“Terminator Salvation” debía ser el éxito del verano, pero tras recaudar $53.8 millones su primer día en cartelera, superada por “Night at the Museum 2”, que alcanzó los $70 millones, “Transformers” probablemente le robará el cetro cuando estrene el 24 de junio. No puedo determinar a ciencia cierta qué ocurrió con la fanaticada de “Terminator”. Sólo puedo asegurar que el filme no se va a beneficiar de las recomendaciones de la voz popular. “Salvation”, dirigida por Joseph McGinty (McG), no iguala la calidad de las obras del director que comenzó todo, James Cameron (“Terminator” y “T2: Judgement Day”), filmes increíblemente fantasiosos e intensos. De entrada, el primer problema del filme es la ausencia de Arnold Schwarzenegger, quien protagonizó las primeras tres películas y, además, se convirtió en su emblema. La tensión que producía el personaje de Schwarzenegger ha sido descartada por completo. Cualquier otro nombre le hubiese servido a este filme, ya que, a pesar de poseer los robots icónicos de la serie, en esta ocasión no hay un exterminador. Otro de los problemas fundamentales del filme es el hecho de que Christian Bale, quien encarna a John Connor, el salvador de la raza humana en la guerra contra las máquinas, no es el personaje más interesante del filme. Se podría argumentar que ni siquiera es el protagonista, pues el personaje de Marcus Wright (Sam Worthington) es mucho más interesante y tiene más exposición en pantalla. La historia, incluso, comienza con Marcus, y son sus acciones las que le dan sustancia al filme. De hecho, originalmente, el guión contemplaba que Marcus Wright sería el personaje principal, interpretado por Christian Bale. Sin embargo, Bale argumentó que el protagonista del filme debía ser John Connor, y que él mismo lo encarnaría. El director y los guionistas reestructuraron el guión para que Connor tuviese más tiempo en pantalla y fuese el personaje principal. Aunque Bale tenía razón al plantear que John Connor debía ser el protagonista, los guionistas no supieron hacer un buen trabajo, ya que a pesar de los cambios, Connor no posee la relevancia que amerita y es opacado por la intensidad del personaje de Worthington, para quien reservaron los momentos más impactantes. Bale no le brinda ningún tipo de vida al personaje y lo único que aparenta saber hacer es gritar, aunque muy convincentemente. No es que carezca de destrezas como actor, simplemente su personaje está mal pensado. Por años, la audiencia ha visto a John Connor escapar de la muerte, y ahora es reducido a un personaje secundario que no posee motivación, salvo durante el clímax del filme. En cambio, Worthington interpreta un personaje convincente y simpático, que aun cuando es el único que aparenta estar haciendo algo, no encaja con el universo de “Terminator”. “Terminator” presenta otros personajes que deben ser importantes, pero se prestan sólo para aparecer por momentos que no añaden nada a la historia, como el personaje de Kate Connor (Bryce Dallas Howard) que, en este filme, no posee la significancia necesaria para que la audiencia recuerde su nombre. Por otra parte, los guionistas y el director idearon una historia sin trasfondo alguno. El espectador se lanza en medio de una guerra que ni siquiera se parece a la que se veía en las imágenes perturbadoras de los filmes originales. Es extraño ver a los humanos tan bien equipados con aviones, submarinos y armas, dentro de un contexto donde las máquinas y la tecnología han dominado a los seres humanos. En un punto dado, el filme hace cuestionar dónde está la tan renombrada resistencia que se supone luche contra las máquinas y cuál es su importancia, si alguna. Para aquellos que no estén buscando ver una película que los remita a los viejos tiempos de “Terminator”, este filme cuenta con suficientes efectos especiales como para satisfacer al amante de la acción. No obstante, ¿hasta qué punto uno puede ver acción sin cuestionarse sus razones y los sentimientos de los personajes? A eso se reduce el filme, a una serie de conflictos sin relación alguna como excusa para mostrar robots gigantescos. Las escenas de acción intentan capturar un sentido de realidad al estilo de las mejores películas de guerra: bien coreografiadas, pero sin intensidad o emoción. Es así que las escenas terminan siendo secuencias disparejas y sin sentido. Al igual que sus efectos especiales, la cinematografía del filme es impresionante. La cámara explora los escenarios con distintos ángulos en largos planos y secuencias, pero esto es una mera herramienta para tratar de enmascarar una acción más que usada y explotada. El público se merecía mucho más que esto. “Terminator Salvation” no posee la calidad de sus antecesoras, clásicos de acción y ciencia-ficción. Este filme debía ser una conclusión satisfactoria, que enseñara cómo John Connor se convirtió en una figura importante o que mostrara la guerra de los humanos contra las máquinas en su plenitud. Sin embargo, decidieron comenzar abruptamente en medio de una batalla trivial donde los humanos son tan insignificantes como la historia misma. Como tradicional película de verano, concluye apuntando hacia otra batalla en la larga guerra contra las máquinas, pero la importancia que han acumulado los personajes es tan mínima que uno desearía que el director hubiese decidido terminar la serie con “Salvation”. El filme es un bombardeo sin sentido como el mismo “Judgement Day” que ha terminado con la vida en el planeta Tierra.