Represiones contra manifestantes de izquierda, disidentes en huelgas de hambre y denuncias sobre el maltrato a presos políticos, estos han sido los protagonistas de los debates que han fijado la mirada de muchos en Cuba. Desde analistas políticos hasta las primeras planas de los diarios internacionales, la isla caribeña se ha vuelto el tópico principal con estos temas. ¿Y ya se han preguntado, cómo han permitido que disidentes cubanos mueran ante los ojos de su gobierno? El caso que actualmente ocupa la atención de muchos es la huelga de hambre a la que se sometió Guillermo Fariñas, un psicólogo jubilado. Ya van 21 días desde que optó por esta medida trágica para ver si así capta la atención del gobierno cubano. Fariñas, como periodista disidente, le reclama al régimen que deje en libertad a 28 prisioneros que se encuentran enfermos en varias cárceles. Pero mientras más días pasan, la salud de este opositor se va agravando. Se convierte en una lucha política retando a la vida y los límites que puede soportar el cuerpo humano. Esta es una de las controversias que distintos medios de comunicación se han dado a la tarea de cubrir casi a diario. Tal parece una serie de televisión, ¿qué pasará mañana en el próximo capítulo? Aunque parezca increíble, la realidad es que se ha convertido en una incertidumbre el caso, no sólo de Fariñas, sino de varios disidentes y grupos opositores del gobierno cubano. Este martes pasado varios periódicos, como El País y BBC Mundo, reseñaron el acto de repudio contra las Damas de Blanco en Cuba. Éstas realizaban la segunda jornada de protestas para conmemorar el séptimo aniversario del encarcelamiento de 75 opositores. El País informó que un grupo de unos 200 partidarios del gobierno cubano interrumpió el desfile pacífico de una treintena de mujeres. El movimiento demandaba “la puesta en libertad de 53 disidentes del grupo que todavía permanecen en prisión”. Lo que ha llamado la atención acerca de este incidente es el hecho de que se haya atentado contra mujeres. El programa televisivo Mano Limpia -transmitido desde Miami por la Cadena CV24- tocó la situación ocurrida con las Damas de Blanco en su edición del martes en la noche. El periodista Oscar Haza, quien conduce el programa, se cuestionó si era costumbre del gobierno cubano atentar contra mujeres. A esto uno de sus invitados y comentarista dijo que “nunca se había dado un incidente como éste, una acción represiva contra mujeres…esto no tiene antecedentes”. Otra invitada en el programa lo fue Janisset Rivero, del Directorio Democrático Cubano. Ella añadió que en la manifestación las mujeres gritaban: “Zapata vive, Zapata vive”. Y es muy importante este detalle, ya que aclamaban el nombre de quien hace poco murió tras una prolongada huelga de hambre. Orlando Zapata Tamayo falleció a los 42 años, luego de soportar 86 días sin comer nada. Este es el segundo opositor cubano que muere a causa de una huelga de hambre. La primera víctima en caer tras 53 días sin alimentarse fue Pedro Luis Boitel. El presidente de Cuba, Raúl Castro, quien dice lamentar la muerte de Orlando Zapata Tamayo -quien sostuvo una huelga de hambre de 86 días-. Su decepción de los eventos políticos en Cuba -para los años sesenta- lo llevó a formar una organización clandestina, El Movimiento para Recuperar la Revolución (MRR). En 1961, Boitel fue detenido y acusado de conspiración contra el Estado, y fue sentenciado sumariamente a pasar diez años en la cárcel. Mientras estuvo en prisión, le extendieron la sentencia con cargos adicionales y se probó que el gobierno cubano había violado el artículo I de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en su tratamiento al prisionero. Además, Boitel pidió autorización para abandonar Cuba pero su requerimiento fue negado. El 3 de abril de 1972, Boitel se declaró en huelga de hambre. Después de 53 días en protesta, sin recibir asistencia médica y solamente ingiriendo líquidos, murió el 25 de mayo de 1972. Ahora la historia parece estar repitiéndose muy contigua, pues el cuadro que hace poco presentaba Zapata Tamayo antes de morir parece estar reviviéndolo Fariñas. Una falla renal y el colapso de los intestinos, casi el mismo cuadro que le complicó la salud al segundo disidente en perecer, amenazan la vida del periodista. Éste fue entrevistado el pasado martes vía telefónica en el programa antes mencionado –Mano Limpia-. Su voz sonaba un poco cansada, mas su espíritu luchador evidenciaba una actitud positiva y decidida a continuar su batalla. Para Fariñas la muerte es una decisión que ya está tomada. Él aseguró que el régimen cubano quedará desenmascarado con su muerte. A pesar del delicado cuadro de salud que presenta, el opositor de 48 años dice sentirse orgulloso de la hazaña que está cometiendo. “No todos los días se le da la oportunidad a un cubano de entrar a la historia de su país”, expresó Fariñas, quien desea convertirse en un mártir. Esta no es la primera vez que Fariñas protesta a través de una huelga de hambre. Una de las más delicadas fue en julio de 2006, cuando reclamaba el libre acceso a Internet para todos los cubanos. En aquella ocasión estuvo muy cerca de la muerte, tuvo que ser hospitalizado y alimentado por vía intravenosa. Por otro lado, este disidente no cuenta con el apoyo de todos. Esto no se debe a que sus reclamos no sean válidos, sino porque el medio que utiliza como protesta no es el más favorable. Por lo menos así lo cree el periodista Fernando Raysberg, quien recientemente escribió sobre las huelgas de hambre en su blog Cartas desde Cuba. En “El suicidio como arma política” –título de su comentario- Raysberg confiesa que tuvo que pensarlo mucho antes de decidirse a escribir un “post” sobre el tema. Para él no era un problema profesional, sino ético y humano. “No creo que quitarse la vida sea una buena estrategia de lucha política y una huelga de hambre llevada hasta las últimas consecuencias no es más que un suicidio prolongado”, expuso Raysberg. ¿Por qué este periodista cataloga de suicidio a las huelas de hambre? ¿Será que él no ve posibilidad alguna para Fariñas salir airoso? Raysberg no es el único que piensa así. El politólogo Rafael Hernández -en entrevista con el diario La Jornada– dijo que “el gobierno de La Habana no negocia bajo presión, sólo el diálogo diplomático tiene resultados, como saben bien otros gobiernos”. La Comisión de Derechos Humanos recomendó que Fariñas desistiera de la huelga porque el gobierno no cede nunca. Ante toda esta controversia, el presidente de Cuba, Raúl Castro, lamentó la muerte de Zapata Tamayo. El diario El País reseñó lo que aparentemente fue una disculpa por parte de Castro. El mandatario cubano dijo que Zapata fue llevado “a los mejores hospitales” de Cuba pero “murió y lo lamentamos mucho”. Si verdaderamente quisieron salvarle la vida, ¿no lo hubieran hecho antes para evitar que su estado de salud se complicara? Ni siquiera el mejor cuidado por especialistas de la salud podría haberle salvado la vida a este disidente, ya era demasiado tarde. Mientras tanto, los ojos del mundo siguen a la expectativa de lo que pueda pasar con este atentado de Fariñas y con las posturas que puedan surgir entorno a este asunto.