SOBRE EL AUTOR

El autor de estas líneas recuerda con cierta nostalgia un espacio semanal televisivo de películas “viejas” que se transmitía en su país hace unas cuatro décadas. Predominaban las películas españolas, argentinas y mexicanas, sobre todo estas últimas, que se correspondían con ese periodo de increíble productividad, -y en ocasiones muy buena calidad-, conocido como La época de oro del Cine Mexicano: Jorge Negrete, Pedro Infante, María Félix, el Indio Fernández, Arturo de Córdoba, Cantinflas, Dolores del Río, Tin-Tan, y tantos otros que harían interminable la lista. Y entre ellos, una simpatiquísima actriz que el autor tomaba por mexicana, o quizás cubana, o vaya usted a saber, pues por entonces el cine mexicano era un crisol de estrellas latinoamericanas. Me refiero, claro está, a María del Pilar Cordero, conocida en el mundo artístico como Mapy Cortés. Nacío en Santurce un primero de marzo de 1910, o sea, hace justamente 100 años. Y como tantos buenos artistas caribeños de aquella época (y de ahora también), se fue a probar fortuna a New York y más tarde a México, donde para su suerte, encontró el amor, -todo un cuento de hadas-, y la fortuna artística, en la sabia y serena inteligencia de otro boricua nacionalizado mexicano, Fernando Cortés. El resto es una historia más o menos conocida. Fernando la fue guiando a hacer cine, más de 50 películas en seis países. También la llevó la hacer zarzuelas, espectáculos en la radio y también en la incipiente televisión, discos, teatro de variedades y cuanta actividad artística le quedara bien, que eran muchas, pues resultó ser una actriz sumamente polivalente y que supo hacer uso, sin estridencias ni exageraciones, de una vena humorística muy depurada y popular. Protagonizó películas que hoy nos pueden parecer pasadas de moda y llenas de defectos (¿como verán las de hoy dentro de 60 años?) pero que tuvieron un gran éxito de taquilla y de público, en una época en la que la crítica de cine no era tan exigente y sofisticada como la de hoy, que dicho sea de paso, tampoco puede evitar que se sigan haciendo películas de mala calidad. Pero Mapy Cortés se hubiera reído de todo esto, pues a ella sólo le interesaba que su público riera sanamente y que la quisieran mucho, que si se mira bien, ya es bastante. Pero hizo más. Ella y su marido auparon al éxito a sus sobrinos Paquito Cordero, toda una leyenda de la radio y la TV boricua, y Mapita Cortés, que siguió los pasos de Mapy en el cine mexicano. Mapy y Fernando fueron una pareja linda y de verdaderos artistas, que no tuvieron necesidad de escándalos y demandas para aparecer en los medios. ¡Ah! Y ya en los años finales de su actividad regresaron a Puerto Rico a hacer cine y televisión. Sus dos últimas películas, ya en los sesenta, fueron Lamento Borincano y Luna de Miel en Puerto Rico. ¿No es eso querer a su tierra? El Dr. Felix J. Fojo es ex profesor de la Cátedra de Cirugía de la Universidad de La Habana.