
La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y varias empresas privadas de la Isla están considerando utilizar el aceite producido por las microalgas para generar un combustible vegetal más económico y que favorezca al ambiente. Y es que entidades como la fábrica de ron Bacardí de Puerto Rico y la AEE han determinado que este innovador proyecto podría generar energía renovable, sin causar cambios en la matriz de electricidad actual de la Isla. El director ejecutivo de la AEE, Miguel Cordero, comentó que esta iniciativa podría reducir el 30 por ciento del combustible que utiliza su agencia. “Ahora mismo el barril de petróleo cuesta $80 y se podría reducir a $50”, dijo Cordero. “Yo siempre estuve buscando una alternativa de ver cómo logramos salir por siempre del petróleo, pero con algo que fuera seguro, productivo y económico. Y a través de este proyecto vamos a resolver varios problemas; no sólo el de sustituir el petróleo, sino que vamos a resolver el problema del carbón”, indicó Cordero.
Además, Cordero explicó que esperan que para inicios de este próximo año se comience a sembrar este cultivo de microalgas en la finca Eureka, en Dorado, pero que aspiran a tener 43 mil cuerdas de charca para poder suplir suficiente aceite a la AEE. Y es por esto, que está evaluando la finca Aguirre y varios terrenos en el municipio de Arecibo. Sin embargo, el Director Ejecutivo de la AEE expresó que este proyecto necesita permisos gubernamentales, una inversión de $8.5 millones y un cambio de política pública. Además de contar con el apoyo de la AEE, este proyecto- impulsado por las Comunidades Unidas Contra la Contaminación (CUCCO)- es avalado por la empresa Biolípidos de Puerto Rico Inc., la Fundación de Humedales, la Universidad Metropolitana, la Universidad de Georgia y la Agencia Federal para la Protección Ambiental (EPA). El director administrativo de la empresa Biolípidos de Puerto Rico Inc., Jorge Gaskins, comentó que esta idea ya se ha comenzado a impulsar en la Isla bajo el Proyecto Replenish Energy, desarrollando la antigua finca de camarones en Dorado para convertirla en una producción de microalgas, destinadas a alimentar peces y producir un aceite que sustituiría el petróleo y podría utilizarse en la AEE, la Bacardí y farmacéuticas. “El propósito de Biolípidos es demostrar que esta iniciativa es posible y que el aceite sale más barato que el petróleo, y que la economía de producir este combustible queda en Puerto Rico, al igual que los empleos que genera también se quedan en la Isla”, dijo Gaskins. El Director Administrativo de BioLípidos de Puerto Rico recalcó que la acuacultura de microalgas se usa desde hace años en países como Australia, Estados Unidos, China y México, entre otros. Y añadió que este cultivo de microalgas podría producir 10 mil galones de aceite por cuerda de charca anualmente. Sin embargo, comentó que “esto requiere la voluntad política, social y económica del Gobierno y el País para convertir esta idea en una realidad”. Por su parte, el Doctor Bryan Keeper, experto en el tratamiento de aguas negras utilizando microalgas de la Universidad de Georgia, expresó que se estima que las microalgas producen la mitad del oxígeno atmosférico de la Tierra, usando energía directamente del sol, mientras consumen el dióxido de carbono. La Universidad de Georgia tiene uno de los centros de investigación más importantes en los Estados Unidos destinados al reciclaje de carbono y se han comprometido a donar $5 millones en equipos a la Isla para desarrollar este proyecto y tratar las aguas residuales. Keeper llegó a Puerto Rico gracias a la aportación de la Universidad Metropolitana, quien lo trajo para que hiciera un recorrido aéreo por las áreas que no se pueden visitar por tierra e inspeccione si es posible restaurar terrenos de la ciénaga Las Cucharrillas en Cataño. Por otro lado, la portavoz del CUCCO, Rosa Hilda Ramos, explicó que este nuevo combustible no tiene plomo, ni mercurio, ni ningún metal pesado. Tampoco tiene azufre, ni bióxido de carbono y casi no tiene carcinógenos. Si se cae a la tierra es como si cayera sal y se degrada él solo y no explota.. “Esa pesadilla que nosotros hemos vivido- refiriéndose al incendio del pasado 23 de octubre en la Caribbean Petroleum Corporation (Capeco)-, jamás se va a dar”, comentó Ramos. Para cumplir con esta idea, Ramos aprovechó esta oportunidad para hacerle un llamado al gobernador Luis Fortuño para que viabilice el proyecto. “Le pedimos al Gobernador que se una a nosotros y convierta a Puerto Rico en un centro de microalgas”.