Proscenium es un café teatro en Ponce que en sus días regulares ponen música latina en un volumen moderado y, bajo una luz tenue y sencilla, sirven tragos y café a una clientela madura y amante del teatro, que visitan el espacio para relajarse un poco. Ayer, sin embargo, la escena era distinta. Proscenium se alzó con música a todo volumen, luces parpadeantes de discoteca y un público joven que perreó al son del reguetón. Y es que, el casco urbano de Ponce se reconfiguró cambiando de forma, estilo y gusto para atender, una vez más, a la juventud presente en la fiesta de las Justas 2015.
Al igual que Proscenium, otros espacios se contagiaron con la moda del evento. Algo que llamó la atención fueron los locales clausurados que abrieron esa noche e improvisaron para poder funcionar como barras. Era normal entrar a un establecimiento vacío, sin ventilación y lleno de polvo, y encontrarse con un grupo de personas vendiendo cervezas y sangrías marca Gasolina. Por ejemplo, el local clausurado donde era la antigua pizzería y gelatería de la calle Isabel, estuvo abierto y vendiendo cervezas y tragos.
También habían tiendas de ropa vendiendo medallas a dólar, y otros establecimientos que aunque no vendieron alcohol, te dejaban usar el baño a cambio de dinero.
Utopía, por su parte, es una tienda de ropa y souvernir que también tienen una cafetería donde sirven sándwiches criollos, jugos y café hasta las 6:00 de la tarde. Pero ayer, lo que más vendieron fueron bebidas alcohólicas y estuvieron abiertos hasta las 2:00 de la madrugada.
Algunas de las discotecas y barras que siempre operan en el casco urbano ponceño, decidieron no permitir la entrada al público y prefirieron vender las bebidas alcohólicas en la entrada del establecimiento. Es decir, que cuando llegabas al lugar, tenías que pedir en la puerta lo que te querías tomar.
Cabe destacar, que las ventas de muchos de los establecimientos se enfatizaban mayormente en cervezas y en la sangría marca Gasolina la cuál se podía pedir en vaso o en las emblemáticas yardas. De hecho, esta última bebida fue la más popular en todo el evento.
No obstante, hubo lugares que mantuvieron su estilo y no se contagiaron con la moda del evento. Así es el caso del Casino del Ponce Plaza y Hotel el cual operó como de costumbre con música house a cargo del DJ Tony G.
De igual manera sucedió con el bar de música alternativa, Fixology Lab, el cuál mantuvo su ambiente calmado habitual. “Aquí es diferente. Nosotros nos mantenemos con nuestro estilo de hip-hop boricua, bandas locales y música electrónica… Sabes, aquí no se pone reguetón ni vendemos gasolina”, dijo Juan Robles, alias Godzilla, empleado del establecimiento.
El público que asistió al party
Para sorpresa del que nunca ha ido a esta celebración, la mayoría no eran universitarios. Aunque sí había una suma considerable de estudiantes –en especial de la Universidad Interamericana y de los Recintos de Mayagüez y Río Piedras de la UPR– según un conteo improvisado realizado por Diálogo, la mayoría presente la constituía la juventud ponceña y de otros municipios cercanos que se dieron cita en el evento para compartir, beber y bailar reggaetón.
Aunque una de las cinco tarimas sonó música electrónica agitada, y en otra de las tarimas se engalanó la salsa al ritmo de la Orquesta el Macabeo y el rock de La Secta, el reguetón reinó en el evento. Por esta razón, la mayoría de los presentes era un público amante del perreo y del flow de Tempo y Yomo –dos de los reguetoneros que animaron con su música durante la noche.
No es de extrañar, entonces, la dicotomía del evento que se promociona como universitario, pero fluye a un estilo muy distante de lo que es una universidad. En una de las tarimas, por ejemplo, los animadores le pidieron a varias parejas que subieran al escenario para que realizaran un reto: tenían que bailar reguetón haciendo posiciones sexuales. La pareja que hiciera la posición más complicada, ganaba. Mientras esto sucedía, en la tarima había un grupo de mujeres con pantalones cortísimos bailando con condones inflados en sus manos. Agitaban los profilácticos por el aire como si se tratasen de banderas.
A Lourdes, de 60 años, no le gustó nada. Ella, que es nacida y criada en Ponce, fue con un grupo de amigos, y como le comentó a Diálogo, es su primera y última vez. “Muy sobrepasadas están esas tarimas. Tanto ruido, porque eso no es música”, dijo mientras se marchaba del evento. Se fue decepcionada luego de haber llegado vestida de rojo y con lentejuelas pensando que esa noche la iba a pasar bien.
Se formó un motín
Frente a la tarima de la emisora La Nueva 94 se formó un altercado que envolvió a cerca de 20 personas. Según le confirmaron varias fuentes a este diario, varias personas resultaron heridas ya que en la confrontación violenta se sacaron cuchillas. De esa forma tres jóvenes terminaron con la cara y la ropa completamente ensangrentada. La Policía no intervino, a pesar de que el perímetro del casco urbano contó con mas de 100 miembros de la uniformada que custodiaron el evento.
Por su parte, la comandancia de la Policía de Ponce, le mencionó a Diálogo que hasta el momento no han recibido ningún reporte de violencia relacionado a la actividad.
[cincopa A4BAHdMKHjQF]