Académicos, juristas y teólogos problematizaron el tema de la separación de Iglesia y Estado en el marco constitucional de Puerto Rico y los Estados Unidos, durante un coloquio celebrado en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP).
Los recientes debates que se han suscitado en cuanto al discrimen por razón de orientación sexual en el contexto laboral, los derechos del matrimonio entre personas LGBTT y los Decretos de Ayunos que practican diversos municipios de la Isla, han despertado la interrogante acerca de cuál es el rol del Derecho en estructurar la relación entre el Estado y la religión.
Durante la conferencia titulada “Estado, Religión y Derecho”, el moderador y profesor Hiram Meléndez Juarbe expresó que la Constitución de Puerto Rico declara, que habrá “completa separación” entre la Iglesia y el Estado, pero su preámbulo invoca a un “Dios todopoderoso”. Lo que refleja un marco histórico sobre las conductas de una comunidad política y humana que está arraigada al culto religioso, advirtió.
Otro de los panelistas, Efrén Rivera Ramos, exdecano de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras, indicó que hay una aspiración de separación, pero hay una realidad cultural de no separación. De igual manera, sostuvo que, en la manera en que se garantiza la libertad de creencias religiosas en Puerto Rico, refleja el carácter de la democracia y el rol de las instituciones políticas.
La Constitución norteamericana establece sólo dos disposiciones relacionadas a la libertad de creencias religiosas. Ambos estatutos establecen que no se impondrá ley alguna relativa al establecimiento de la religión y no se exigirá ninguna prueba o criterio religioso como requisito para ocupar un cargo público. Mientras que la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico determina siete disposiciones, entre las que se afirma que habrá completa separación de la Iglesia y Estado.
Por otra parte, mediante la ponencia de Julieta Lemaitre, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes en Bogotá, se puntualizó la presencia política de la iglesia católica en democracias latinoamericanas. Con su mirada sociológica presentó a las catedrales y al sonido de las campanas como actores sociales que instituyen una fuerza de poder igualitaria al Derecho.
“Cuando estés parado en cualquier plaza principal, recuerda que la catedral que tienes al frente no es una reliquia, es también una fuerza y un espacio de movilización política. Recuerda, que el sonido de esas campanas no es sólo el sonido de las ideas religiosas en la esfera pública, es un sonido de un actor político e institucional”, señaló la panelista, quien estuvo presente mediante videoconferencia.
Más allá de las discusiones relativas al Derecho en el contexto de la libertad de culto, en las manos de los ciudadanos está la clave para destruir el puente que une la religión y la política, según afirmó el doctor Ediberto López Rodríguez, profesor del Nuevo Testamento y de Griego en el Seminario Evangélico de Puerto Rico.
“Esto se va a resolver tal como se resolvió el problema de la esclavitud y la Iglesia. La mitad de las iglesias se oponían a la liberación de los esclavos y hoy ninguna iglesia quiere la esclavitud. Esto se va a resolver tal como las iglesias evangélicas se opusieron al sufragio femenino en este país y, sin embargo, hoy las iglesias evangélicas tienen cerca de 500 mujeres pastoras. Así que esto se va a resolver culturalmente”, puntualizó.