“La influencia humana en el sistema climático es clara y va en aumento, y sus impactos se observan en todos los continentes. Si no se le pone freno, el cambio climático hará que aumente la probabilidad de impactos graves, generalizados e irreversibles en las personas y los ecosistemas”.
–Extracto del quinto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)
La inacción ante los crecientes y venideros cambios climáticos, producto de los gases de efecto de invernadero, repercutirán en daños humanos y costos económicos en el Caribe, alertó el investigador científico Ramón Bueno en un conversatorio llevado a cabo el pasado 4 de noviembre en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP).
“Los caribeños viven en la primera línea de riesgos e impactos, de ahora y venideros” puntualizó Bueno en el evento Cambio climático y el Caribe: ¿Costosa inacción o nueva oportunidad/visión?, organizado por el Instituto de Estudios Caribeños del recinto riopedrense de la UPR. No obstante, el investigador señaló que era preciso abordar la estabilización del clima, sin sacrificar el desarrollo necesario para reducir la pobreza de gran parte de la humanidad y lograr un nivel de vida decoroso para todos.
Bueno mencionó que hay unas 1,400 millones de personas sin acceso a electricidad y otras mil millones con acceso poco fiable. También, destacó que el 68 por ciento de la población alrededor del mundo se encuentra bajo el nivel de pobreza.
El investigador indicó que no hay una solución plena sin un desarrollo bajo en o libre de emisiones perturbadoras al clima, como gases, basura, etcétera. En ese sentido, las economías avanzadas deben, principalmente, descarbonizar sus sistemas industriales. Esto, según Bueno, es necesario, pero no suficiente.
Cambios climáticos con impacto ambiental, social, y económico.
Según el quinto informe de evaluación delGrupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), “las emisiones continuas de gases de efecto invernadero causarán calentamiento adicional y cambios en todos los componentes del sistema climático. Limitar el cambio climático requerirá una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Los científicos autores del informe estiman que el aumento del nivel medio del mar global para el 2081-2100 es de .52 a 0.98 metros. Esto, aunque pueda parecer un número bajo, representa una cifra altamente preocupante, según los científicos.
Según los expertos, habrá temperaturas extremas de calor más frecuentes, así como menos temperaturas frías sobre la mayoría de las áreas de tierra a escala de tiempo diarias y estacionales, según las temperaturas medias globales aumenten. En promedio, podrían registrarse aumentos de entre 0.3 y 4.8 grados de temperatura, dependiendo de cuánto se logren reducir en los próximos años los gases de efecto de invernadero.
“Es muy probable que las olas de calor se producirán con una mayor frecuencia y duración. Extremos fríos continuarán ocurriendo”, indicaron los científicos en el informe.
En otro estudio realizado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en el cual participó Bueno, los resultados son aún menos conservadores y más alarmantes. Según este informe, en todos los escenarios de sensibilidad climática, se espera que el calentamiento a finales del siglo sea mayor que 4 grados en las regiones más pobladas del mundo.
Los investigadores del MIT estimaron, además, que en el 2100 la mayoría de los océanos alcanzarán niveles críticos de acidificación, lo cual afectaría fuertemente a los organismos marinos.
Bueno citó, por otro lado, un informe del portal Risky Business, que se dedica a traducir cualquier problema o situación al panorama de negocios, es decir, mide los efectos de cierta actividad sobre los negocios y la economía. En el estudio, publicado en junio de 2014, los economistas resaltaron los riesgos climáticos empresariales y regiones específicas de la economía que se verían afectadas.
El investigador Ramón Bueno, experto en modelado de sistemas dinámicos y la estimación y control óptimo, alertó sobre los posibles costos humanos, ambientales y económicos en el Caribe, a raiz del cambio climático como producto de los gases de efecto de invernadero. Foto por: Ricardo Alcaraz.
Los expertos prevén daños a la propiedad e infraestructura costera por los crecientes niveles del mar y el aumento de las mareas, así como impactos en la producción agrícola, la productividad laboral y la salud pública.
En Estados Unidos, por ejemplo, señala el estudio que “si seguimos por el camino actual, para el año 2050 entre $66 mil millones de dólares y $106 mil millones de dólares del valor de la propiedad costera existente probablemente estará por debajo del nivel del mar en todo el país”.
Por otra parte, para el 2100, el estimado fluctúa entre los $238 mil millones y los $507 mil millones de dólares. En total, un aumento de cuatro grados en la temperatura podría costarle a los Estados Unidos de América en el 2100 unos $880 mil millones de dólares.
Los efectos en el Caribe y Puerto Rico
En el Caribe, el costo económico también es altamente preocupante. Según Bueno, solamente tomando en consideración mayores daños por huracanes, pérdidas en turismo y daños en la infraestructura, el costo anual de la inacción en el Caribe se proyecta en $22 mil millones para el año 2050 y $46 mil millones para el 2100.
Estos costos representan el 10 por ciento y el 22 por ciento, respectivamente, de la economía caribeña actual. En Puerto Rico específicamente, se estaría hablando de costos ascendentes a $5 mil millones de dólares anuales.
Respecto a la alta dependencia energética, Bueno señaló que era necesario que Puerto Rico se moviera hacia un sistema de energía renovable. Alrededor de un 80 por ciento de la Isla depende del petróleo para la producción de energía. El aspecto de la salud también sufriría grandes impactos por los cambios climáticos.
“Yo no soy experto en salud, pero un área como el Caribe, como en Puerto Rico, donde hace calor buena parte del año, si la temperatura promedio empieza a subir década tras década o año tras año, los días calientes van a ser más frecuentes y si hay 30 días más al año con temperaturas por encima de los 95 grados, eso se va sentir”, expresó Bueno.
Según el investigador, los niños y las personas de edad avanzada son los más vulnerables a los cambios. “Si resultan impactos médicos en el cuerpo de las personas quiere decir que se va a necesitar más ayuda médica. Los recursos del País, ¿van a proveer para los servicios médicos? Eso no es obvio si hoy día a penas hay buenos recursos para servir a las necesidades de la población”, puntualizó Bueno.
Consecuencias en la salud humana
En un aparte, Diálogo le preguntó a Bueno si era posible que el virus del Chikungunya estuviera relacionado a los cambios climáticos.
El experto indicó que, aunque no es posible establecer una relación directa en estos momentos entre el virus y el aumento de temperatura, si es conocido científicamente que hay virus y bacterias que se adaptan a las condiciones que existentes. Es decir, las condiciones facilitan o permiten que empiecen a cambiar los patrones conocidos de enfermedades y contaminantes que afectan la población
Además de la salud física, el investigador habló sobre los efectos en la salud mental de las personas. Para Bueno, los efectos del cambio climático tienen la capacidad de entrelazar todos problemas de distintos aspectos humanos, ambientales y económicos. Los daños podrían ser graves en cada uno de ellos, por lo que es preciso tomar medidas ya que contrarresten el cambio climático por gases de efecto de invernadero.
“Cuando las condiciones de la vida diaria se convierten agobiantes para un porcentaje grande en la población, día tras día, año tras años, eso tiene un impacto”, concluyó Bueno.