Un miércoles a eso de las 4:30 p.m. y al ritmo de la salsa caribeña, Vidal Carrión Banuchi limpiaba las huellas de lo que fue un día de trabajo en su local de empanadillas en la Avenida Juan Ponce de León, en medio del casco urbano de Río Piedras.
De lunes a viernes desde las 8:00 de la mañana a las 4:00 de la tarde y los sábados de 9:00 a.m. a 3:00 p.m., Carrión Vanuchi junto a Irene Charrón Mercado tienen la encomienda de mantener viva el área menos concurrida de Río Piedras. Esto lo hacen con sus exóticas empanadillas Gostosos.
Aunque los egresados de la Universidad de Puerto Rico (UPR) vendían empanadillas de conejo desde hace mucho tiempo, no fue hasta el 2013 que formalizaron su marca. Dieron el gran salto cuando decidieron participar de un programa entre la UPR y el municipio de San Juan que buscaba auspiciar negocios en el casco de Río Piedras, con el propósito de rehabilitar el área.
Carrión Banuchi, quien estudió Economía en la “IUPI”, explicó que la competencia recibió 300 solicitudes y la suya fue seleccionada entre las primeras tres.
“Las condiciones del programa era que te establecieras en el casco urbano para darle vida, para que hubiesen más negocios y así es como me quedo en Río Piedras. Realmente yo quería un espacio de 800 pies cuadrados, pero terminé con uno de tres mil y pico pies cuadrados. En aquel momento yo decía ‘qué rayos hago con esto’”, recordó.
Los pequeños comerciantes abrieron el local antes de lograr tenerlo como ellos lo visualizaban. Comenzaron a vender empanadillas a través de una pequeña ventana que daba hacia la carretera que cruza Río Piedras. Esto permitió que las personas que caminaban por el área conocieran su propuesta gastronómica y se aventuraran a probarlos.
Cocinaban en el interior del local mientras al mismo tiempo vendían su producto a través de esa ventana. Curiosamente, narró Carrión Banuchi, les costo mucho lograr que las personas dejaran de pedir a través de la ventana, sino que entraran, se sentaran y pidieran como en un restaurante tradicional.
“Cuando yo puse el aire acondicionado estuve como cinco meses peleando con la gente para que entrara. Yo no lo podía creer. Yo decía, ‘entren que por fin les puse aire’ y la gente no quería. Les gustaba que las puertas estuvieran abiertas, ahí sabían que eran bienvenidos”, mencionó.
El también autor de muchas de las recetas de Gostosos sostuvo que su público principal son los estudiantes del recinto riopedrense y las personas que visitan el CESCO y la oficina de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) de Río Piedras. Sin embargo, confesó que por la ubicación del establecimiento es difícil llegar a todos los estudiantes.
Para Carrión Banuchi, cumplir con la encomienda de atraer personas a Río Piedras es un riesgo que los nuevos comerciantes tienen que estar dispuestos a correr, pero a la misma vez insistió en que el Municipio de San Juan puede aportar a la causa si optan por mudar oficinas gubernamentales a establecimientos aledaños al suyo.
“Es muy egoísta pedirle al gobierno que le dé prioridad a Río Piedras, pero es que es la única forma que Río Piedras puede subir. Hato Rey tiene su gente, tiene su oficinas y sus cosas. Río Piedras no tiene nada”, opinó.
A pesar de que muchos propietarios y pequeños comerciantes que han operado locales toda su vida en Río Piedras culpan a la crisis económica del descenso en sus ventas, Carrión Banuchi no se ubica en la misma posición que ellos.
“Cuando nosotros llegamos a Río Piedras, Río Piedras ya estaba en crisis. Lo más que podía hacer era ahuyentarnos de aquí, pero no podía ser porque ya teníamos un contrato. Entonces nos atrevimos y entramos. Ha sido cuesta arriba, pero no hemos vivido años boyantes como otra gente que tiene años en Río Piedras y de momento se encuentran con esto y prefieren cerrar porque saben lo que es estar bien, pero como yo no lo conocí nunca, pues para mí no, para mí ha ido creciendo”, sentenció.
Sabores exóticos hechos con productos locales
Una de las cualidades que resalta el sabor de las empanadillas Gostosos es que son confeccionadas con productos locales. Su menú incluye empanadillas de pollo, carne molida, pizza, conejo, pulpo, bacalao, dorado, espinaca con tres quesos, carne guisada, brócoli con queso, manzana caramelizada y guayaba con queso. Asimismo, cuenta con jugos 100 por ciento naturales, batidas, frappes, piñas coladas, cervezas y sopas o cremas de diversas viandas.
“Todo lo hacemos aquí, menos la cerveza”, comentó entre risas. “Tenemos una finca también que traemos cosas de allá y lo que no tenemos lo compramos en la plaza del mercado. Producimos calabaza, china, limoncillo y los conejos, por supuesto”.
Celebran la cultura
Además de ser un lugar ideal para disfrutar sabores tradicionales de Puerto Rico, el local también funciona como el espacio perfecto para exhibiciones artísticas.
“La parte de Irene es la artística. A nosotros nos gustan los colores bien llamativos, pero por dentro del negocio las paredes son blancas como galería brindándole el espacio a artistas o fotógrafos”, explicó Carrión Banuchi.
Charrón Mercado completó un bachillerato en Historia del Arte y Fotografía y una maestría en Gestión Cultural, por tal razón, quiso fusionar sus pasiones en un mismo lugar.
Todos los últimos jueves del mes Gostosos tiene horario extendido. Se mantiene abierto hasta pasada la medianoche y se convierte en escenario para presentaciones de libros, de fotografía o pintura, de bomba o música acústica.
Aunque Carrión Banuchi reconoció que la situación en Río Piedras no es alentadora para los comerciantes, confesó sentirse satisfecho con el logro de su marca. “Me siento contento, yo he tenido progreso. Yo pensaba que era bien rápido, pero siento que lo he realizado”.
“A veces no pueden creer que para vender unas empanadillas tenga un negocio bonito. Pero casi todo es como a mí me gustaba. Como yo lo quería, como lo imaginé. Además, son unas buenas empanadillas y no se iban a vender en una vitrina fea”, dijo entre risas.
Más allá de las altas y bajas de la industria de comida, Carrión Banuchi admitió que una de las cosas que más disfruta de liderar un negocio es la independencia y la libertad que le brinda. Asimismo, aseguró que lo más que lo desmotiva es “la burocracia gubernamental”.
“Es demasiado. Todos los años tienes que ir a resolver que si salud, que si bomberos, permisos para vender bebidas alcohólicas. En total son 15 certificaciones. El gobierno puede resolver todo eso, esa información digital que se envíe entre agencias”, puntualizó.
A pesar de la desmotivación que todo ese papeleo le puede llegar a sentir, el propietario reconoció que vale la pena porque el feedback de la gente ha sido muy bueno. “Están contentos, la gente necesitaba esto”, dijo. Asimismo admitió que aunque todavía no sabe explicar la diferencia entre un pastelillo, una empanada y una empanadilla, está convencido que sus productos Gostosos satisfacen las tres definiciones.