El mayor reto que enfrenta la administración entrante para mejorar la salud pública está en crear un sistema de salud integrado, un problema longevo que se ha complicando a lo largo del tiempo con la fragmentación provocada por el desarrollo de un sistema de salud dual y en competencia consigo mismo: por un lado el sistema público, con menos recursos y más pacientes y por el otro el privado, con menos pacientes y más recursos.
Pero para resolver éste y otros problemas del sistema de salud “el Estado debe fungir como planificador y regulador”, reflexionó Roberto Ramírez, catedrático en Sistemas y Política de Salud del Departamento de Administración de Servicios de Salud de la Escuela Graduada de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico, en entrevista con Diálogo.
Como planificador, la posición del Estado debe centrarse, según el profesor, en la promoción de la salud, es decir, “para tú realmente evitar enfermedades creas estrategias para estilos de vida y condiciones para que esos estilos de vida puedan trascender y producir un individuo,
su familia y su comunidad de forma saludable, que haya buenas escuelas, que haya un ambiente higiénico, que no haya contaminación”. A esto se añade que hay que hacer campañas de prevención y educación alimentaria. “Tienes que establecer una cultura”, señala Ramírez.
El profesor también recordó que puede haber una relación directa entre el uso de servicios preventivos y el nivel socioeconómico de la gente. “A medida que tú aumentas el nivel de ingreso en la población, la gente está más dispuesta a usar servicios preventivos, a cuidarse más”.
Sin embargo, “la población médico indigente que básicamente es pobre, es pobre no porque gana pocos chavos, es pobre porque no tiene mucha educación formal, no tiene mucha formación de base comunitaria, el famoso empoderamiento para tomar decisiones responsables con su salud”, argumentó Ramírez.
Por lo tanto, para lograr un sistema de salud integrado y coherente se deben tomar en cuenta los llamados “determinantes sociales de la salud”: el ingreso, la escolaridad, dónde vives, el ambiente.
Pero, ¿qué es un sistema de salud integrado y cómo se llega a él?
“Un modelo de salud integrado es un modelo que es coherente en términos del rol del nivel primario (centros de salud) y del nivel de servicios agudos (hospitales y Centro Médico). Es integrado, número dos, en la medida en que la forma en que tú estructuras el financiamiento para pagarlo responda a esa manera de dar los servicios y no al revés, que es lo que pasó con la Tarjeta de Salud. Y tercero, es integrado en la medida en que el sistema se diseña para que opere de las comunidades para arriba y no de los hospitales para abajo. Me refiero a que las comunidades deben ser parte de una junta de directores de todos y cada uno de los modelos primarios y de los centros de salud de los 78 municipios”, señaló Ramírez.
Uno de los modelos que se ha propuesto para lograr esta meta ha sido el de la regionalización de los servicios de salud, una iniciativa de política pública que se propuso por primera vez en la década de 1950 y que vuelve al tapete con el proyecto 15 del senado elaborado por el senador José L. Dalmau como parte del llamado Plan de Salud Universal.
Modelo Virtualizado
Sin embargo, son varios los cambios históricos y culturales que se han dado desde que la regionalización se pensaba como un buen modelo de sistema de salud. Uno de esos cambios tiene que ver con el factor de movilidad que comienza con la modernización del País y con proyectos como Operación Manos a la Obra, que propició la construcción de carreteras, la compra de autos y la creación de servicios de agua potable y electricidad.
“Cuando tú hablas de regionalización tú no debes ya hablar de estructuras, de hospitales y facilidades y esto lo aprendí de nuestros estudiantes que… ¿por dónde se mueven ahora? Por las redes sociales, es decir, tú no vas de un sitio a otro en un carro necesariamente, tú vas por Facebook. Tú entras a Facebook y sabes que hay una banda que se llama Campo Formio que va a tocar en Aguadilla, pero ya también sé que habrá una clínica de detección de VIH en Utuado y esa información corre en cinco minutos”, observó el catedrático.
Ramírez mencionó que crear una lista de donantes de órganos puede tomar años, pero el año pasado se creó una aplicación de Facebook, promovida por la organización Donate Life América, que en solo dos horas tenía a 125,000 personas proponiéndose como donantes.
“O sea, Facebook, con todos los problemas que puede crear y que me crea a mí filosóficamente, es un vehículo de comunicación que facilita exponencialmente la comunicación”.
Así que para Ramírez, cuando empiezas a hablar de regionalización, realmente empiezas a crear un modelo virtualizado. “Ese debe ser uno de los enfoques en cualquier programa de reforma del sistema de salud de Puerto Rico”, opinó.
La administración e intercambio electrónico sobre asuntos de salud ya está en camino y se ha comenzado en algunas áreas, como en los Centros de Salud Primaria 330 que existen en varias comunidades del País. Pero no se trata solo de crear un expediente electrónico y un sistema virtualizado.
“Debe converger el modelo de educación y el modelo de activismo comunitario y que todas esas fuerzas puedan participar de decidir que para nosotros salud es esto. Y en función de eso tú creas una oferta de servicio, no al revés, yo creo que es prepotente tú decir yo sé lo que tú necesitas y te lo voy a dar. Todo el mundo sabe lo que le pasa, pero no todo el mundo lo sabe decir. Y para eso tú tienes trabajadores sociales, educadores en salud y trabajadores de salud mental que van a leer las cosas”, concluyó Ramírez.