
Todas las grandes compañías marítimas navegan por el mar Caribe, un punto de enlace internacional. Sin embargo, escasean rutas directas entre sus pequeñas islas con barcos de menor cabotaje, un problema analizado por países del área reunidos en esta capital.
“Exceptuando las economías más grandes de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), como México, Colombia, Venezuela y Panamá, las economías insulares con movimientos marítimos pequeños no reciben atención de las grandes empresas navieras”, explicó a IPS el experto en comercio internacional, José Chaple.
Los 25 países adscritos a la AEC han trazado nuevos planes para conectarse por aire y mar, de manera sostenible, dentro de una estrategia de cooperación interregional que se relanzó con tres reuniones de alto nivel celebradas en La Habana, Cuba, del 8 al 11 de marzo.
La Primera Conferencia de Cooperación de la AEC, realizada el 8 de marzo en el hotel Habana Libre, estuvo dedicada a buscar el fortalecimiento de la colaboración en transporte y enfrentamiento al cambio climático. A esa cita le siguió la Reunión Ordinaria del Consejo de Ministros de la AEC en su edición número 22, que concluyó este viernes, 10 de marzo.
En tiempos inciertos por la nueva política del presidente estadounidense Donald Trump, y cambios en la correlación de fuerzas en América Latina, Cuba y los 15 miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) realizaron, el sábado 11, su V Reunión Ministerial en la misma sede.
En la reunión de La Habana, Venezuela se convirtió en el país que sustituirá a Cuba en la presidencia pro tempore de la AEC, un mecanismo que opera desde 1994, cuando fue constituido en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias.
“Tenemos la vulnerabilidad de que el comercio es menor insularmente, por lo que necesitamos complementar con compañías navieras de menor porte”, valoró Chaple, director de política comercial para América Latina y el Caribe, del cubano Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.
Contrastó que los países con costas al mar Caribe tienen “la gran oportunidad de vivir en un entorno donde se mueven las grandes compañías marítimas”, lo cual se debe aprovechar para el desarrollo regional.
Chaple resaltó que “la terminal de contenedores del Mariel viene un poco a apoyar esa debilidad del Caribe insular”, en referencia al mega proyecto que, desde 2013, Cuba construye en 465.4 kilómetros cuadrados alrededor del puerto del municipio homónimo, a 45 kilómetros al este de La Habana.
“El puerto del Mariel viene a ser un concentrador de grandes cargas, que luego se distribuyen en líneas marítimas menores dentro del Caribe”, explicó el funcionario sobre un aporte poco divulgado de esta Zona Especial de Desarrollo, que arrancó con inversiones de Brasil y cuenta hoy con 24 usuarios, de los cuales ocho ya están activos.
Urgen infraestructuras de este tipo para que esta región diversa dispare las relaciones económicas en su interior, donde conviven grandes países y las pequeñas islas olvidadas en el mapa mundial y hasta del área latinoamericana.
“No existe una satisfacción plena de la transportación en el Caribe”, indicó el presidente del Comité Especial de Transporte de la AEC, Pedro Suárez. “Tenemos conexiones marítimas y aéreas pero, en una mezcla de precios, inmediatez y puntos de contacto, no son a las que aspiran nuestros moradores”, reveló el funcionario.
Para paliar debilidades, en la conferencia, varios países de la AEC suscribieron un acuerdo entre aerolíneas y se aprobaron dos iniciativas para adecuar a las condiciones caribeñas la transportación marítima, que mueve 90% del comercio mundial.
Se aprobó el plan de desarrollo Estrategia Marítima Portuaria del Gran Caribe, otro de Transporte Marítimo de Corta Distancia y realizar una sexta fase del proyecto histórico informativo, Mapa de Rutas Marítimas del Gran Caribe, que implementa desde 2007 un equipo multinacional.
“Todos esperan por fondos de la cooperación e inversión internacional para ser ejecutados”, reveló Suárez, que es director de relaciones internacionales del cubano Ministerio de Transporte.
Como problemas actuales, el especialista señaló la falta de diagnósticos para conocer la situación real de la demanda y la oferta en transportación marítima, así como las escasas conexiones directas, que provocan elevados gastos en fletes y por trasbordos en zonas distantes.
Aun así, el ingeniero sostuvo que “las capacidades de transportación marítima actuales están siendo mejor aprovechadas gracias a la herramienta”, en referencia al Mapa de Rutas Marítimas del Gran Caribe, un servicio gratuito y disponible en línea con datos de 42 países y 100 instalaciones portuarias.
Esta iniciativa es coordinada por la Comisión Centroamericana de Transporte Marítimo (Cocatram), la cartera cubana de transporte y la Autoridad Marítima de Panamá (AMP).
“El mapa permite identificar por países las líneas navieras existentes, además de conexiones con países fuera de la región”, explicó la especialista panameña Flor M. Pitty, de la AMP. “Tenemos además a los cruceros y ferris porque el transporte de pasajeros es fundamental por el fuerte componente turístico de la región”, abundó.
El repositorio registra en el Gran Caribe más de 40 líneas de cruceros y otras tantas de ferris, aunque están identificados 138 servicios de cruceros y 68 servicios de ferris. Con la sexta fase, la coordinación aspira a incluir las ofertas para transportar cargas a granel de sólidos y líquidos, y de buques, sin rutas fijas.
“La herramienta fue alcanzando un grado superior porque ofrece información sobre logística y movilidad”, detalló Otto G. Noack, director ejecutivo de Cocatram. “En la medida que permanezca actualizada, va a satisfacer las inquietudes de exportadores, importadores, vendedores, compradores y pasajeros”, dijo.
De forma general, el comercio intrarregional en América Latina y el Caribe resulta bajo porque solo 19.2% de las exportaciones tiene como destino otro país de la región, con la persistente sobrerrepresentación de las materias primas, asegura la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La mayoría de los países caribeños importan más alimentos de los que exportan, incluida la potencia agroalimentaria de México. El Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sostiene que la vulnerabilidad alimentaria descendería si se potenciara el intercambio regional.
Los países de la AEC constituyen el principal socio comercial de Cuba en el continente latinoamericano, con comercio de la isla con esta agrupación que en 2016 totalizó $2,500 millones. Estos intercambios representan 70% del comercio interregional cubano y 20% del exterior.
Está integrada por Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suriname, Trinidad y Tobago y Venezuela.