Cruzar los dedos cuando se espera que algo positivo ocurra. Colocar una patita de conejo en el llavero de la casa. Lanzarse doce veces de espaldas en el mar bajo el oscuro cielo de la Noche de San Juan. ¿Quién no ha recurrido —intencional o accidentalmente— a estos ritos de la buena suerte?
A pesar de que muchos aseguran que no existe tal cosa como la suerte, siempre esta quien inconscientemente implora “ojalá” con los dedos cruzados o quien toca madera para evitar algo negativo.
Según la astróloga y sicóloga clínica Veroshk Williams, la suerte depende de cómo la persona la defina. Aseguró que, dentro de la cultura puertorriqueña, se concibe como algo cuya causa es difícil de precisar, pero su efecto siempre es positivo para quien la anhela.
“Desde la astrología trabajamos la suerte de una forma diferente. A través de la carta astral (diagrama de los planetas y otros factores que concurren en el nacimiento de una persona) hay una cosa que se llama la rueda de la fortuna y ese es el norte de nosotros los astrólogos para definir en qué área de la vida la persona es más afortunada”, aclaró.
Para Williams, no hay nada más poderoso que la mente. “Nosotros tenemos la capacidad de atraer la suerte a través de la mente, pero dudamos mucho de ella y recurrimos a los amuletos porque son visuales, son concretos. Digamos que los amuletos son como un recordatorio de que nos debe ir bien en tal cosa”, mencionó.
Existen una amplia gama de objetos utilizados para atraer la buena suerte. Williams acostumbra a fomentar el uso de diversos elementos de la naturaleza como amuletos porque tienen conexiones naturales con el fluir del universo. Puntualizó que existe una simbología detrás de ellos, es decir, el deseo de la persona debe estar relacionado a lo que representa el amuleto.
Para que los amuletos y los pensamientos fluyan correctamente, la astróloga recomienda relajación previa. “Si se siente muy cargado, utilice sal, es el elemento por excelencia para alejar las malas vibras”, aseguró.
Williams enlistó algunos de los amuletos de la suerte más comúnes y su significado:
1. Figuras de elefantes – Las personas que tienen negocios las utilizan para que sus empleados sean leales.
2. Metales – La plata, que representa el agua, sirve para que las cosas fluyan a favor de la persona. El oro, que representa el fuego, sirve para que las cosas se desarrollen o se disipen rápido.
3. Figuras de pirámides – Todo lo que la persona quiere materializar llega a ella a través de la parte superior de la pirámide.
4. Cajitas de espejos – Dentro de ellas se colocan las intenciones económicas. Las personas acostumbran a escoger un cheque en blanco, escribir el salario que desean ese año, firmarlo, envolverlo y amarrarlo con una cinta roja, que es el color de la manifestación. Luego lo colocan dentro de la caja de espejos junto con dinero o monedas, lo que les brindará abundancia.
5. Cuarzos – Williams asegura que hay tres colores de cuarzos que no pueden faltar. El rosa, que significa amor; el transparente, que significa la conexión con el todo para que las cosas fluyan en orden divino; y el violeta, que se utiliza para transformar las malas energías u obstáculos.
6. Los caballos – Representan movimiento o la capacidad de tener movimiento.
7. Las plantas – Williams recomienda utilizar plantas como uno de los amuletos más sencillos para atraer la suerte.
8. Las tortugas – Son amuletos que simbolizan la idea de “a paso lento, pero seguro”, además de que simbolizan sabiduría.
9. Para atraer la salud recomienda el color verde. Por ejemplo, se puede tomar agua de cuarzo verde, esto se hace colocando un cuarzo verde de superficie lisa dentro de una vasija con agua potable.
10. Espadas o cuchillas – La espada usualmente está hecha de metal, que tienen la facultad conectarse con el flujo natural de los elementos.
La fe y la intención como base de la suerte
A pesar de la variedad de amuletos y productos que existen para la buena suerte, Mayra Burgos, propietaria de la Botánica Buena Suerte en San Juan, dijo que para que funcionen la persona tiene que tener fe, esto es, la creencia en algo sin la necesidad de haberlo confirmado por las experiencias o por la ciencia.
“Todo lo que hay aquí es fe. Tú tienes que tener fe para lograr lo que tú quieres”, aclaró.
Burgos indicó que lo más que buscan sus clientes son velas para santos para la realización de milagros o para la asistencia divina en situaciones específicas.
Entre los amuletos de la buena suerte que más se venden están las manos de azabache, que se utilizan para evitar el mal de ojo; la cruz de Caravaca, que sirve para protegerse de todo tipo de males; y los corales, que son piedras rojas que se venden solas o junto con las manitas de azabache y se utilizan para evitar la envidia.
Burgos, quien creció en el espiritismo, creencia que supone que se puede invocar los espíritus de los muertos para comunicarse con ellos, aseguró que a su botánica va todo tipo de consumidor: profesionales, universitarios y personas de bajos recursos.
El público que visita a Williams no suele comprar en botánicas, ya que estos establecimientos se enfocan en diferentes religiones y las consultas que ofrece no se basan en ninguna creencia religiosa. Al contrario, la astróloga y psicóloga clínica asegura que cualquier objeto puede ser un amuleto, siempre y cuando se tenga una intención.
“Tú lo puedes ajustar a cualquier religión: si lo quieres hacer desde lo religioso, en vez de la espada te compras la cruz. Es lo que te haga más feliz y no sea en contra de tus principios, porque si es en contra de tus principios, no te va a traer suerte”, mencionó.
Por último, Williams dijo que, a más amuletos con diferentes intenciones, más efectivos serán, en comparación con un solo amuleto para la suerte general. Pero insistió: “si no hay una intención, no hay amuleto”.