El Pitirre (Tyrannus dominicensis) es una de las aves mejor conocidas de Puerto Rico. Su nombre común actual proviene de su principal llamada, en la cual parece decir "pitirre". Los taínos le llamaban guatibirí.
El ave pertenece al género Tyrannus, que significa tirano, por lo agresivo y pendenciero que son los pájaros que pertenecen a dicho grupo. Nuestro pitirre no es la excepción a la regla y tiene dignas batallas con el ruiseñor, aunque en muchas ocasiones ataca pájaros sin que haya la menor provocación. Es implacable con las aves de presa, no importa su tamaño, y de aquí surge la famosa frase "cada guaraguao tiene su pitirre".
Su nombre específico, dominicensis, se debe a que la especie fue originalmente descrita de la República Dominicana. Muchos creen que el pitirre es endémico o único de Puerto Rico, lo que no es cierto. El ave tiene una distribución amplia, que va desde el sureste de Norte América, siguiendo la ruta de las Antillas hasta llegar a Suramérica. En lugares como Cuba y Jamaica, el pitirre se reproduce, pero en el otoño abandona ambas islas. No obstante, en la Española y Puerto Rico el ave es un residente permanente.
Este pájaro lo podemos encontrar desde los bosques de la parte interior de la Isla, hasta lugares costaneros como mangles y bosques secos. Es común en áreas agrícolas y zonas urbanas, no obstante tiene preferencia por áreas abiertas y los bordes de vegetación.
La dieta del pitirre consiste primordialmente de insectos, a los que puede al vuelo a cerca de 100 metros de distancia. Por lo general, un pitirre se posa en una rama o percha alta y desde ahí acecha a sus víctimas. Muchos hemos visto las tremendas piruetas que hace para capturar a sus víctimas. Luego de capturar al su presa, el pitirre regresa a su percha para ingerirla.
Además de insectos, el pitirre come arañas, ciempiés, escorpiones y hasta pequeños coquíes y lagartijos. El pitirre es sumamente oportunista y, en áreas urbanas, caza de noche los insectos atraídos por la luz del alumbrado de las calles. Aunque los apicultores no son muy amigos de los pitirres, porque comen abejas, el ave es beneficiosa para la agricultura por la gran cantidad de insectos dañinos que destruye.
Al pitirre también le gustan las frutas. Estudios recientes han demostrado, que el ave digiere la pulpa, pero las semillas viajan intactas a través del sistema digestivo y son dispersadas junto a las heces fecales. Esto ha sido importantísimo en la transformación de pastizales a bosques en la Isla.
Por lo general, esta aves se reproduce de abril a julio. Durante este periodo, las persecuciones entre pitirres son comunes. Así es que la próxima vez que veas una persecución de pitirres, seguramente no pelean, sino que están en medio de su cortejo reproductivo.
Aunque usualmente el pitirre construye sus nidos en árboles, el ave se ha adaptado a las áreas urbanas, en donde anidan en postes del alumbrado, la base de canastos de baloncesto, y en las ya casi extintas antenas de televisión.
La hembra pone de 3 a 4 huevos, y es la única que incuba por cerca de dos semanas. El macho vigila los alrededores del nido y en ocasiones le lleva alimento al nido a su pareja. Cuando nacen los pichones ambos adultos se encargan de alimentarlos.
Luego de la época de reproducción, particularmente en el otoño, los pitirres se conglomeran en grupos de hasta 1,000 individuos. Allí las peleas son comunes, por lograr obtener un lugar seguro en el árbol (usualmente cerca del tronco) y evitar ser depredado en la noche por aves de presa, como los búhos.
El pitirre, a pesar de su bravura, tiene su talón de Aquiles. Entre sus “enemigos” se encuentran los zumbadores (cuando están anidados) y el falcón migratorio. Aun así, su valentía y arrojo, lo ha hecho emblemático y una fuente de inspiración para muchos puertorriqueños. A tales efectos varias veces, pero sin éxito, ha sido propuesto como el ave nacional.
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El autor es Catedrático en el Departamento de Biología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Humacao y miembro de Ciencia Puerto Rico (www.cienciapr.org).