El científico Rolf Halden recientemente completó una abarcadora revisión de la literatura sobre el efecto de los plásticos en la salud humana y el medioambiente. Este estudio reveló que los beneficios de los plásticos son eclipsados por una serie de efectos negativos a largo plazo. En un día promedio, si miras a tu alrededor es casi imposible que no veas algún objeto hecho de plástico. Los plásticos son sustancias derivadas del petróleo hechas de largas cadenas de moléculas orgánicas, es decir, hechas de carbono, hidrógeno, oxígeno y/o silicio. Diferentes proporciones de estos elementos químicos contribuyen a la creación de una gran variedad de plásticos, ya sean flexibles o rígidos, transparentes u opacos, en láminas delgadísimas o bloques, entre otros. Aunque los plásticos han sido parte de la sociedad moderna por más de 50 años, siempre ha habido la sospecha de que éstos podrían tener efectos negativos a la salud humana o al medioambiente. Recientemente, el científico Rolf Halden de la Universidad Estatal de Arizona completó un abarcador estudio para investigar cuáles son las consecuencias negativas de los plásticos. Aparentemente, los plásticos sí pueden tener un impacto a largo plazo para las personas y la ecología global. Un problema del plástico es lo mucho que se produce. Se estima que a nivel global cada año se manufacturan más de 300 millones de toneladas de plástico. Esta producción anual es equivalente a llenar vagones de trenes con plástico y ponerlos uno detrás del otro por una distancia de 25,000 millas (40,000 kilometros). Otro problema de los plásticos es que no son biodegradables, sobre todo a corto y mediano plazo. Contrario al papel, el cartón, la madera y los alimentos desechados, que eventualmente son descompuestos por hongos y otros organismos, los plásticos pueden sobrevivir cientos de años sin descomponerse. En ciertas partes del océano, por ejemplo, hay seis veces mas plástico que plancton, un microrganismo esencial en la cadena alimenticia marina. “Existe actualmente una disparidad entre por cuánto tiempo usamos un producto y cuánto tiempo tarda este producto en biodegradarse. Las botellas desechables, el hilo dental con teflón y los palillos para limpiar oídos son tres ejemplos de objetos que usamos por un minuto pero que tardan cientos o miles de años en descomponerse” dice el Dr. Halden. Los componentes químicos de los plásticos ya están corriendo por nuestras venas. Una simple prueba de sangre u orina encontrará decenas de compuestos derivados del plásticos en cantidades diminutas. Algunos de estos componentes tienen efectos en el sistema endocrino humano y en el desarrollo del cerebro. Desafortunadamente, es muy difícil descubrir exactamente cuáles son los efectos de estas sustancias en la salud por su pequeñísima concentración y porque al haber múltiples sustancias en la sangre es casi imposible saber cuál sustancia está relacionada a una condición de salud en particular. Hoy en día están emergiendo nuevas tecnologías podrían reducir nuestra dependencia en los plásticos tradicionales al diseñar nuevos plásticos biodegredables y plásticos que no sean derivados del petróleo. Así podríamos evitar o reducir problemas de salud y limpiar nuestro medioambiente. Para acceder al texto original puede visitar: www.cienciapr.org.