Puerto Rico se ha convertido en un gran zoológico. Y no, no estamos hablando de las curiosas especies que pueblan nuestros cuerpos legislativos, que desatan su furia interna en jangueos universitarios o escuchamos hablar en las noticias. Nos ocupamos de todas las especies exóticas que han vagabundeado por periódicos y noticieros. Hay furor con la degustación de la carne de iguana, los monos vuelven a captarnos y reaparece la pantera en los titulares. Y es que, aparte de tormentas erráticas y políticos más aún, estos animales se han convertido en protagonistas de nuestra cultura popular, al menos esta semana. Tal parece que las iguanas, especies invasoras que representan una amenaza al balance ecológico y a la biodiversidad de la Isla, gozan de gran popularidad. Parece que estos prehistóricos reptiles han sacado lo mejor del ingenio boricua y en días recientes hemos escuchado historias que van desde cómo la carne de este reptil verde se ha convertido en un manjar exótico, los ejemplares que invaden la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, los individuos que las atesoran como mascotas y los testimonios de agricultores que luchan contra los daños que causan a sus cultivos. La tendencia parece hacernos la ilusión de que al fin estamos creando conciencia colectiva sobre la necesidad de crear un plan eficaz para controlar la población de esta especie exótica. ¿Y que hay con los monos, otra vez? Luego de la traumática experiencia de los monos de Lajas, la comunidad del pueblo de Guayama continúa su vehemente oposición al proyecto de la finca de monos que había propuesto en dicho municipio la empresa Bioculture Puerto Rico. Con el apoyo de líderes comunitarios, la legislatura municipal aprobó unánimemente una ordenanza para prohibir la controversial crianza de primates en el municipio. Este proyecto espera por la firma de la alcaldesa Glorimari Jaime para validar los reclamos de los residentes. La determinación que tome la alcaldesa será un buen indicador para medir nuevamente dónde están las prioridades del gobierno actual; si en el bienestar social o en el poder económico. Y como el capítulo final de una larga telenovela, nos enteramos que la ya famosa pantera de Caimito no fue producto de la imaginación ni engaño colectivo. En un operativo del Negociado de Investigaciones Especiales (NIE) se arrestó al dueño de la exótica mascota que creó aquel furor mediático en plena Navidad por estar presuntamente ligado al mundo del narcotráfico. Dos agentes del NIE declararon que mientras estuvieron infiltrados por casi un año en la organización criminal pudieron ver al exótico felino. Así, los puertorriqueños volvemos a fascinarnos con la mística detrás de los cuentos fantásticos del reino animal. Después de todo, algo tenía que pasar para alejar nuestras mentes de la creciente tasa de desempleo, de policías que agreden a periodistas y demás tragedias del zoológico boricua.