Desde los años noventa del siglo pasado hasta la actualidad, el abismo que separa a ricos y pobres en el mundo se ha profundizado significativamente, de acuerdo con un informe de la organización humanitaria Save the Children.
La pobreza, antes concentrada en las naciones de menores ingresos, ahora aumenta también en las de “ingresos medios”, donde reside más del 70 por ciento de la población de escasos recursos a escala global.
Además, en las 32 naciones más desarrolladas del mundo, la brecha entre las capas con más recursos y las menos favorecidas ha llegado a su máximo histórico en 20 años y sigue aumentado.
Durante este periodo, en el 20 por ciento de estos países las ganancias de los pobres han bajado considerablemente, lo que afecta, sobre todo, las condiciones en que nacen y crecen los menores.
Desde la década de los noventa, la brecha entre niñas y niños ricos y pobres a nivel internacional ha aumentado un 35 por ciento, es decir, casi el doble de las diferencias entre adultos. Esto significa que en algunos países la proporción de menores pobres, que mueren antes de cumplir cinco años de edad es el doble de la proporción entre los ricos.
Sin embargo, la organización reconoce que ha habido cierto progreso en algunas áreas relacionadas con el bienestar de los niños, como por ejemplo, en la mortalidad infantil.
El informe de Save the Children, que precede a una reunión de la Organización de las Naciones Unidades (ONU) con el propósito de adoptar nuevas estrategias para erradicar la pobreza en el mundo y establecer nuevos Objetivos de Desarrollo del Milenio posteriores al 2015, invita a abordar las desigualdades de tal modo que los ingresos generados por el crecimiento económico se distribuyan más eficazmente.