Cuando el pasado lunes se anunció que Carlos Correa fue escogido el Novato del Año de la Liga Americana, el santaisabelino se convirtió en el sexto boricua en alcanzar dicho honor en las Grandes Ligas.
Correa, Santos Alomar Jr. y Carlos Beltrán son los tres puertorriqueños que han sido escogidos en la Liga Americana. El salinense Alomar, jr. fue escogido en 1990, cuando fungía como receptor de los Indios de Cleveland, mientras que el manatieño Beltrán hizo lo propio en 1999, mientras defendía la franela de los Reales de Kansas City como guardabosques. En la Liga Nacional, mientras tanto, los tres Novatos del Año puertorriqueños son: Orlando ‘Peruchín’ Cepeda, quién lo logró con los Gigantes de San Francisco, en 1958; Benito Santiago, con los Padres de San Diego en 1987; y Geovany Soto, con los Cachorros de Chicago en 2008.
Conversamos con dos veteranos periodistas deportivos que han visto béisbol de a vicio sobre las cualidades que ayudaron a que estos seis peloteros merecieran dichos tremendos galardones en su primer año en Las Mayores. De la mano de Rubén Rodríguez, experimentadísimo reportero de El Nuevo Día, y de Hiram Martínez, escritor senior de ESPN Deportes, ponemos bajo lupa las actuaciones de estos jugadores, pero también les ofrecemos algunas anécdotas con respecto a aquellos años en los que estos gladiadores boricuas del diamante comenzaron a consagrarse.
Orlando ‘Peruchín’ Cepeda – Gigantes de San Francisco, Liga Nacional, 1958 – (.312, 25 HRs, 96 RBIs)
Rodríguez: Con 20 años, fue impresionante lo que ‘Peruchín’ logró. Lució como todo un veterano a esa edad. Es el Novato del Año boricua con menos edad en ganar ese premio, es muy impresionante eso para mí. Desde que empezó dio indicios de que iba a ser un jonronero consistente en Grandes Ligas y así fue. La carrera de ‘Peruchín’ sí se acortó dramáticamente, por los problemas de sus rodillas, pero eso dice mucho más de él, por haber puesto tantos números en tan poco tiempo.
‘Peruchín’, el primer Novato del Año de Borinquen:
Martínez: Aquí, lo primero que impresiona es que ‘Peruchín’ fue unánime. Tuvo uno de los mejores años de un novato en cuanto a promedio y jonrones y lideró la Liga en dobles con 38. Se llevó todos los votos de primer lugar, incluso acabó noveno en la votación para el premio de Jugador Más Valioso, aun cuando no cogió votos para el primer lugar. No muchos jugadores consiguen colarse entre los primeros diez de la votación para el Más Valioso. Solamente, en el 1975, Fred Lynn fue escogido el Más Valioso y Novato del Año a la misma vez. Mike Trout casi lo logra también cuando salió Novato del Año. Eso sí, ‘Peruchín’ luego fue escogido el Más Valioso y también fue unánime, y eventualmente llegó al Salón de la Fama.
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Benito Santiago – Padres de Diego, Liga Nacional, 1987 (.300, 18 HRs, 79 RBIs)
Martínez: En el caso de Benito, lo grande de su año es que, cuando él llego a las Grandes Ligas lo primero que impresionaba a la gente era su brazo, la cuestión esa de que tiraba eñangotao’, pero entonces, ya a finales de la temporada, aseguró prácticamente el premio con una racha de 34 juegos corridos bateando de hit. Aún es el récord para un novato. Y también es de Santa Isabel, como Correa. Para mí fue medio súbito todo, porque él jugaba aquí y llegó de momento a las Grandes Ligas, tomó unos turnitos y de momento al otro año era regular. Sorprendió a mucha gente, especialmente con el bateo. Creo que esa racha le dio seguridad en el plato para el resto de su carrera. Benito también fue unánime en las votaciones para el primer lugar.
La habilidad de Benito detrás del plato era insólita:
Rodríguez: Curiosamente, yo tuve la encomienda de llamar a Benito todos los días después del juego durante aquella racha de los 34 juegos que menciona Hiram. Tenía 22 años ese muchacho. Lo más dramático era que llevaba mucho tiempo, desde la década de los 50, sin que Puerto Rico tuviera un Novato del Año. Y Benito llegó y causó un impacto directo, tanto de forma ofensiva como defensiva. De las anécdotas que te puedo contar, aunque no me pasó directamente a mí, fue que Benito, por ejemplo, tuvo problemas con un lanzador que ya falleció, llamado Eric Show, que era bien brillante pero era muy difícil de bregar con él, de hecho se suicidó, que en paz descanse. Cada vez que Benito iba al montículo, él le decía “ok Benny, get out of here”, porque Benito no se podía expresar bien. Shaw se molestaba porque no quería bregar con él, pero tenía que hacerlo, no había de otra, era el mejor catcher de la Liga Nacional. Otra cosa que recuerdo, cuando Benito resultó Novato del Año, me preguntó que qué yo creía de que jugara con San Juan ese año, porque el dueño Ernestito Díaz González lo estaba llamando para jugar y yo le sugerí que jugara, aunque sea un mes, para que los fanáticos lo vieran. Entonces, el día que se reporta a la práctica llovió. Vuelve al otro día y llueve de nuevo. Y nunca más volvió. Me dijo que se le quitaron los deseos. Fue como si él viera la lluvia como un indicio del destino sobre lo que tenía que hacer. Literalmente, se le aguó el deseo de jugar.
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Santos Alomar Jr. – Indios de Cleveland, Liga Americana, 1990 (.290, 9 HRs, 66 RBIs)
Martínez: Fíjate, Santitos había jugado en Grandes Ligas antes, pero se había lesionado y no tenía los turnos para ser Novato del Año. Cogió un turno en el ‘88 y jugó también en el ‘89 cuando estaba en San Diego. Lo cambiaron a Cleveland, curiosamente porque Benito era el cátcher de San Diego, y Santitos no tenía posición, lo cambiaron a él y a Carlos Baerga a Cleveland por Joe Carter. Irónicamente, luego a Carter y a Roberto Alomar los envían a Toronto. Entonces, en Cleveland es que Santitos despunta porque le dan la posición de catcher y se convierte en un líder. Santitos desde el principio fue un líder que demostró gran ‘baseball sense’ y fue parte de la reconstrucción de Cleveland de la década de los noventa que llevó a los Indios a una Serie Mundial luego en esa década. Ese año bateó bien, a pesar de que durante su carrera se lesionaba a menudo, en este año estuvo saludable y puso muy buenos números. Esa fue su norma durante su carrera, solamente jugo más de 100 juegos en cuatro temporadas, pero era un tipo que causaba impacto. Creo que de lo más importante de Sandy fue que desde ese primer año demostró su liderazgo, al punto que ahora es coach de Grandes Ligas y debiera ser dirigente, pero eso es otra historia.
Alomar, jr. fue un pilar para los Indios durante la década de los ’90:
Rodríguez: Una cosa de Sandy es que vino en una época la par con Benito, en un momento bastante rápido después de que surgiera Benito. Su proyección era inmensa: el segundo mejor catcher joven del país, con la diferencia de que no era tan buen bateador como Benito. Pero llamó la atención rápido. Un dato curioso es que también era del sur, así que ahí tienes a los primeros tres Novatos del Año saliendo del sur: ‘Peruchín’, de Ponce, Benito de Santa Isabel y Santitos de Salinas. Me tocó entrevistarlo cuando llegó después que ganó; fue en el aeropuerto de Merceditas en Ponce, fue un buen recibimiento. Una cosa que recuerdo de Sandy es que físicamente se desarrolló bien rápido. Me acuerdo cuando empezó con Santurce, que era bien flaco y yo le decía a su papá Santos Sr.: “oye, en la defensa está excelente, pero yo lo veo todavía muy flaquito”. Y él me decía: “Espera que eche más libras para que veas, ya tú verás”. Y así fue.
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Carlos Beltrán – Reales de Kansas City, Liga Americana, 1999 (.293, 22 HRs, 108 RBIs)
Rodríguez: Beltrán venía ya precedido de unas evaluaciones bien ‘heavy’. El problema era que cuando lo fueron a escoger en el sorteo inicialmente estuvo lastimado y entonces Kansas City cogieron a Juan Lebrón por encima del, quizás eso lo atrasó un chispito. Pero, claro a Beltrán le dieron más dinero. ¡Es que él ya era un jugador de cinco herramientas! Y eso no se veía mucho. Yo pienso que este fue el primer jugador de cinco herramientas que tuvo Puerto Rico. ‘Peruchín’ quizás era lo más parecido al primer jugador de cinco herramientas que tuvo Puerto Rico, pero yo no tengo duda de que Beltrán sí lo era en su comienzo. Y ahora, claro, contamos con Correa.
Beltrán lo mismo la saca del parque a lo derecho que a lo zurdo:
Martínez: ¡Carlos Beltrán! Lo vi de cerca. Él empezó lento y calentó como en julio. Pero lo más brutal para mí fue como sucedió. Ese año fue que exaltaron a ‘Peruchín’ Cepeda al Salón de la Fama. Lo exaltaron en julio, junto a tres otros grandes: Robin Young, Nolan Ryan y George Brett, que es una eminencia de Kansas City, donde jugaba Beltrán. Recuerdo que el día de la exaltación le preguntaron a George Brett quién él creía que iba a ser el próximo jugador de Kansas City en entrar a Cooperstown y él si pensarlo dijo que si no se lesionaba iba a ser Beltrán. Al otro día, Brett estaba con ‘Peruchín’ en un juego de Kansas City y lo llama y hala a Beltrán y le dice a ‘Peruchín’: “This is the kid”; “este es el muchacho”. Le echó la bendición. ¡Y ese mismo mes de julio empezó a producir en la ofensiva! De lo más que me impresionaba a mí de Beltrán era su brazo. Claro, tuvo un gran año para un novato, pero su capacidad de cubrir terreno y su brazo era lo más impresionante: tenía un brazo de jardinero derecho jugando en el jardín central.
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Geovany Soto – Cachorros de Chicago, Liga Nacional, 2008 (.285, 23 HRs, 86 RBIs)
Martínez: Fíjate, de todos los boricuas, Geovany Soto fue el Novato del Año más atípico y más inesperado que creo haber visto. Soto debutó a los 22 años de edad tomándose una tacita de café con un turnito en 2006, luego a los 23 años, en 2007, tomó poco más de 20 turnos y se ganó la posición en Chicago, al punto que fue el catcher en los playoffs. Hizo un buen final de temporada, hizo un buen campamento primaveral y luego en 2008 se quedó con el canto. Pero desde entonces ha tenido muchas altas y bajas. Incluso lo han bajado a Liga Menor, lo han cambiado a varios equipos. Esto te demuestra que el premio de Novato del Año puede ser el inicio de una carrera de Salón de la Fama o puede ser una carga, dependiendo como vaya tu carrera.
En 2008, Soto era una potente arma para los Cachorros:
Rodríguez: Pues Geovany casi no jugo béisbol invernal, y yo creo que eso lo afectó eventualmente. Aunque sí me acuerdo que lo veía mucho practicando temprano en el Bithorn cuando era un prospecto y aún no iba al sorteo de novatos. Muchos me decían q iba a ser grande. Y sí, explotó y explotó bien, pero era alguien que uno no esperaba que fuese así. Para mí fue sorpresivo que fuese Novato del Año. Por lo menos esa era mi percepción. No ha sido un pelotero muy consistente, se quedó como un chamaco que inexplicablemente no encontró su consistencia. Te digo, yo creo que quizás le hubiese ayudado jugar en invierno luego del premio.
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Carlos Correa – Astros de Houston, Liga Americana, 2015 (.279, 22 HRs, 68 RBIs)
Rodríguez: Ah, Correa… Aquí estamos en presencia de uno de los jugadores más completos que va a dar el país en su historia de béisbol. Estamos hablando de alguien del nivel de un Iván Rodríguez, de un Roberto Clemente, de un Roberto Alomar. Ha llegado bien trabajadito a Grandes Ligas, no hay mucho malo que contar de él, al contrario. ¡Diantre! Me recuerdo incluso cuando hizo aquella gran jugada en el parque de Juncos, en un juego entre Carolina y Santurce, en 2012. Esa jugada yo la considero una de las mejores que he visto en el béisbol de Puerto Rico. Correa aquí causó impacto de inmediato y lo mismo se puede decir de las Grandes Ligas.
Mira la espectacular jugada de Correa de 2012:
Martínez: Correa es un tipo que ya ganó el Novato del Año, pero además se proyecta como un futuro Jugador Más Valioso, una superestrella y, más allá, la cara del béisbol puertorriqueño y cuidado si la cara de todo el juego de Grandes Ligas. Y lo mejor de todo es que el otro de los nuestros que llegó segundo, Francisco Lindor también. Correa marca un resurgir, un nuevo ciclo de presencia puertorriqueña de alto calibre en Grandes Ligas, es un pelotero de los que salen cada 50 años. Tiene 21 años y parece que ya lleva 10 años en Grandes Ligas. ¡Y lo más grande es que de Lindor también se puede decir lo mismo! Cualquiera de los dos hubiese sido Novato del Año de forma unánime si no estuviese el otro. Es un buen momento para el béisbol puertorriqueño.
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