“En Puerto Rico hay una combinación de crisis. La crisis actual tiene varias dimensiones y manifestaciones. Estas dimensiones son: social, económica, fiscal, política, psicológica, y la actual, que vino con los impactos de los huracanes”, afirmó el doctor Héctor R. Cordero Guzmán, profesor en la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Nueva York en Baruch College, en una conferencia en la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras.
El profesor de CUNY explicó que cada una de estas dimensiones reflejan distintos elementos dentro de la situación actual del país. La social se refleja en el aumento de la migración, especialmente a Estados Unidos, que provoca una reducción de poblacional. La segunda dimensión, la económica, es representada por las reducciones en empleo y el recorte de ingresos. En cuanto a la fiscal y la política, se relacionan con el alto nivel de la deuda del gobierno y al aumento de discusiones entre políticos y sectores de la sociedad sobre la relación de Estados Unidos y Puerto Rico.
La dimensión psicológica, la cual ha sido más notable desde el paso de los huracanes, se manifiesta en el incremento de la desesperación de los ciudadanos que se refleja en las depresiones y suicidios.
Antes de las tormentas
Cordero Guzmán mencionó que antes de los huracanes el país ya tenía varios retos, entre ellos la pobreza, la Junta de Control Fiscal y la migración.
Como evidencia de esto, el profesor mostró un mapa del 2014, realizado en un estudio de American Community Surveyla, con la distribución de las familias puertorriqueñas bajo niveles de pobreza. El mapa reflejó que hay familias con más de un 70.1% de extrema pobreza, muchas de ellas ubicadas en áreas cercanas a San Juan.
El también sociólogo explicó que la pobreza de muchos de estos pueblos guarda relación con la poca oportunidad de empleo que hay en los mismos, además de la isla en general.
“No es que la pobreza ha aumentado, es que los niveles de pobreza se han quedado estancados desde hace años”, indicó.
Impactos de María
Ciertamente, el azote del huracán María trajo mayores retos económicos, sociales, fiscales y políticos. Todo esto aumenta la desigualdad social. Por ello, es “lo más preocupante y lo que más se debe atender”.
Esta desigualdad trae consigo diferentes riesgos para algunos segmentos de la población. Por ejemplo, al momento del anuncio del huracán, las personas bajo niveles de pobreza tienen menos capacidad económica para prepararse, comprar suministros y preparar sus propiedades. Asimismo, no cuentan con los recursos para la recuperación y reconstrucción después del huracán.
El profesor puntualizó que el gobierno debe romper con los mitos que se tiene sobre Puerto Rico, entre ellos que los puertorriqueños tienen bajos niveles de educación y no quieren trabajar.
“No es que los puertorriqueños no quieren trabajar, es que no hay trabajo. En Puerto Rico se generan muchos ingresos pero ¿quién se lo lleva, y cuánto se lleva el que se lo lleva?”, cuestionó Cordero Guzmán.
Cordero Guzmán expresó que muchos de estos problemas son parte de la falta de entendimiento sobre la dinámica económica de Puerto Rico. También exhortó a los puertorriqueños a estar “pendientes a los futuros proyectos y propuestas del gobierno y de la Junta de Control Fiscal. Hay que armarse de argumentos para contrarrestar estos mitos”, afirmó.