Este lunes 24 de mayo, fue enterrado en Polonia un ilustre personaje que murió hace 467 años. Se trata de uno de los hombres más importantes de la historia de la ciencia, el polaco Nicolás Copérnico, quien fuera matemático, astrónomo, jurista, físico, clérigo católico, gobernador, administrador, líder militar, diplomático y economista. Además, tenía estudios de medicina y fue famoso por ser uno de los precursores de la revolución científica del renacimiento. Su obra más famosa: De revolutionibus orbium coelestium (de las revoluciones de las esferas celestes), es usualmente concebida como el punto inicial o fundador de la astronomía moderna. En este texto se expone por primera vez la teoría heliocéntrica, que dictó que la tierra giraba alrededor del sol, contradiciendo la versión aceptada en aquel entonces, basada en la teoría de Ptolomeo, que aseguraba que la tierra era el centro del universo. También explicó que la distancia entre los planetas del Sistema Solar, era corta en comparación a la distancia con las estrellas. Las teorías de Copérnico fueron vistas con recelo por la Iglesia, por lo que este texto no fue publicado hasta el año de su muerte, 1543. Uno de sus vehementes seguidores, el clérigo italiano Giordano Bruno, fue acusado de hereje y condenado a morir quemado en la hoguera en 1600. Otro partidario de esta teoría fue Galileo Galilei. Los restos del ilustre científico polaco no habían sido identificados completamente hasta que en el 2005 se aceptaron como reales, gracias a una prueba de ADN, en los que se compararon con un cabello encontrado en uno de sus manuscritos. Sus restos han sido depositados nuevamente bajo el altar de la catedral de Frombork, al norte de Polonia, donde Copérnico había ejercido como sumo sacerdote y donde fue enterrado inicialmente en 1543. La procesión recorrió varios territorios de Polonia, desde su salida del Castillo de Olsztyn, en febrero de este año.