El avestruz (Struthio camelus) es el ave de mayor tamaño y peso que actualmente habita en nuestro planeta. Los machos pueden sobrepasar los 7 pies de altura y pesar cerca de 400 libras.
Los machos y hembras del avestruz presentan dimorfismo sexual, es decir, diferencia en tamaño y coloración. Los machos son, en general, de coloración negra, con plumas de bordes blancos, mientras que las hembras son algo más pequeñas y su plumaje es pardo-grisáceo.
Hoy día, el avestruz se encuentra de forma natural en África, aunque en el pasado su distribución se extendió hasta China. En el continente africano, podemos encontrar a esta gran ave viviendo en lugares desérticos, matorrales abiertos, pero su hábitat principal lo es la sabana, en donde predominan las yerbas. El pariente más cercano del avestruz lo es el ñandú, que se encuentra desde Brasil hasta Argentina.
Estas aves no pueden volar, pero sí corren, alcanzando una velocidad de hasta 40 millas por hora y manteniendo la misma por unos 30 minutos. Pese a su tamaño, estos enormes pájaros se alimentan principalmente de vegetación, aunque incluyen en su dieta insectos y otros animales pequeños. Como no tienen dientes, al igual que el resto de las otras aves, ingieren piedras, que le permiten a su molleja romper y moler semillas sumamente duras.
El avestruz ha sido de gran utilidad para los humanos desde tiempos inmemoriales. Los bosquimanos, una de las últimas tribus originales del sur de África y descendientes de los primeros humanos, fueron de los primeros en alimentarse de esta ave y sus huevos, y usar los cascarones para construir cantimploras y utensilios para comer. Hace 7,500 años, los egipcios hicieron lo mismo.
En el siglo 19, cuando se pone en moda utilizar plumas para sombreros y ropa, se cazaron millones de avestruces. Esta alta demanda llevó a que se trataran de establecer “fincas” para reproducir los avestruces en cautiverio. Al principio no hubo buenos resultados, pero eventualmente se logró un híbrido de las especies Struthio camelus camelus (oriunda del norte de África) y Struthiocamelus australis (oriunda del suroeste de África) que era mucho menos agresivo.
En los últimos 25 años, se ha progresado grandemente en la cría doméstica de estas aves. Primero, con la utilización de incubadoras, hay fincas en los Estados Unidos de América en donde hay un 70% de éxito de nacimientos y una reducida mortalidad de los pichones. Segundo, se seleccionan cuidadosamente las parejas basadas en aquellos que pueden producir la mayor cantidad de carne, o la mejor piel para confeccionar diferentes artículos, e inclusive se estudia su ADN.
La “fiebre” del avestruz ha llegado a lugares como México, en donde virtualmente todas las semanas se establece una nueva finca de estas aves. La inversión se considera moderada y las ganancias considerables. Por ejemplo, a todos los productos de un solo animal adulto se le puede sacar entre $3,500 a $4,000.
En África, las granjas de avestruces producen, en ventas, más de 2 billones de rands al año (unos 160 millones de dólares). Se espera que en un futuro cercano, la carne de avestruz se convierta en uno de los alimentos de consumo popular, como lo es actualmente la carne de pavo.
Del avestruz que se produce en fincas, virtualmente se utilizan todas sus partes. La carne, que es el 60% del animal, es alta en proteínas, baja en colesterol, y es considerada una delicadeza. Esta se sirve en los mejores restaurantes de Europa y se paga por ésta entre $14.00 y $20.00 por libra.
La piel, una de las más fuertes y duraderas, se considera excelente para hacer botas, carteras y cubrir las butacas de carros lujosos. Las plumas se utilizan para la elaboración de sombreros, adornos y plumeros antiestáticos, que son muy útiles para la limpieza de computadoras.
Las pestañas se usan para fabricar brochas finas. Los aceites que produce el ave, se utilizan para la confección de cosméticos y base de productos medicinales. El pico y las uñas se utilizan en la confección de piezas de joyería.
Los huesos se tallan y se pueden hacer diversos utensilios. También se pueden moler para producir polvo de calcio como suplemento para alimento de animales domésticos.
Se está llevando a cabo investigación para determinar si se puede utilizar el ojo del avestruz para trasplante de corneas en los humanos. También se está investigando una enzima que produce el cerebro de estas aves para combatir el Alzheimer.
El autor es Catedrático de Biología en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Humacao, y es miembro de Ciencia Puerto Rico (www.cienciapr.org).