
El sol azotaba más duro que el impuesto nuevo del CRIM a los dueños de casas, pero los estudiantes eran como el superhéroe Birdman, el paladín justiciero de los setenta al que los rayos del sol lo hacían más fuerte. Y eran muchos. En la radio, una periodista dijo que a la Asamblea de Estudiantes asistieron poco más de 300 estudiantes, pero mintió… mejor dicho, desinformó. En la Asamblea habían más de 600 personas, según calculó mi mente, la cual no ha ganado medallas en matemáticas, pero sí es experta en estadísticas deportivas. La Asamblea de Estudiantes, convocada para las 11 de la mañana del martes 13 de octubre, tuvo lugar en las afueras del Recinto de Río Piedras. Tal y como había sucedido el día anterior, los estudiantes tomaron un tramo de la avenida Ponce de León.
Eran tantos policías que en ocasiones uno podría pensar que estaban esperando a Ángelo Millones o a Alexis Trujillo. Pero no… eran estudiantes que clamaban por que la Universidad abriera sus portones para que los residentes de la Torre Norte pudieran entrar a sus hogares y que, al unísono, desaprobaban las acciones recientes del Gobierno de turno, desde el despido de decenas de miles de empleados públicos hasta la aprobación de la Ley 7 de Emergencia Fiscal, hasta la activación preventiva de la Guardia Nacional y los recientes casos de abuso policial. Allí, estudiantes de todas las facultades, profesores, líderes obreros, miembros del Colegio de Abogados, artistas y ciudadanos comunes se aglutinaron para darle paso a la Asamblea Estudiantil, la cual comenzó a eso del mediodía. “¿Y Fortuño?, ¿dónde está que no está aquí!? ¡Está vendiendo lo que queda del País!”, era una de las proclamas gritadas por la multitud durante la Asamblea, corito que siguió luego del cónclave estudiantil. La presidenta interina del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR), en Río Piedras, Gabriela Quijano, hizo el llamado para el conteo oficial de los estudiantes y, desde una guagua ‘pick up’ comenzó a deponer. Entre los estudiantes había grupos también del Recinto de Carolina y de Humacao. Las mociones aprobadas se hicieron casi todas en unanimidad. Entre las principales, está la aprobación de una resolución de respaldo al paro general del día 15 de octubre, al igual que marchar ese mismo día junto a los trabajadores de la UPR, desde el Recinto de Río Piedras. Además, la Asamblea determinó exigir la derogación de la Ley 7 y de la Ley de Alianzas Público Privadas (APP). Aunque los estudiantes se manifestaron a favor de continuar respaldando a los trabajadores despedidos por la administración actual, no se tomó ninguna determinación concreta sobre acciones ulteriores al día del paro general.
Estas resoluciones recibieron el respaldo masivo con vítores y aplausos de las presentes. Pero quizás la que mayor fulgor ocasionó fue la determinación de censurar el cierre de la Universidad, el decretado Paro Administrativo, durante toda la semana. Además, exigieron la renuncia del Presidente Interino, Miguel A. Muñoz, y reclamaron más espacio participativo dentro de la Junta de Síndicos. Asimismo, censuraron nuevamente de manera enfática los sucesos de la madrugada del 21 de agosto, cuando la Policía de Puerto Rico lanzó gas lacrimógeno y pegaron macanazos, y los estudiantes también arremetieron contra los rumores de privatización de la UPR. El cierre de las residencias Torre Norte y Resi-Campus fue uno de los puntos sensibles de la agenda del día. Un joven de Aguadilla, José Torres Martínez, tomó la palabra para solicitar repudio a estas acciones ante el aval de la multitud. Le comentó a Diálogo Digital que si lo desalojaban pernoctaría junto a los colegas universitarios que ya acampaban desde la noche antes en ese tramo de la Avenida Ponce de León. “Soy de Aguadilla”, dijo. “Si me sacan de la ‘Resi’, me quedaré aquí hasta el paro general del 15”. Entonces, en las postrimerías del evento, llegó la resolución más militante hasta el momento: “Esta Asamblea ha determinado marchar hasta la Administración Central para exigir entrar a Presidencia”, exclamó Quijano, y las tropas estudiantiles se organizaron. Durante la marcha se destacó el liderazgo de varios jóvenes, especialmente Ian Camilo Cintrón, del Movimiento Socialista de Trabajadores, y el estudiante de primer año de la Escuela de Derecho, Ricardo Olivero. La multitud bajó por la avenida Universidad y luego marchó por la avenida Muñoz Rivera hasta la Carretera #1, justo frente al Jardín Botánico. Un contingente de policías los esperaba frente a los portones cerrados del Jardín. Y entonces los jóvenes decidieron realizar el piquete en el semáforo frente al Jardín Botánico, tomando todos los carriles de ida y vuelta en la amplia Avenida, ocasionando un monumental tapón. “¡No nos dejan entrar! ¡Así que piquetearemos en medio de la Avenida!”, exclamó Cintrón por un megáfono. Durante casi una hora, los estudiantes ocuparon la Avenida, deteniendo por completo el tránsito. Muchos conductores se bajaron de su automóvil, y, aunque uno que otro mostraba molestia, fueron muchos los que le dijeron a Diálogo Digital que respaldaban las acciones estudiantiles. “Por mi trabajo no puedo decir mi nombre, pero me alegro que esto esté sucediendo”, dijo una señora desde su carro en el tapón. Y para los que pensaban que los estudiantes y la Universidad, lo que hace es promover el ateismo, sepan que en esta marcha, además, había un joven con una foto con la imagen de Cristo que durante siglos se ha promulgado, el Jesús con barba media rubiona y mirada compasiva. “Para que sepan, que Cristo está también con nosotros, que estas acciones serían avalados por Él si aquí estuviera”, comentó a Diálogo Digital el estudiante de quinto año, David Farinha, un riopedrense católico que dijo estar pensando en convertirse pronto en seminarista. “Todo esto que está pasando con el Gobierno sólo ocasionará que se sigan desmoronando los valores y la sociedad. Los cristianos debemos tomar acción junto a todos los sectores del pueblo”. A eso de las tres de la tarde, y ante las miradas de varios chóferes, unos sonriendo y aplaudiendo, y otros notablemente molestos, las conversaciones entre los estudiantes, los policías y la administración de la UPR llegaron a un punto medio. “¡Llegamos a un acuerdo con la administración y la Policía se va de frente del portón y nos darán acceso!”, expresó Olivero por el megáfono. Los jóvenes entonces marcharon hacia adentro del Jardín Botánico. Se podía respirar en el aire el triunfo estudiantil y de repente canciones de Violeta Parra, expresiones de Mercedes Sosa y frases de Pedro Albizu Campos venían a la mente. Al fin y al cabo, se impusieron los universitarios, aunque en su conciencia permanece que su lucha está lejos de terminar. El 15 se escribirá más de esta historia.