Tras participar por cuatro años de la Liga Atlética Universitaria (LAI) y ganar múltiples medallas, la universitaria Coralys Llanos ve en ella lo que, bajo el contexto de la crisis fiscal que percola en todos los ámbitos del país, amenaza con desaparecer: el apoyo económico a los estudiantes atletas de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
De ahí que utilice su experiencia para dejar en evidencia la importancia de este tipo de apoyo. En su caso –y como ocurre con muchos más– el deporte fue la destreza que le permitió conseguir, más que un trofeo o una medalla, la carrera más importante de su vida: la universitaria.
“El deporte básicamente me ayudó a entrar aquí [a la UPR], a ser lo que soy ahora. Yo entiendo que las ayudas económicas que brinda la universidad y el Departamento Atlético apoyan la experiencia [de ser estudiante-atleta], porque muchos de nosotros no tenemos los recursos económicos para sustentarnos dentro de la universidad”, sostuvo Llanos, quien se enfoca en los eventos de pista y campo.
Por un lado, destacó lo dedicado que uno tiene que ser como atleta, debido a la carga académica y la jornada de entrenamientos. Al igual que la mayoría de los atletas del Recinto de Río Piedras, tenía prácticas dos veces al día. En las mañanas se encargaba de la capacidad cardiovascular y pesas, mientras que por las tardes practicaba la velocidad.
Por el otro, la futura maestra de secundaria de Educación Física hizo énfasis en la importancia de tener una universidad pública que sea accesible a las personas que no tienen los recursos necesarios. En su caso, el IGS (Índice General de Solicitud) y el factor económico eran detonantes que condicionaban su ingreso al recinto riopedrense.
A raíz de eso, la jerezana hizo un llamado para que la universidad trabaje de forma justa con las exenciones de los atletas, porque “se pierden muchos atletas. Y si entran al sistema privado no van a poder participar, uno porque hay extranjeros, y dos, porque aquí sería lo ideal, ya que es la mejor institución del país y donde más económica tienes la educación”.
“Exhorto a que la institución haga lo posible por salvar las exenciones de los atletas, para que no pierdan la oportunidad de recibir la mejor educación del país, además de desarrollarse en el ámbito deportivo. Siempre estudié en el sistema público y no quisiera que oportunidades como esta cambien para los estudiantes”, añadió Llanos.
Tras concluir sus cuatro años de competencia dentro del circuito de la LAI, la atleta ahora se prepara para lograr integrar el Equipo Nacional que irá a los Juegos Centroamericanos 2018, que se celebrarán en Barranquilla, Colombia.
De las carreras del pavo a los Centroamericanos
“De niña no practiqué ningún deporte específico. Solo corría el [Día del] Pavo y los días de juegos”, narró Llanos, de 23 años.
Pero ya “en octavo grado le pedí a mi madre que me llevara a pertenecer a algún equipo de atletismo. Mi primer entrenador, Herminio Calo, fue quien desarrolló mis destrezas y habilidades. Pasaron tres años [de entrenamiento] y en 2011 gané la competencia que realiza el Departamento de Educación entre las escuelas públicas de Ponce. Ese mismo año fui a un centroamericano juvenil en Panamá, donde obtuve –con mis compañeras– medalla de bronce en el evento 4×100 metros”, dijo.
Y así comenzaron a llegar sus galardones. En el 2012, Llanos ganó en la Liga de la Asociación de Atletismo Juvenil e Infantil de Puerto Rico (AAJI) el evento de 100 metros –con tiempo de 12.26 segundos– y 200 metros –con tiempo de 25.64 segundos–. En esa competencia conoció a Miguel Rodríguez y Carlos Santos, ambos entrenadores de la UPRRP.
“Había tenido ofertas de otras instituciones, pero no era el ambiente que yo buscaba: uno abierto, de confianza, compromiso y entrega. Carlos Santos me orientó de cómo era la institución y su filosofía de entrenamientos, y desde ese entonces me enamoré [de la Iupi]. Aunque al principio tuve miedo académicamente, lo tomé como un reto más”, afirmó la jerezana.
Durante sus cuatro años compitiendo en la LAI, logró una medalla de bronce en 4×100 metros en su primer año; en el segundo, medalla de plata en 4×100 metros; en el tercero, medalla de oro en 4×100 metros y medalla de bronce en 4×400 metros; y en su cuarto, medallas de bronce en 4×100 metros y 4×400 metros.
“Física y mentalmente pienso que mi mejor año fue el 2016, donde mejoré mi marca personal con 11.92 segundos, llegando cuarto lugar en la final, medalla de oro en el 4×100 metros y medalla de bronce en el 4×400 metros. Me sentía enfocada y mantuve el liderato en eventos en equipo”, resaltó Llanos.
La corredora también participó en dos ocasiones de la NCAA (National Collegiate Athletic Association).
Entre los fanáticos que han estado en las gradas, competencia tras competencia, está su familia. El apoyo y orgullo que sienten sus padres y hermanos se evidencia en cada evento que ella participa.
“Me siento como ejemplo para la sociedad el poder terminar próximamente mi bachillerato y poder graduarme de la UPR. Mi núcleo familiar –madre, hermana y sobrina– siempre me apoya gane o pierda. ¡Es una sensación bien bonita!”, afirmó.