“Pillo-policía“ solía ser un juego de niños, pero llegó al Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico y se convirtió en un juego político.
1.
El megáfono dio la señal. Comenzó la cacería entre pillos y policías, o entre rojos y azules. Da lo mismo. De allí en adelante, se intercambiarían los roles. Al final, el objetivo era atrapar y perseguir al ladrón. Meterlo en una cárcel que desde lejos vigilaban los alguaciles-violetas que nunca participaron de la acción, mientras rojos y azules se perseguían sin reparos por el cuadrángulo principal de la Facultad de Humanidades.
2.
En medio del edificio Eugenio María de Hostos, al lado de una torre que parece inamovible, se centraron los líderes máximos de los pillos y los policías. Daban instrucciones. Dirigían a sus discípulos. Mientras tanto, algunos adeptos del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Partido del Pueblo Trabajador (PPT) preparaban sus mesas, con ánimos de reclutamiento. Tenían hasta banderas. Pero estaban en las esquinas, esperando que alguien se les acercara. Regalaban uno que otro panfleto, siempre apartados del escenario principal. Después de todo, los azules y los rojos se perseguían vorazmente. Cualquier intervención de su parte, podría resultar en un desastre.
3.
–Ya atrapé dos rojos. ¡Qué no quede ni uno libre!
Al menos, eso gritaba un miembro del equipo azul, que en la primera parte del juego es un policía. Mientras tanto, caminaba junto a dos compañeros rojos que había capturado.
–No te preocupes. En la próxima ronda yo soy policía y vas a ver.
4.
La primera parte terminó. No hubo ningún ganador. A la una de la tarde, las 200 personas registradas estaban descansando. Fue una hora dura. ¡Los azules sí que son rápidos! O quizás tenían muchas ganas de atrapar.
Los adeptos de los partidos políticos tuvieron diez minutos para salir de sus sillas. Hablaban con algunas personas. Uno que otro se quedó en la mesa con celular en mano, quizás esperando que alguien llegara a recoger alguna hoja de papel.
Pero el “tenki” terminó. La carrera tenía que seguir. A partir de la próxima hora, los rojos serían policías y los azules serían ladrones. Verdes y violetas tendrían que permanecer en sus mesas, nuevamente.
5.
Volvió la misma dinámica. Rojos buscando azules y azules que saltaban, por eso de que no los atraparan, los asientos del cuadrángulo que le hace honor a una universitaria arecibeña que fue asesinada en circunstancias que no fueron cosa de juego.
En el juego que se escenificó ayer en el recinto riopedrense no hubo buenos ni malos, solo una persecución devoradora. Las reglas también estaban dadas.
–¡Corre! ¡Corre! ¡Detrás de ti hay un azul!
–¿Dónde?
–Toca’o. A la cárcel.
6.
Cayó un diluvio. Ni los rojos ni los azules dejaron de correr. Nadie quería dejar de ser un policía o un ladrón. Parece que les gustó la cacería. Igual, ya dieron las 2:00 p.m. Verdes y violetas recogieron sus mesas. El juego ya terminó. No hubo ningún ganador.
Pero parece que algo anda mal. Ya no sé si estoy hablando del 8 de noviembre o del juego masivo de pillos y policías que hubo ayer en el Recinto de Río Piedras.
- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)
- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)
- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)
- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)
- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)
- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)
- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)
- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)
- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)
- De camino a la cárcel- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)
- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)
- Juego masivo de Pillo-policía en la UPRRP (Perla Rodríguez/ Diálogo)