Se espera que una película sobre un intercambio de parejas sea un evento picante. En vez de excitar al público, El intercambio, una nueva comedia española que estrena esta semana en Fine Arts, resulta una experiencia desesperante y solo provoca deseos de olvidar lo que vimos en pantalla.
Los personajes principales del filme son Jaime y Eva, un matrimonio que decide celebrar su decimoquinto aniversario con un intercambio de parejas. Usan la red para conocer la pareja perfecta para el evento, pero nada les va como esperan.
Eva anticipaba estar con un hombre poco atractivo, y Jaime esperaba una joven brasileña. Se encuentran con un hombre muy atractivo y una mujer no tan atractiva, pero aun así deciden proseguir con el plan.
El filme se concentra en la crisis de Jaime mientras intenta buscar una excusa perfecta para no acostarse con la mujer correspondiente y evitar que su esposa se acueste con un hombre que él describe como “tan perfecto y tan dotado”.
Ignacio Nacho es el director de esta producción. El filme está basado en una obra teatral que Nacho escribió y produjo. Podemos decir que nadie conoce el material como él. Sin embargo, Nacho no utiliza los recursos disponibles, tales como la cinematografía, la edición o la música, y el filme parece una obra grabada.
Las actuaciones de algunos de los personajes también dejan mucho que desear, específicamente de la veterana actriz Rossy de Palma. De Palma interpreta a Domina, la mujer “grotesca” que le corresponde al protagonista en El intercambio. De Palma ha sido nominada para varios premios Goya como Mejor Actriz, pero aquí exagera cada una de sus líneas al punto que estamos totalmente conscientes que estamos viendo una actuación mediocre.
Domina tiene una cara muy… peculiar, pero veo algo cruel que su apariencia física sea la base de gran parte de la comedia del largometraje. Para empeorar la situación, el único cambio físico que los cineastas le hacen a la actriz es añadirle un enorme afro, insinuando que el pelo riso es grotesco.
Positivamente, destaco a Pepón Nieto, quien interpreta al esposo desesperado. Con el desarrollo del argumento fílmico, vemos cómo el machismo esconde inseguridades. Y es bastante cómico ver todos los pretextos que busca para no llevar a cabo su noche de pasión con una mujer que no le atrae.
No creo que El intercambio sea una comedia para todos. Aparte una temática tan sexual, el humor del filme no logra obtener ningún ataque de risas o siquiera una carcajada ya que las bromas se alargan un tiempo exorbitante y se vuelven indeseadas.
Si no ven este filme en el cine, les aseguro que dentro de par de años la encontrarán en algún servicio de “streaming” tomando el espacio, y ahí, gratis, tampoco la deben ver. El intercambio es tan sexy como una película de porno censurada y tan frustrante como sexo sin orgasmo.