Seguimos dialogando con la antropóloga urbana Line Algoed, natural de Lovaina, Bélgica y graduada de las universidades de Leiden en Países Bajos y la London School of Economics en Inglaterra. Line llegó a Puerto Rico a través de su trabajo como evaluadora internacional para la organización británica BHSF, institución empleada por el programa Habitat de la ONU en la selección su premio mundial. En la primera parte conversamos sobre su labor como antropóloga práctica y su encuentro con la Corporación Enlace y el grupo de las ocho comunidades aledañas al Caño Martín Peña (el ‘G8’).
Presentamos a continuación la segunda parte de esta conversación en donde Line Algoed se expresa sobre el G8 en el contexto de la actual crisis socio-económica y política del país, y la importancia de la Universidad de Puerto Rico en estos momentos de inestabilidad.
¿Cuales son los retos mayores, según tu opinión, para estas comunidades del Caño Martín Peña? ¿Presenta la actual crisis de deuda pública y la presencia de la Junta de Control Fiscal algún peligro para el G8?
El Fideicomiso de la Tierra del Caño Martín Peña es el primer Community Land Trust que regulariza la tenencia de la tierra de los residentes de asentamientos informales. Es un ejemplo que podrían seguir muchos de los mil millones de residentes de otros asentamientos informales a través del mundo, caracterizados por falta de tenencia de tierra segura, situación que les hace aún más vulnerables, porque muchos residentes dependen de la vivienda asequible que ofrecen los asentamientos informales. Por ejemplo, en Río de Janeiro, una cuarta parte de la población vive en favelas porque la vivienda en el asfalto o ciudad formal es completamente inasequible. Pero para ser un ejemplo, este primer Fideicomiso de la Tierra también tiene que ser exitoso.
Ya anteriormente, en el 2009, el gobierno de Fortuño y el alcalde Jorge Santini le quitaron las tierras del Fideicomiso de la Tierra de las comunidades del Caño Martín Peña y se las devolvieron a las agencias públicas que antes eran sus titulares. Empezaron otra vez a promover la cesión de títulos de propiedad individual, lo que permitía continuar el clientelismo que por décadas han utilizado los partidos políticos para mantener el poder. Lo mismo pasa en muchos otros países con los títulos individuales. Todo esto podría ocurrir de nuevo. Sabemos que las leyes pueden ser cambiadas, y con la Junta todo puede cambiar. Pero como con tantas otras cosas en Puerto Rico, la respuesta es: no se sabe.
A mí me sorprende el nivel de flexibilidad que se le pide a los puertorriqueños estos días. Todo es inseguro, la gente no sabe si va a poder vivir en su propio país, si va a poder estar cerca a su familia. Me trato de imaginar cómo sería si pasara esto en Bélgica, no creo que pueda hacerlo. Toda esta gente que vive en el mismo pueblo desde varias generaciones, que todos se tuvieran que mudar por la situación económica y política. Esto es el privilegio en el que vivimos los belgas y la gente de muchos otros países de Europa Occidental.
Además de la situación económica, sabes que en Puerto Rico estamos preparándonos para un referéndum en junio sobre nuestra relación con Estados Unidos. ¿Qué papel podría jugar la permanencia de un modelo como el fideicomiso para un Puerto Rico en camino hacia su soberanía o su anexión a los Estados Unidos?
Yo veo el Fideicomiso de la Tierra como una manera de salirse – hasta cierto punto – de toda esta inseguridad e inestabilidad. Como lo dice David Harvey: los Community Land Trusts son una manera de sacar un pedazo de terreno del juego del mercado que es tan inestable y cambiante. En Puerto Rico todo puede cambiar, con la Junta, con la estadidad, pero el Fideicomiso puede permanecer estable, hasta cierto punto, por lo menos así se diseñó. Claro, no sabemos si se respetará, como mencioné antes.
En todo caso, la figura del fideicomiso comunitario puede ser una herramienta para proteger los bienes públicos de la Isla que se podría aplicar en varios contextos en los próximos años, y el caso del Caño se puede usar como ejemplo. Independientemente del resultado del referéndum, yo no creo que la estadidad será una realidad muy pronto, y no creo que sería la gran solución para los puertorriqueños. Creo que con estadidad las prácticas de gentrificación de toda la Isla podrían seguir igual, tal vez hasta ser peores, porque podría hacerse aún más fácil que la gente con dinero venga de Estados Unidos a Puerto Rico para comprar tierras, como pasó en Vieques.
Desde agosto has impartido dos importantes conferencias en la Universidad de Puerto Rico (UPR) para la Escuela Graduada de Planificación y el programa de Estudios Urbanos de la Facultad de Estudios Generales, y has tenido la oportunidad de hablar con investigadoras en el campo de desplazamiento, desarrollo urbano y planificación. ¿Qué papel puede jugar la Universidad de Puerto Rico en los proyectos urbanos durante este periodo de crisis?
Fue una gran oportunidad compartir con los estudiantes y profesores de la UPR. No dejan de sorprenderme con su capacidad de pensamiento crítico. Conocí estudiantes que están mil años más avanzados con respecto al nivel de pensamiento crítico que obtuvimos nosotros en la Universidad de Leiden. Obviamente, el contexto en el que yo estudié es diferente: pensábamos que los problemas de pobreza, desplazamiento, conflicto, era algo que pasaba lejos de nuestra realidad, un problema del “sur” del mundo, lo cual en sí mismo fue muy ingenuo y equivocado, obviamente. Pero en esa época (finales de los ‘90 y principios de los años 2000) así se pensaba en Europa Occidental y así nos enseñaban (aunque cambió mucho con la invasión de Irak).
Aquí los estudiantes han tomado un papel protagónico en la batalla contra el sistema neoliberal y colonial que produjo la situación en que está la Isla, y me interesan mucho las alternativas de desarrollo que están proponiendo los estudiantes en la huelga actual. Conocí varios estudiantes que se interesan por el tema de gentrificación de la Isla y de los asentamientos informales, los sectores más vulnerables del País en cuanto a tenencia de tierra. La tierra es lo último que tiene Puerto Rico para monetizar, así que es ahí que se va a llevar a cabo una gran batalla en los próximos años. Hay centros de estudio dentro de la UPR que tienen un conocimiento acumulado muy grande sobre los procesos urbanos en la Isla, como la Escuela de Planificación y el Centro de Estudios Urbanos de la Facultad de Estudios Generales, que está a punto de abrir su programa de estudios graduados.
En varias ocasiones has expresado tu enamoramiento con Puerto Rico. Con el conflicto social que existe actualmente en Puerto Rico, ¿ves que quede algún sentido de esperanza?
Es verdad, me quedé enamorada de esta Isla. Es el lugar más bello que he visto en mi vida. Pero da mucha tristeza a la vez, ver como se malogra la belleza con los hoteles que no dejan entrada al mar, con los Walmarts y todas las otras cadenas norteamericanas que matan la vida de las calles.
La situación en Puerto Rico es muy severa. Si se implementan los planes del gobierno actual, me parece inevitable que Puerto Rico se convierta en una Isla para los ricos, para los turistas, donde el pueblo les sirve, lo cual ya es el caso en muchos sectores. Pero en muy pocos lugares he visto una resistencia más organizada, más energética, un compromiso con su tierra y una comprensión de lo que está ocurriendo. Sé que muchos puertorriqueños piensan que es un sector muy pequeño de la sociedad, el que se resiste, pero los cientos de puertorriqueños que he conocido, todos a su propia manera están en esta resistencia. Tengo mucha confianza en la inteligencia y el compromiso de los puertorriqueños por seguir luchando. La lucha sigue y quiero seguir apoyándola.
Para ver la primera parte pulse aquí.