La industria del cine puertorriqueño se encuentra en medio de una polémica bochornosa gracias a la más reciente película escrita y dirigida por Eduardo “Transfor” Ortiz: Vasos de Papel. Aún cuando a través de diversos medios se ha divulgado el suceso con diferentes posturas ante el mismo, voy a describir rápidamente lo ocurrido para quienes todavía no se han enterado.
Luego del estreno del filme, Ángel Sanjurjo, escritor de la película Talento de Barrio, publicó en su Facebook que luego de ver el filme de 1985, Secret Admirer, estaba sorprendido ante el hecho de que Ortiz hubiese hecho “copy-paste” de esta producción hollywoodense. Estas acusaciones fueron tomadas como parte de una rencilla previa que ya tenían Ortiz y Sanjurjo, por lo que mucha gente no le dio importancia, pero fue entonces cuando el crítico de cine Orlando Maldonado publicó su reseña en la que no sólo confirma que Vasos de Papel es una copia, sino que lo hace analizando escenas idénticas. A partir de este momento, el escándalo comenzó a rodar y en respuesta, Ortiz comenzó a decir que su película evidentemente era una adaptación (cosa que nunca había mencionado antes) e incluso, añadió a los escritores de Secret Admirer en los créditos de guionistas en la página de su obra en Internet Movie Data Base. En este artículo de William Rosario Cruz se describe todo el suceso y se deja en evidencia que el filme es, sin duda alguna, un plagio.
Debería ser evidente por qué este suceso empaña a la industria del cine puertorriqueño, sin embargo, hay gente que quiere desdeñar lo ocurrido como si no fuese algo grave. El expresidente de la Corporación de Cine de Puerto Rico, Luis A. Riefkohl Miranda expresó en su cuenta de Twitter: “Tal vez Transfor Ortiz se copió o no. A mí me importa poco (en todo caso es un daño autoinfligido). Tampoco creo que este episodio le haga tanto daño a la industria como el que hacen los ‘haters’ que aparece cada vez que alguien tiene éxito y se salen de su camino para hacer daño. Esos son los que verdaderamente nos atrasan”; y así como él, hay muchos defendiendo a Ortiz y acusando a los que estamos indignados ante sus actos de “haters”, envidiosos, de no apoyar al cine puertorriqueño o peor aún, no entender lo que es un remake o una adaptación (puntos que quedan muy bien explicados en el artículo de Rosario Cruz).
¿Por qué es un asunto sumamente grave que “Transfor” Ortiz haya cometido plagio? Con algunos aciertos, pero sin duda con más desatinos que victorias, el cine puertorriqueño lleva décadas tratando de resaltar como una industria exitosa y creativa, con una voz propia y éxito comercial. Los cineastas boricuas tienen que enfrentarse a la maquinaria publicitaria de los filmes de Hollywood, a la falta de confianza de los inversionistas locales en su arte cinematográfico y a un público que menosprecia y subestima sus obras. ¿Qué golpe más bajo para la industria, que el hecho de que Eduardo “Transfor” Ortiz, quien había sido laureado en los medios como el boricua redentor del medio, creador del film puertorriqueño más taquillero en la Isla y capaz de tener dos películas en cartelera a la vez, resulte ahora culpable de plagio? Más aún, es bochornoso que quieran defenderlo cuando ya en sus películas anteriores, el había copiado descaradamente, chistes y escenas de varias películas hollywoodenses.
Las expresiones del mismo Ortiz no dejan de ser vergonzosas. El director asumió la responsabilidad ante el evento pero dijo que todo el asunto se trataba tan solo de “ciertas similitudes entre una película y otra y no de plagio”. Según él la película es una copia, pero que “todo es una cuestión de interpretación”. Para poner en perspectiva lo deplorable de esta respuesta, imaginemos a un adolescente que decide copiar la información de Wikipedia y pegarla en un trabajo de final de curso de sus estudios universitarios. Para que la copia no sea tan evidente, decide reemplazar una que otra palabra por sinónimos, modificar el orden de algunas frases y párrafos, añadir una que otra opinión personal y borrar los números de referencia en cada párrafo. Cuando el profesor lo confronta con el artículo original y le dice que ha cometido un plagio, el joven responde que no se trata de un plagio sino de una copia, que simplemente hay “ciertas similitudes” entre el artículo y su trabajo, y que “todo es cuestión de interpretación”. Si Transfor Ortiz fuese un estudiante universitario, lo reprobarían o incluso, lo expulsarían de la universidad por plagio.
De hecho, el simple acto por parte de Ortiz, de retirar la película de los cines, prueba que está consciente de que hubo algo malo con ella. Si de verdad estuviera seguro de que no hubo plagio ni falta alguna, la hubiese dejado en las salas para que su obra hable por sí misma y demuestre que no dejan de ser más que “ciertas similitudes”.
Ahora bien, hay un punto que no deja de hacerme ruido en todo este asunto. ¿Qué podemos decir de todas las personas involucradas en la realización de Vasos de Papel? El peso le ha caído por completo a su director y guionista, mientras que los actores y otros miembros del equipo técnico se lavan las manos del asunto, asegurando que ellos no tenían idea alguna de que se hubiese estado llevando a cabo un plagio y diciendo que ahora se sienten dolidos y hasta traicionados por Ortiz. ¿Es esto posible? ¿Es realmente posible que nadie nunca haya mencionado siquiera la existencia de otra película idéntica a la que estaban grabando?
No me tomen a mal, yo soy de las personas que suele darle el beneficio de la duda, incluso a los que me atacan o me lastiman. Honestamente, quiero creer que todo el elenco y el personal que participó en la producción están diciendo la verdad, pero, sinceramente me parece tan increíble que no puedo dejar de, por lo menos, mencionarlo.
En una producción de cine están envueltos decenas de personas. No importa si es de bajo presupuesto, grabar o filmar un largometraje no es algo que se hace entre 6 o 7 panas (para muestra, cuente la cantidad de nombres que salen en los créditos, al final de la película, para que tenga una idea de cuantas personas participan en la producción generalmente). Tomando en consideración que Vasos de Papel se hizo con un bajo presupuesto, yo diría que por lo menos 30 personas estuvieron envueltas entre el elenco, los cinco productores además de Ortiz, director de fotografía, camarógrafo, gaffer, electricistas, gripería, vestuario, utilería, maquillaje, casting, edición y asistentes para cada departamento (en la página de IMDB se mencionan a cerca de 20 personas, pero ahí faltan cargos por nombrar). ¿Ustedes me están diciendo que de esas treinta personas, ninguna de ellas había visto Secret Admirer? Vale, supongamos que es cierto y ninguno de los implicados la había visto. Pero ahora hagamos el ejercicio mental de hacer la conjetura, totalmente plausible, de que cada uno de los 30 individuos que participaron en la producción, le comentó al menos a tres personas del proyecto en que estaban trabajando (un número bastante modesto pero bueno, digamos que le contaron a uno de sus padres, a su pareja y a su mejor amigo). ¿Tenemos que suponer que de esas 90 personas, no hubo una sola persona que dijera “caramba, eso se parece a una película de los ochentas llamada Secret Admirer”?
Bueno, la verdad es que no, no hay por qué suponer esto porque no es cierto. Sabemos de al menos un caso en el que una persona lo mencionó en una conversación por lo menos con una persona involucrada. El crítico y profesor de cine, Juanma Fernández París, quien debido a sus labores profesionales y su afición por las comedias románticas de los 80’s, evidentemente conocía la película original, tuvo acceso temprano al guión de Vasos de Papel, ya que su esposa fue la Supervisora de Vestuario de la producción de Ortiz, y en un texto publicado por el crítico en su Facebook, acepta que le comentó a su esposa que la trama “se parecía mucho a Secret Admirer”.
Fernández París cuenta también que varias veces visitó el set de filmación con sus estudiantes, por lo que tuvo que haber visto tomas y escuchado los diálogos. Yo conozco a Juanma en persona y sé que es alguien que disfruta de usar su conocimiento para hacer temas de conversación. No lo hace por alardear o de mala fe, simplemente es alguien que tiene vastas nociones sobre cine y no puede evitar señalar referencias cuando las ve. Honestamente me cuesta muchísimo creer que nunca le mencionó a nadie de los presentes en el set, que había varias referencias al filme original.
Más aún, la actriz Natalia Lugo, quien ha sido otra de las que ha manifestado rechazo hacia el acto de Ortiz, queriendo separar su imagen del escándalo, narró en una larga y emotiva publicación en su Facebook, cómo llamaba a sus seres queridos para contarles de la película que iba a protagonizar. Es absolutamente seguro que ella tuvo que contarle la trama a todos los seres queridos a los que llamó. ¿Ninguno de ellos había visto Secret Admirer? ¿Ninguno comentó que la trama era similar?
Una vez que estas personas le dijeron a los participantes que era parecida al filme de 1985, ¿éstos a su vez no lo comentaron en el set? ¿Nunca salió a relucir en alguna charla trivial mientras descansaban en algún break o en las comidas? Si en efecto si se llegó a mencionar, ¿ninguno de los participantes tuvo suficiente curiosidad para buscarla y verla?
Más aún, si los otros cinco productores de la película no estaban al tanto de todo esto, ¿por qué no se han manifestado aún? Ellos podrían estar en peligro de recibir una demanda gracias al acto de Ortiz, por lo que lo normal sería que ellos repudiaran este plagio, para poder cubrir sus espaldas en un juicio.
No estoy diciendo que absolutamente todo el equipo técnico y el elenco estaban al tanto del plagio, pero me cuesta creer que nadie más que Eduardo “Transfor” Ortiz tenía conocimiento de esto. ¿En los por lo menos dos meses de trabajo que conlleva hacer un largometraje (y esto es un lapso de tiempo sumamente conservador), sólo Juanma Fernández París vio la similitud con Secret Admirer, por lo que se lo comentó a su esposa y a más nadie, mientras que del resto de las 30 personas involucradas, ni los 90 otros familiares y amigos que supieron del proyecto, ninguno hizo conexión alguna con el filme original? Caramba, yo sé que Secret Admirer no es tan popular como Ghostbusters, The Goonies o The Breakfast Club, pero tampoco es una película underground ni independiente.
Lamentablemente estas preguntas nunca tendrán respuesta. Personalmente opino que quienes lo supieron simplemente callaron, pensando que nadie haría la conexión. Pienso que por lo menos Eduardo “Transfor” Ortiz debería ser castigado ya que es un hecho lamentable y bochornoso, que no puede volver a repetirse y debería ser tomado con más seriedad por los boricuas en general, por las autoridades y las personas en puestos envueltos en la toma de decisiones de la industria cinematográfica puertorriqueña. El problema, asumo yo, es que evidentemente la Corporación de Cine no quiere castigar al director que más dinero le ha recaudado en la historia.
El autor es un periodista y cineasta venezolano radicado en Estados Unidos. Es egresado del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico y creador del blog Luis le Grand. También puede acceder este artículo en el siguiente enlace: http://luis-grande.blogspot.com/2016/03/el-bochornoso-plagio-de-transfor-ortiz.html