Christiane Amanpour, veterana corresponsal internacional de CNN, lanzó hace unos días una pregunta al aire: “¿No se puede enfermar una mujer durante dos días?” Era por supuesto una crítica a los medios, incluyendo aquel para el cual trabaja, por su sostenidamente cruel cobertura de la salud de Hillary Clinton.
Aún medios por lo regular simpáticos a la candidata presidencial demócrata como MSNBC o The Huffington Post se sumaron al frenesí mediático detonado por las piernas flaqueantes de Clinton durante la ceremonia de recordación del decimoquinto aniversario del 11 de septiembre. The Washington Post, sin embargo, identificó el cromosoma fatal que animó el circo de especulaciones, rumores y medias verdades: el ser mujer. El escrutinio que no se le ha hecho al candidato republicano Donald Trump se realizó con refocilamiento pornográfico a Clinton.
Esto no extraña. Así como el asunto de la raza recorrió como fantasma las dos campañas de Barack Obama, el del género se ha disparado en este evento electoral de formas variadas –desde críticas al tono de voz de la candidata, a su vestimenta y las bolsas debajo de sus ojos, hasta el tema viejo de las infidelidades legendarias de su marido.
Lo notorio, esta vez, es que el sesgo por género y la hipervigilancia sobre el cuerpo físico, mental y emocional de Clinton haya dominado sin matices o mayores contrapesos en las cuatro principales cadenas de televisión abierta (ABC, CBS, NBC, FOX) y sus análogas en cable (CNN, MSNBC, FOX NEWS). El bochornoso manejo mediático pone de manifiesto que el dominio de las lógicas de rentabilidad, de entretenimiento y espectacularización en la cobertura electoral es ya la norma, no el desvío o la distorsión.
En Estados Unidos y Puerto Rico vivimos en campaña permanente. De ahí que analizar las campañas es una forma de examinar la sociedad en que vivimos y cómo se comporta el ecosistema de medios. Esto es lo que anima al Observatorio de Medios de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico a lanzar un proyecto de investigación sobre cobertura electoral en Puerto Rico.
Durante las próximas semanas, desde las páginas de Diálogo, docentes y estudiantes investigadores bajo la dirección del profesor Israel Rodríguez Sánchez compartirán con los lectores hallazgos y apreciaciones preliminares de cómo se construye la información y la opinión electoral.
Confiamos que este proyecto aliente la crítica de medios en Puerto Rico, una práctica que ya avanza en todo el mundo. Es una necesidad académica y social en la medida en que crece el peso que tienen los medios en organizar las percepciones y valoraciones de la realidad social.