Convocados a propiciar un cambio hacia un nuevo modelo en el que las actividades humanas y económicas se desarrollen en armonía con el ambiente, expertos puertorriqueños e internacionales se reunieron para aportar ideas y experiencias en el Primer Congreso Internacional de Economía Ecológica en Puerto Rico (CONECEC 2015).
Alrededor de 200 personas registradas, cuatro conferenciantes magistrales con invitados de Norte, Centro y Sur América, siete sesiones paralelas, 23 presentaciones orales, otras 15 en formato de afiche y un total de 10 países representados, entre ellos: Costa Rica, Chile, Estados Unidos, Argentina, México, Colombia, Ecuador, Brasil, Canadá y Puerto Rico, resumen la acogida que tuvo el Congreso.
A través de un comunicado de prensa se informó que, su organización recayó en el Centro Hemisférico de Cooperación en Investigación y Educación en Ingeniería y Ciencia Aplicada (CoHemis) del recinto mayagüezano, como parte de las diversas actividades que coordina para incentivar la colaboración e intercambio de conocimiento entre los países del hemisferio.
Los doctores Ivonne del C. Díaz Rodríguez, catedrática del Departamento de Economía y gestora de la idea, y Fernando Gilbes Santaella, director de CoHemis, explicaron que su celebración respondió a la preocupación por el crecimiento económico, definido erróneamente como infinito, el consumo desenfrenado y su impacto sobre el sistema ecológico.
“Por muchos años hemos vivido bajo una mentalidad equivocada, una visión individualista, fragmentada sobre cómo funciona la economía y la sociedad. Se ha demostrado a través de la física cuántica que somos uno, que todo está interconectado: la naturaleza, el ser humano y la sociedad. Eso es lo que queremos provocar, ese cambio en visión; que veamos la economía como parte de ese sistema ecológico, que es mucho más grande que nosotros y que es lo que realmente nos sustenta”, destacó la doctora Díaz Rodríguez.
“Esa idea del crecimiento económico infinito es absurda. Existen unos límites físicos y ya los hemos sobrepasado. No contamos con tres planetas para poder vivir, por lo tanto es urgente desarrollar esa conciencia de que realmente estamos conectados con la naturaleza, y para que la economía sea sustentable, tenemos que cuidar los recursos”, agregó la catedrática, quien destacó la muy pertinente encíclica del Papa Francisco,en la que recientemente denunció la “mentira de la disponibilidad infinita de los bienes del Planeta”.
Por su parte, el director de CoHemis subrayó que el enfoque internacional es imprescindible para que todos los componentes de la comunidad universitaria y los ciudadanos se encaminen y eduquen hacia esa ruta.
“Por más de 100 años, el ser humano ha estado desarrollando una economía en la que se piensa que los recursos no se acaban. En el caso particular de Puerto Rico, en un momento histórico la agricultura pasó a un segundo plano y todo lo que consumimos viene de afuera. Con esta idea, quisimos traer especialistas de otros países, personas que han estado trabajando este tema, cuyas experiencias nos pueden ayudar y guiar”, reiteró Gilbes Santaella, catedrático de Geología.
Los doctores Bernardo José Aguilar González, director ejecutivo de la Fundación Neotrópica en Costa Rica; y Joshua Farley, catedrático de la Universidad de Vermont, figuraron como dos de los conferenciantes principales de la jornada, que incluyó los temas de valoración económica y ambiental, sustentabilidad, medidas de bienestar sustentable, agricultura y energía, recursos de agua, sector pesquero, y política pública y gestión ambiental, entre otros.
Para Aguilar, quien disertó sobre el Neo-Extractivismo, la economía ecológica y la conflitividad socioambiental en la región mesoamericana y del Caribe, la relevancia de un Congreso como el que tuvo lugar en Puerto Rico es precisamente auscultar la utilidad de las ciencias representadas en la economía ecológica y la economía política en el contexto actual de América Latina, en particular, de esa zona del hemisferio.
“Muchos de los conflictos ambientales que existen hoy día y que se traducen en altos costos para las economías de la región, pueden ser solucionados primero, si entendemos las características, los intereses y la forma en que se desarrollan; y, en segundo lugar, si distinguimos las formas en que podemos utilizar los ejercicios de valoración que nos facilitan las ciencias como la economía ecológica para enfrentar esa coyuntura específica, lo cual está en la esencia de lo que pretende esta transdisciplina”, apuntó el economista y abogado.
Asimismo, el director de la organización de conservación comunitaria presentó ejemplos concretos de luchas ambientales en su natal Costa Rica, así como en Puerto Rico, Guatemala, México y Panamá que, a su juicio, enfrentan problemas muy comunes.
“Hay algunas cosas en las que algunos países están más avanzados que otros, pero siempre hay espacio para el análisis crítico y los principios que plantea la economía ecológica que son verdaderamente de avanzada y que están abrazando los académicos de este recinto universitario”, agregó.
Por su parte, Farley centró su ponencia en la Agricultura, los ecosistemas y la sobrevivencia humana, tema con el que capturó la atención de la audiencia al afirmar que la peor amenaza para los ecosistemas mundiales es la agricultura, una práctica que es esencial, pero no satisface a la población mundial por la desigualdad social de distribución de alimentos.
“Llegamos a un conflicto que, con las políticas o sistemas económicos actuales, no tiene solución. Tenemos que invertir en nuevas tecnologías que protejan el medioambiente y puedan abastecer los alimentos que necesitamos, pero también pensar en que existe ya bastante comida en el mundo para engordar a todos sus habitantes”, explicó el economista, al subrayar que ya se produce lo suficiente, pero la disparidad en su distribución no garantiza la seguridad alimentaria.
El conferenciante, quien también es biólogo y se especializa en asuntos internacionales, felicitó a los organizadores de la iniciativa en Mayagüez por promover esa nueva visión y ayudar a difundirla al resto del mundo.
“Puerto Rico podría ser la maravilla de la sustentabilidad. Lo que se necesita es agua, energía y comida, las cosas mas básicas y este país lo tiene. Es importante crear otras mentalidades sobre la economía porque la isla cuenta con todas las condiciones para ser sustentable y tener una calidad de vida excelente. El futuro del mundo está en la economía ecológica que entiende que esta es parte del ecosistema y no puede aumentar para siempre”, puntualizó Farley.
Ambos conferenciantes exaltaron la trayectoria del doctor Manfred Max Neef, catedrático de la Universidad Austral en Chile, economista, ambientalista, político y ganador del Premio Nobel alternativo en Economía en 1983. Se esperaba que Max Neef dictara su videoconferencia en directo desde Chile, pero un percance de salud no le permitió hacerlo, por lo que pronto se anunciará la nueva fecha de su disertación en el RUM.
Al finalizar la jornada, se firmó un Manifiesto en el que se hace un llamado a la acción contundente ante la urgente necesidad de transformar las economías y proteger los valiosos recursos que aún quedan en el contexto histórico de la falta de conciencia ecológica y la infinita voracidad de la producción y consumo, en detrimento de la humanidad y del Planeta.
El cierre contó con un viaje de campo a Adjuntas, en el que los participantes visitaron la sede del proyecto de autogestión comunitaria Casa Pueblo, el Bosque Escuela La Olimpia y la Subestación Experimental Agrícola en el barrio Limaní, que provee semilla selecta de café, plantas de café en etapa de vivero e injertos de cítricos, entre otras cosechas e investigaciones.
Más detalles de la actividad, así como el programa y resúmenes de las presentaciones, se encuentran disponibles en la página web http://cohemis.uprm.edu/conecec/