionar”.
Al igual que Gaskins, otros integrantes del Circo Nacional han sido productos de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Así pues, presentamos a cuatro de sus miembros para conocer más sobre su desarrollo personal y artístico, así como sus experiencias y aspiraciones en el Circo Nacional.
Xavier Claudio: malabarismo en los semáforos
Aunque comenzó formalmente en el Circo Nacional luego de graduarse de sociología en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPRRP), Xavier Claudio ya había tenido contacto con Gaskins y otros miembros fundadores del circo en la UPR en Cayey, de donde provenía.
Su interés por las artes circenses surgió por influencia de su hermano, Jean Carlos Claudio, quien perteneció al Circo Nacional antes que él. En el 2013 –y a los 24 años– Jean Carlos viajó a entrenarse en circo y teatro a Buenos Aires, Argentina. Cuando se fue, Xavier aprovechó y comenzó a practicar el malabarismo. “De esta forma, cuando regresara, podía trabajar con él”, narró. Pronto el joven mejoró la técnica y se enganchó con las mazas.
Pero aparte de malabarista, Xavier también es baterista. Esto le permitió, en el 2013, tocar con la Banda Municipal de Makula-Barun, una agrupación que comenzó con el Circo Nacional. Así se mantuvo como músico, hasta que en el 2014 lo invitaron a participar en dos presentaciones del circo como malabarista. Ese mismo año se graduó de la UPRRP, lo que le dio la oportunidad de dedicar su vida al mundo circense. Aunque su fuerte sigue siendo el malabarismo, con el Circo Nacional aprendió las técnicas de clown y manipulación de objetos.
En su tiempo libre, el artista de 24 años practica haciendo malabares en los semáforos. Fue con esta dinámica de presentarse en la calle y pasar su sombrero que Xavier encontró la relación entre la sociología y el arte circense, ya que tiene un contacto más directo con las personas.
El malabarista también pertenece al Circo La Vuelta, un proyecto donde se mezclan elementos del teatro con el circo que comenzó el año pasado en las manos de su hermano Jean Carlos y su esposa, Raquel Torre. Al día de hoy, Xavier también sigue tocando batería con la banda Makula-Barun, que ya no es parte del Circo Nacional. Sus metas a largo plazo son poder mejorar sus técnicas del clown y viajar a Suramérica y Centroamérica.
Angelle Guzmán: danza, teatro, clown y “un poquito de todo”
A diferencia de sus compañeros, Angelle Guzmán Torres sabía desde un principio que quería dedicarse al arte.
“Toda mi vida quise estudiar teatro” expresó Guzmán Torres, quien se graduó en el 2011 del Departamento de Drama de la UPRRP y que desde su niñez ha practicado la danza y la gimnasia.
Al igual que otros miembros del circo, comenzó estudiando en la UPR en Cayey, donde tomó su primer curso de Payaso Teatral con el profesor Rafael Fuentes. Fue en esta clase donde la bailarina descubrió su interés por el clown teatral y decidió explorar otras áreas del mundo circense.w
En el 2011 se integró al Circo Nacional de Puerto Rico, pues ya había conocido a los miembros fundadores en Cayey. “En mi caso aproveché lo que era la danza” explicó Guzmán Torres, quien se especializa en el clown teatral dentro del circo, aunque también hace acrobacia, malabares y “de todo un poco”.
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Angelle Guzmán Torres en una presentación del Circo Nacional en el Instituto Cervantes en Chicago. (Alejandro Mallado Erbez / Suministrada)
Guzmán Torres dedica una parte de su jornada semanal a ofrecer clases de teatro, circo y expresión corporal en la Escuela del Pueblo Trabajador Método Montessori en Trujillo Alto.
Para la artista, su meta es educar a las personas por medio del arte, para que puedan sacar las herramientas que les puedan servir en el futuro. “Veo esto como una labor social. Mi fin en el arte es que sea como un medio de transformación”, apuntó.
Como meta personal, se propone seguir entrenándose en todas las áreas del circo. Para el año que viene, planifica viajar para formarse fuera de Puerto Rico y obtener una maestría en Teatro Físico.
Alba Taína Ortiz: maestra de los abrazos
A sus 20 años, Ortiz ya ha estado en producciones de teatro, además de ser maestra y miembro del Circo Nacional de Puerto Rico desde el 2013. El teatro ha sido parte de su familia de generación en generación, quien es la dueña de la compañía El Mundo de los Muñecos. Algún día, Ortiz heredará esa compañía de títeres que cumplirá los 38 años.
Aparte de teatro, la joven se graduó de la escuela Julián Blanco, especializada en ballet. “De ahí surge mi personaje de La Bailarina (en el Circo Nacional de Puerto Rico)”, explicó.
Ella y su familia se familiarizaron con el Circo Nacional cuando lo fueron a ver en una presentación. Luego de esto, la bailarina decidió tomar un taller de circo que ofreció Gaskins. Más tarde, en el 2013, durante la celebración del tercer aniversario del circo, los miembros pidieron ayuda a posibles voluntarios que quieran colaborar con la actividad del aiversario. Interesada en trabajar como voluntaria, Ortiz Olivera habló con Gaskins, y así fue como el circo obtuvo su primera maestra de baile.
La joven aún estudia educación, con concentración en teatro, en el Recinto de Río Piedras de la UPR. En el circo se especializa en el baile y el clown teatral. También es maestra de baile en la organización DanzActiva en el Cuartel de Ballajá del Viejo San Juan, donde trabaja con niños y jóvenes con Síndrome de Down. Igualmente, ha trabajado en el teatro como actriz y tras bastidores.
![La bailarina estudia educación en teatro en la universidad y también trabaja en DanzArte como maestra de baile. (Foto por Rafael Buxeda Díaz)](https://dialogo-test.upr.edu/wp-content/uploads/2015/07/11707583_10153971960619528_4236892824834035283_n.jpg)
La bailarina estudia educación en teatro y también trabaja en DanzArte como maestra de baile. (Rafael Buxeda Díaz / Suministrada)
En sus tres años con el Circo Nacional, la maestra de baile ha descubierto su pasión por compartir con el público. Para Ortiz, las personas tienen una necesidad de “recibir cariño”. Por medio de su personaje como clown y de la simpleza de sus presentaciones en el circo, ha logrado que las personas bajen la guardia y pueda ofrecerles ese cariño que tanto anhelan.
“Me gusta el poder mirar a alguien a los ojos, abrirle los brazos y ofrecerles un abrazo. Y todo con sinceridad. El compartir algo bonito, que salga de uno”, expresó.
Yarlier López: entre el mundo de la economía y el circo
![Yarlier López en la presentación del 60 aniversario del Instituto de Cultura de Puerto Rico. (Suministrada)](https://dialogo-test.upr.edu/wp-content/uploads/2015/07/yarlier-circo-397x600.jpg)
Yarlier López en la presentación del 60 aniversario del Instituto de Cultura de Puertorriqueña. (Suministrada)
Yarlier Yalid López Correa es economista y artista a la vez. El joven está terminando su bachillerato en economía en la UPRRP, pero ha tomado cursos de teatro como electiva. Al igual que muchos del Circo Nacional, comenzó estudiando en la UPR en Cayey, hasta que se trasladó a Río Piedras.
Durante su tiempo en Cayey, López Correa trabajó como actor en la obra Cuentan que cuentan con el profesor Rafael Fuentes. Coincidió con Gaskins y Guzmán Torres en la producción, y luego de eso se hicieron amigos.
Gaskins lo invitó a pertenecer al Circo Nacional, donde trabaja como clown, malabarista y ha servido como técnico de sonido y de producción. En su tiempo con el circo, el joven economista ha crecido como actor y como persona. Pero lo más motiva a López Correa como integrante es el poder “brindarles a personas con pocos recursos el acceso para que disfruten de una presentación del circo”.
“Hemos tenido la oportunidad de presentar en residenciales públicos” dijo el joven de 22 años. Para él, le brinda alegría el poder hacer reír y compartir con los padres e hijos que viven en los residenciales.
Para el estudiante de economía, el circo representa un respiro, una manera de hacer que las personas olviden cualquier situación o problema por el que están pasando. López Correa reconoce que algún día tendrá que irse de Puerto Rico para sus estudios graduados en economía. Pero el joven confesó que regresará luego de obtener su maestría para trabajar como economista en Puerto Rico y seguir colaborando con el Circo Nacional.