¿Por qué muchos jóvenes boricuas conocen más sobre el reguetonero Arcángel que sobre el ídolo puertorriqueño de la salsa Ismael Rivera?, preguntó el universitario Miguel Ríos a los ponentes del Primer Simposio de Reguetón que se celebró recientemente en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (UPRRP).
Ríos, quien se describió como estudiante de Administración de Empresas del recinto riopedrense, blanco, de clase media-alta, de urbanización privada, del colegio San Ignacio de Loyola, seguidor del reguetón y caco full, escuchó con interés la explicación ofrecida por Ángel Rodríguez, profesor de la UPR en Cayey y uno de los panelistas del evento.
“A mí me parece que es una cuestión histórico temporal. Ismael Rivera se murió hace un montón de años. A mí me encanta mucho, pero posiblemente en la radio escucho más a Arcángel que a Ismael Rivera. Eso no es un problema”, respondió Rodríguez.
“Al día Nacional de la Salsa yo llego y todo el mundo ‘hey, to’ bien’ hasta parece que se criaron conmigo. Incluso, gran parte de los que están ahí son de mi generación. Si voy a un día del reguetón, que a mí me gusta mucho, me van a mirar como ‘y el doncito este que llegó aquí’. Son cuestiones generacionales, las influencias no son ajenas a los momentos históricos particulares”, añadió Rodríguez.
La pregunta de Ríos, “el caco full”, surgió luego de que en el panel Raza, cultura y clase social en el reggaetón, compuesto por profesores y estudiantes de la UPR se presentaran trabajos relacionados con este género musical, las identidades que desarrolla, cómo se constituye, así como algunos anécdotas e investigaciones.
Durante su presentación Rodríguez explicó que el reguetón surgió “no solamente como una expresión musical, sino como una expresión de voz cultural de unos sectores en el país. Es una manifestación cultural que va a ser racializada de sectores de clase que son muy particulares”.
El profesor de sociología indicó que, según el científico político Benedict Anderson, una nación es una comunidad imaginada donde en las mentes de quienes componen esa comunidad vive la imagen de la comunión. Sin embargo, dijo que el reguetón viene siendo una comunidad imaginada dentro de esa comunidad imaginada que es la nación puertorriqueña con sus valores y tradiciones, y que señala al reguetón como lo malo o lo que daña.
También mencionó que a través de las letras de las canciones de reguetón se empezó a establecer quién estaba de un lado y quién estaba del otro en esas comunidades imaginarias.
Como ejemplo, leyó la siguiente estrofa de la canción “Censúrame Por Ser Rapero” de Eddie Dee: “Muchos me tiran como si fuera un tipo sin arreglo, como si nunca hubieran visto a un negro, como si fuera un delincuente. Yo confío más en un tecato de Santurce que en un juez de Montehiedra. Tal vez mi música no sea sana, pero yo no inventé el sexo ni la marihuana y censurarme por ser rapero es censurar un pueblo entero”.
Rodríguez puntualizó que esa comunidad imaginaria del reguetón se constituye en tres unidades principales: la ilegalidad o extralegalidad, la sexualidad libre y una nueva ética de vida.
“En los tres casos, esta comunidad se aleja del consenso social aceptado y se va constituyendo como una comunidad imaginada desde la subalternidad con unos elementos de resistencia a esa comunidad imaginada hegemónica”, dijo.
Indicó que la unidad de sexualidad libre se manifiesta a través de las letras de las canciones y el baile. Lo que busca es demostrar que esa sexualidad es parte de un elemento más amplio, no solamente de una cuestión de sexo, sino que se tiene sexo porque es bueno.
“Cuando vemos la sexualidad podemos escuchar ‘a ella le gusta la gasolina dame más gasolina’ y nadie piensa que es gasolina de verdad. Yo pienso que a nadie se le puede ocurrir que él está diciendo de verdad ‘oye que mucho le gusta la gasolina’”, señaló Rodríguez. Mientras que a la misma vez resaltó que en la manifestación del baile la mujer tiene un papel activo porque es quien decide “cuánto te puedes pegar, cuán cerca van a estar y cuán suave va a ser”, dijo.
En cuanto a la unidad de extralegalidad indicó que no consiste en intentar promover ciertas conductas, ni romper los patrones establecidos, sino comunicar que para ellos eso ilegal está bien.
“El planteamiento, igual que la sexualidad, es porque sí, porque se siente bien. A su vez eso implica una reestructuración de la ética de vida. No es solamente lo que estoy haciendo, sino que la manera en que yo me constituyo como sujeto va a ser distinto a esa constitución de sujeto conducto y razonable de la modernidad”, explicó.
El evento también contó con la participación de María de los Ángeles Vargas Cancel, estudiante graduada de la UPRRP, quien presentó su propuesta de investigación en torno a Ismael Rivera y Tego Calderón. Vargas explicó que, a través de su proyecto, persigue reunir a varias personas de Loíza, Caguas y Vieques que se identifiquen como afrodescendientes para que expliquen si perciben o no el racismo en canciones de Rivera y Calderón.
Asimismo, el estudiante Mell Rivera leyó el ensayo “Entre cacos y hipsters: Race, Class and the End of Times in Puerto Rico”, del profesor Guillermo Rebollo Gil de la UPRRP, quien no pudo asistir a la actividad.
El representante de Rebollo Gil también comentó sobre la pregunta de Ríos acerca de la percepción de muchos sobre Ismael Rivera y Arcángel (una preocupación que surge a raíz de que en una ocasión el reguetonero indicara en una emisora radial peruana que, actualmente, él en su barrio tiene más impacto que Ismael Rivera).
Rivera indicó que el profesor de la UPPRP y de la Universidad del Este apunta en su ensayo que tanto Ismael como Arcángel, en sus momentos históricos particulares, ocuparon espacios similares en la sociedad.
“Lo que está diciendo Rebollo es que ya la salsa se ha institucionalizado en el discurso nacional, o sea, ya la salsa es algo legítimo y el reguetón poco a poco también, pero todavía hay más tensión. O sea, que Arcángel diga eso tiene mucho peso porque el reguetón, aunque hemos dicho que se está institucionalizando, todavía es lo bajo”, puntualizó.