Imagínese que está viendo la televisión y de repente las bocinas dejan de funcionar. Ya no oye nada. Usted solo ve las mímesis de Ellen DeGeneres, Raymond Arrieta o de los reporteros del noticiario. No logra comprender lo que dicen. Las bocinas no vuelven a funcionar. Y usted decide no volver a ver más televisión.
Esta situación es la que atraviesan las personas sordas en Puerto Rico. Pero, ya tiene sus días contados.
Y es que cada vez son más las personas que se dedican al subtitulado para sordos (SPS). Una de ellas es Pabsi Livmar González Irizarry, estudiante del Programa Graduado de Traducción de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP), quien -en su tesis- creó el primer manual de subtitulado para sordos en la Isla.
Los subtítulos para personas sordas o con discapacidad auditiva conllevan un esfuerzo mayor a los subtitulados que las personas oyentes estamos acostumbrados. Hay que escribir -no solo el texto que se traduce o subtitula- sino también los sonidos ambientales; ponerle color distintivo o escribir el nombre para diferenciar a los hablantes; y proveer información contextual: entonación, cómo son los sonidos o de dónde provienen.
González comenzó a interesarse por el subtitulado de películas en escuela superior. La pasión por la traducción le nació en la elemental. Posteriormente, tras realizar un intercambio estudiantil en la Universidad de Salamanca, donde suponía tomar un curso de traducción audiovisual, sus deseos se intensificaron. Y es que cuando llegó a España, la clase había sido cancelada y tuvo que matricularse en una de localización -subrrama de la traducción-.
“Descubrí la otra rama de la traducción que me apasiona con igual intensidad que el subtitulado”, resaltó la estudiante de 29 años, quien cuenta con un bachillerato de la UPR-RP en Lenguas Modernas.
Por tal, eligió hacer su tesis de traducción enfocada en el subtitulado y la localización. “Con este proyecto quiero aportar mi experiencia en traductología para fomentar estas prácticas tan necesarias en el mercado hispanoparlante general y en Puerto Rico, principalmente, porque, hasta mi tesis, estas habían sido ramas de la traducción y las profesiones audiovisuales y de programación que no se habían explorado en la Isla”, resaltó González.
Lo que sucede es que antes de esta investigación, en Puerto Rico no existía un manual de subtitulado para personas sordas o con deficiencias auditivas. “De hecho, el subtitulado es una tarea que no se practica ni visualiza como profesión en la Isla”, acotó.
Por esta razón, para crear esta guía la estudiante tuvo que investigar de manera minuciosa varios manuales de subtitulado para sordos que se utilizan en países como España y Argentina, así como del Manual de Closed Caption del Described and Captioned Media Program por DiCapta -dirigido al mercado latino-.
“En fin, creé este manual a partir de algunas de las soluciones que consideré más atractivas y efectivas, entremezcladas o modificadas a mi gusto, por supuesto, pero también ofrezco soluciones nuevas”, contó González vía correo electrónico.
El tener que crear este manual refleja la disparidad que existe en la industria, informó el profesor Alejandro Álvarez Nieves, quien formó parte de los lectores de la investigación.
Ahora, la peñolana de crianza, tocará todas las puertas posibles en busca de que su manual sea publicado y oficializado.
Primeros estudios en el campo del subtitulado
Con su tesis, Traducción y subtitulado para personas sordas y con deficiencias auditivas del documental “Mira lo que digo” (See What I’m Saying) y localización parcial del sitio web de la película: Tesis práctica con énfasis en el uso y manejo de herramientas de código abierto, González ha puesto la primera piedra en los esfuerzos para que la Isla sea más equitativa y justa para todos.
“La comunidad de sordos puertorriqueña, así como cualquier otra comunidad de personas con deficiencias, es un sector casi invisible de la sociedad”, señaló la ponceña de nacimiento.
Es por esto, que cuando tanto se habla de derechos humanos, igualdad de oportunidades y accesibilidad se tomen en cuenta las necesidades de las personas discapacitadas, sentenció González. “[Debemos] validar que todos somos parte de una sola población en la que hay individuos distintos con habilidades y necesidades diversas, por lo que hay que empezar a crear y mercadear productos para todos por igual, y que así hayan menos divisiones y más unión”, apuntó.
Aunque su investigación conllevó muchas dificultades como: la traducción de expresiones idiomáticas, el lenguaje tabú y retos técnicos, nunca sintió que atravesó por momentos arduos.
Además resaltó la labor de Luis García Nevares, “la excelente asesoría de mi consejero, haberse interesado en mi proyecto y confiar en mí”.
Pero, “el mayor problema que enfrenta el subtitulado para sordos en Puerto Rico es que no existe”, denunció González quien ha trabajado directamente para Netflix, SDI Media, ZOODigital y el portal Universia.
El profesor de la Universidad Pablo Olavide en Sevilla, quien fungió como lector de la tesis, añadió: “El trabajo es muy original, y supone una aportación importante a un campo poco estudiado hasta el momento en el contexto de la traducción audiovisual como es la subtitulación para personas sordas”.
De esta manera, “este proyecto llena un vacío que hasta hoy era palpable en Puerto Rico: la falta de investigación y estudio académico sobre el subtitulado, tanto tradicional como SPS, y la localización de páginas web”, destacó González, quien en la actualidad trabaja como traductora del Tribunal Supremo.
El pasado sábado, 12 de diciembre, la estudiante Pabsi González Irizarry defendió su tesis. El tribunal de evaluación, compuesto por Alejandro Álvarez, Adrián Fuentes y Luis García, la clasificó de sobresaliente con recomendación para publicación.