PUERTO ESPAÑA (Reuters) – Estados Unidos y Sudamérica comenzaron a cerrar heridas el sábado, en el inicio de una cumbre hemisférica que se encamina a dejar atrás una etapa de tensiones políticas y a consolidar un acercamiento entre Washington y el gobierno comunista de Cuba. En su primer contacto con la región, el presidente estadounidense, Barack Obama, tuvo gestos cordiales con los países más críticos de la Casa Blanca, que llevaron a Venezuela, líder de la izquierda más radical en Sudamérica, a asegurar que las golpeadas relaciones bilaterales mejorarán. El clima positivo y dialoguista que marcó el paso de Obama por Puerto España contrastó fuertemente con las tumultuosas relaciones que hubo durante la presidencia de George W. Bush, su predecesor, y que derivaron en el fracaso diplomático de la anterior cita hemisférica en Argentina en el 2005. “Estamos haciendo progresos en la cumbre”, dijo el presidente estadounidense tras la reunión, que se desarrolló en un ambiente cordial, según relatos de jefes de Estado que participaron. Los mandatarios sudamericanos también se mostraron satisfechos de haber podido reiterar su pedido para que Cuba sea reincorporada incondicionalmente a los grupos regionales y de pedir a Washington que levante el embargo comercial que le aplica desde hace 47 años. “No tengo la menor duda” de que las relaciones con Estados Unidos mejorarán, dijo Chávez, quien señaló que comenzaría a evaluar la designación de un embajador en Washington, cargo vacante desde septiembre cuando ordenó retirar la delegación diplomática por disidencias con políticas de Estados Unidos. El mandatario de la potencia petrolera sudamericana elogió a Obama y le regaló una edición dedicada del libro “Las Venas Abiertas de América Latina”, un texto clásico de la izquierda latinoamericana del autor uruguayo Eduardo Galeano. Obama lo recibió con una sonrisa y bromeó: “Pensé que era uno de los libros de Chávez”. Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de la potencia sudamericana Brasil, le recomendó que envíe a la secretaria de Estado Hillary Clinton a Venezuela y a Bolivia para ayudar a reestablecer las dañadas relaciones con esos países. Durante su presentación en la noche del viernes, el mandatario estadounidense había señalado que era importante reconocer los errores del pasado, pero pidió no culpar a su país por los problemas del hemisferio. Además de las nuevas urgencias económicas, y de la situación cubana, los líderes de los países nucleados en la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) trataron en la reunión asuntos de pobreza, asistencia financiera, narcotráfico y energía. Michelle Bachelet, presidenta de Chile y también de Unasur calificó a la reunión como “muy positiva” y llamó a no repetir errores para “buscar ese cambio en la historia que queremos tener de que todos los países de nuestro continente podamos construir un mejor destino para todos nuestros ciudadanos”. CUBA La cumbre que comenzó el viernes estuvo precedida de una febril actividad diplomática en torno a Cuba, que fue suspendida por la Organización de Estados Americanos en 1962. El país caribeño es el único ausente en la cumbre. Antes de llegar a Puerto España, Obama ofreció reiniciar la relación con Cuba tras levantar las restricciones a los viajes familiares de cubano-estadounidenses a la isla y liberar el envío de remesas. A cambio, pidió a Cuba debatir el estado de los derechos humanos en su territorio, la existencia de presos políticos y las restricciones para salir del país. El presidente cubano, Raúl Castro, dijo esta semana que estaba dispuesto a dialogar a agenda abierta y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, señaló que propondrá a la asamblea de países miembros la eliminación de la resolución que alejó a la isla antillana del foro. Lula afirmó que no es posible que vuelva a haber una cita de las naciones del hemisferio en la que no esté Cuba, y Chávez fue más lejos al proponer que la siguiente reunión sea en La Habana. La Casa Blanca dijo haber detectado cambios en la retórica del Gobierno cubano, en otra señal sobre el proceso de aproximación entre los dos viejos enemigos de la guerra fría. “Que en la Cumbre de la Américas, el presidente de los Estados Unidos diga que va a iniciar una nueva etapa en la relación con Cuba, me parece que esto solo justifica esta cumbre”, dijo la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, resumiendo el estado de ánimo generalizado. OBAMA El desembarco del carismático presidente estadounidense conmocionó a la capital de Trinidad y Tobago, donde se reúnen 34 jefes de Estado de la región, en una cita cuya magnitud obligó a usar dos cruceros como hoteles para la prensa y los invitados. Su popularidad quedó impresa en las camisetas, gorras y libros que llevan su cara, y que se venden generalmente acompañados con la leyenda “Trinidad y Tobago te ama”. Imágenes transmitidas durante algunos eventos de la cumbre mostraron cómo otros mandatarios pedían a Obama que autografíe libros o se tome fotografías con ellos. El mandatario de Colombia, Alvaro Uribe, dijo que iba a hacer enmarcar un papel donde su par estadounidense le había dedicado una frase. “Esta es la cumbre de Obama”, resumió un diplomático brasileño.