“El mes de septiembre es uno muy cargado para mí”, pronunció el periodista Carlos Weber antes de enumerar todas las situaciones que lo agobian con la llegada de este mes. Esto luego de la presentación del documental biográfico Cuentas Pendientes, presentado el pasado 11 de septiembre, en el teatro Francisco Arriví.
Weber aludía al recuerdo del golpe de estado en su natal Chile (11 de septiembre de 1973), al natalicio de Pedro Albizu Campos (12 de septiembre), a su propio cumpleaños (15 de septiembre), a la muerte de Pablo Neruda (23 de septiembre de 1973), al asesinato de Filiberto Ojeda Ríos (23 de septiembre de 2005) y al Grito de Lares (23 de septiembre de 1868). Y bueno, ¿por qué no mencionar el 11 de septiembre estadounidense? La mera insistencia de incluirlo lo resignifica, es un modo de “robarnos nuestra historia”, como sentenció el periodista.
Weber fue obligado a marcharse de su natal Chile el 5 de abril de 1974, luego de haber sido encarcelado y torturado a raíz del golpe de estado de Augusto Pinochet. Esta mezcla de eventos multinacionales componen las vivencias de un periodista del que no sabemos nada fuera de lo que presentaba en las noticias.
Cuentas Pendientes documenta el camino de reconexión de Weber con Chile, su familia, sus amigos y compañeros de militancia, en un viaje que pretende formular preguntas silenciadas por el dolor, concretar encuentros evitados y sanar heridas abiertas por 40 años. Su historia ha permanecido bajo el radar —por decisión propia— pero, al enterarse de la inclusión de su nombre en la lista de torturados de la Comisión Valech (2011), decidió compartir sus vivencias y realizar este documental.
En él vemos a un Weber que no hemos conocido antes. Si bien como reportero se ha percibido serio e implacable, en la obra fílmica lo vemos en una faceta más sensible. Es decir, lo vemos llorar, sonreír, bromear con sus amistades, pero también navegamos entre la reflexión sobre su pasado y la angustia. Estamos en los rincones de su casa en Puerto Rico, en su antiguo lugar de trabajo (Univisión) y en la casa de sus padres en Chile, entre otros.
Incluso, visita a su exesposa en Argentina y se enfrenta a los cuestionamientos de su primera hija, quien prácticamente se crió sin la presencia de su padre debido al abandono forzado producido por la persecución del régimen chileno. Esto provoca el encuentro más tenso de todo el filme, quizá hasta raya en la incomodidad. Sin embargo, solo podemos presumir que así será fuera de las cámaras por gran parte de su vida también.
El documental recurre al uso de animaciones para recordarle al público que los espacios que hoy transitan despreocupados, en un pasado fueron escenarios de atropellos y violaciones a los derechos humanos.
Weber sirve de enlace para fomentar la discusión sobre historias similares en donde el Estado convierte a sus ciudadanos en seres de tierra sin tierra. En su caso, por ejemplo, perdió la patria que nunca pensó abandonar, Chile. Se trasladó a Argentina, luego a Estados Unidos y finalmente llegó a Puerto Rico, donde ha permanecido por más de 27 años.
Bajo la dirección de Arleen Cruz Alicea, de Producciones Once 9, Cuentas Pendientes fue financiado por el Fondo Cinematográfico, bajo el Programa de Desarrollo de la Industria Cinematográfica (PDIC) del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio de Puerto Rico (DDEC). Al ser elegido por la 11ma Convocatoria Anual de Documentales, recibió un incentivo de $199,756.
Amnistía Internacional respaldó el proyecto, además de Annabelle Mullen Pacheco (productora), Jaime Costas (director de fotografía), David Moscoso (editor), José Elí Pérez (diseñador de sonido), Omar Silva (compositor musical) quienes conformaron el equipo de producción.
Las cuentas pendientes se saldan, según dicta la lógica y es lo menos que se espera de quien las debe. Sin embargo, algunas cuentas creen tener un sentido de privilegio que las diferencia de las demás y por eso parecen no seguir esas estipulaciones. Hablamos de las cuentas del poder, esas que aun con el pasar de los años no cierran.
Una de las preguntas remanentes luego de ver el documental sería ¿cómo se lidia con una cuenta que lleva 40 años vigente, en pleno cobro?
“A mí me pagarían poquito de las cuentas pendientes si liberaran a Oscar López Rivera”, expresó Weber en la actividad. ¿Será suficiente?
El documental estrenará en Fine Arts el 17 de noviembre.