Con el propósito de allegar los servicios de salud a adultos y ancianos con dificultad de movilidad y transportación, los estudiantes de cuarto año de la Escuela de Enfermería del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) llevaron a cabo una Feria de Salud en el sector JKI del Residencial Manuel A. Pérez en San Juan.
“Posterior a otra Feria de Salud que se llevó a cabo en el Residencial, este grupo de estudiantes identificó que en este sector existían necesidades especiales en pacientes adultos ancianos con dificultad en el movimiento, y por ende, no habían tenido la oportunidad ni los servicios de transportación para llegar a otras ferias”, explicó el epidemiólogo Emmanuel Díaz, profesor del grupo de estudiantes de cuarto año de la Escuela de Enfermería del RCM y coordinador de la Feria.
Además de las dificultades de movilidad y transportación, los estudiantes habían identificado necesidades en la población de esa comunidad respecto a la nutrición, higiene ambiental y personal, manejo de desastres y educación en enfermedades crónicas como la diabetes mellitus e hipertensión. Como parte de la Feria de Salud, los participantes recibieron charlas, orientaciones, cernimientos y servicios de salud que responden a sus necesidades.
Según el comunicado del RCM, un grupo de estudiantes de tercer año de la Escuela de Enfermería también colaboró en la actividad. “Ellos están haciendo cernimientos de glucosa, toma de presión arterial y educando a la población sobre las áreas de necesidad que se han identificado. También se ha brindado apoyo respecto a la curación de heridas y complicaciones específicas de ciertas condiciones”, expresó la profesora Liliana Hernández, colaboradora en la Feria.
En la actividad también estuvo presente el Centro de Estudios Avanzados para el Personal de Emergencias Médicas y Profesionales de la Salud (CEAEM) del RCM, cuyo personal ofreció charlas sobre qué hacer en un momento de emergencia o crisis para mantener a una persona consiente mientras llega la ayuda médica.
“Estoy participando porque yo padezco de tiroides, del azúcar y de la presión. Esto es importante para nosotros, porque aquí hay muchas personas que son enfermas, muchas personas están con sillón de ruedas y las familias no los ayudan, no los apoyan”, dijo Elena Cruz, de 57 años, residente de la comunidad.
Según el profesor Díaz, “este tipo de actividades comunitarias ayuda a la maximización de conocimiento de los estudiantes y a su preparación en el área de la salud, así como a ver el paciente de una manera holística, donde se atiendan todas sus necesidades desde otra perspectiva fuera del salón de clases o de un consultorio médico”.
“La comunidad ansiaba los recursos y beneficios que le estamos brindando. Podemos percibir que muchas personas, pacientes y familias que hemos impactado en este lugar se sienten contentas porque hemos llegado hacia ellos”, concluyó Lucas Bulgalá, estudiante de cuarto año de la Escuela de Enfermería.