El debate sobre la influencia de la religión en asuntos seculares de educación sigue en efervescencia.
La separación de Iglesia y Estado, y el impacto de la religión en asuntos educativos en Puerto Rico será el tema principal a discutirse este miércoles 8 de abril en el foro Educar con ciencia, a celebrarse en el Anfiteatro #108 del edificio Carmen Rivera de Alvarado (CRA) en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.
En el foro participarán personas destacadas en diversas disciplinas académicas y organizaciones de la comunidad. Uno de los puntos claves de la discusión girará alrededor de la influencia de la religión en los debates sobre la perspectiva de género y en el sistema educativo en general.
La doctora Sonia Serrano Rivera expondrá sobre los efectos sociales y jurídicos del discurso religioso en torno a las diferencias de género. Además, pondrá bajo lupa las limitaciones y la involución del derecho sobre el género femenino.
Mientras, el doctor Nelson Varas Díaz compartirá su reflexión sobre la religión y el estigma social, enfatizando en las implicaciones que esto tiene en la educación de profesionales de la salud en Puerto Rico.
De igual forma, el doctor Domingo Marqués Reyes compartirá su presentación titulada: “Desaprendiendo y aprendiendo dogmas: La enseñanza y el adiestramiento clínico basado en evidencia”.
Desde el campo de la labor comunitaria llegará también la activista Miluska Martínez Sarson, quien discutirá el potencial de la educación popular y la educación formal en el desarrollo de conciencia y acción social con perspectiva de género.
La doctora y profesora del Recinto de Ciencias Médicas, Sheilla Rodríguez Madera, también participará del foro.
“Ante la crisis fiscal y de derechos que estamos enfrentando, urgen reflexiones sobre las ramificaciones que conlleva la educación sin ciencia. Estamos hablando de un fenómeno que lastima nuestros derechos democráticos y que tiene implicaciones en diversas áreas como la prestación de servicios de salud, el acceso a servicios de asistencia gubernamental, por ejemplo. Entendemos que no es posible garantizar nuestros derechos ciudadanos como seres iguales, en tanto haya sectores que disfruten privilegios particulares como es la exención contributiva en el caso de las iglesias. La protección del espacio público es importante precisamente porque es de todas y todos, y debe estar libre de cualquier apropiación particular”, mencionó Rodríguez.
Este foro es una iniciativa de varios profesores universitarios y el colectivo ‘Dios le debe a Hacienda’ y forma parte de la campaña ‘Educar con ciencia’, que recientemente inició con la difusión de material educativo en pro de la separación de Iglesia y Estado, especialmente en lo que tiene que ver con el sistema de educación pública del País. Este vídeo que presentamos a continuación, el cual ya ha aparecido en los principales medios del País, explica la campaña.
Según explicó el colectivo, “esta jornada tiene el fin de promover la separación entre Iglesia y Estado a través de cuñas audiovisuales, manifestaciones y foros públicos, en donde se denunciará la intervención religiosa en la educación pública de Puerto Rico. La campaña se fundamenta en señalar las ventajas que tiene la doctrina religiosa en las escuelas, así como su injerencia en asuntos gubernamentales, gracias a los privilegios y ventajas económicas que disfrutan. Las iglesias no pagan impuestos sobre sus ingresos pero deciden lo que se hace con el dinero de nuestras contribuciones cada vez que pretenden imponer sus creencias en la educación pública, pero también en las leyes que nos gobiernan a todos y todas”.
Mediante comunicado de prensa y usando cifras que provee el propio Estado, el colectivo indicó que en Puerto Rico, la educación pública enfrenta uno de sus más serios retos. De partida, sufre de más de un 40% de deserción y el 77% de su población está bajo el nivel de pobreza. De los desertores, muchos son llevados directo a institutos en donde consiguen en tres meses lo que se debe aprender en 4 años, otros se ven obligados a dejar de estudiar y entrar al mundo del trabajo, incluido el ilegal, mientras que muchos otros, aún al borde de la pobreza, se ven obligados desde el sacrificio de sus familias a estudiar en escuelas privadas o a salir del país.
Hace cinco años el Departamento de Educación atendía a 530, 562 estudiantes, al 2013 atiende solo a 492,429, eso es una reducción de más de 38 mil estudiantes en cinco años. En el mismo periodo las escuelas privadas mantuvieron más o menos estable la cantidad de estudiantes, con un promedio de 155 mil. Más de 500 escuelas públicas han sido cerradas y se han perdido más de 6 mil plazas de maestros en sólo cinco años. En el sector privado son alrededor de mil maestros menos. Mucha de la pérdida de estudiantes se debe a la emigración, pero la mayoría se pierde ante la competencia de la educación privada.
“El derecho a la educación se ve socavado cuando la oferta del Estado se reduce y con el mismo gesto se nutre la educación privada usando fondos públicos. Ese es el caso de la educación en Puerto Rico”, puntualizó Amado Martínez Lebrón, portavoz del colectivo.