Este mes fue el cuarto aniversario de la llegada del Hayián a Filipinas, el súper tifón, el más fuerte que hayan visto en ese país asiático y que causó estragos al tocar tierra.
Pero es un caso de los tantos que se dan en el mundo, que sufre el impacto de distintos eventos climáticos y cada vez más frecuentes.
Este año hubo inundaciones en Bangladesh, India, Nepal, Vietnam y Estados Unidos, y sequías en Somalia; además de los huracanes Harvey, Irma y María en el Caribe y Estados Unidos y, en la segunda semana de este mismo mes, la tormenta Herwart en Alemania, República Checa y Polonia.
Los gobiernos deben cumplir su compromiso y actuar para frenar el cambio climático en todos los frentes, aun cuando siguen redoblando esfuerzos en la reducción del riesgo de desastres y la mitigación.
Los Estados deben atender las pérdidas y los daños asociados a los impactos del cambio climático, relacionados no solo con eventos climáticos extremos o su rápido desenlace, pero también con los que comienzan lentamente. Estos son más silenciosos, pero también ponen en riesgo la vida, el sustento y los ecosistemas.
Entre ellos se destaca “el aumento del nivel del mar y de las temperaturas, la acidificación de los océanos, el retiro de los glaciares y sus consecuencias, la salinización, la degradación de tierras forestal y de labranza, la pérdida de biodiversidad y la desertificación”, como definen los acuerdos suscritos en el balneario mexicano de Cancún en 2010.
La conferencia de este año es la primera organizada por una nación insular del Pacífico, Fiyi, que ya sufre el aumento del nivel y fue el primer país en ratificar el Acuerdo de París, en 2005.
Pero distintas investigaciones de nuestros centros de estudio, el Instituto para el Clima y Ciudades Sostenibles y el Instituto de Desarrollo Alemán/Deutsches Institut für Entwicklungspolitik, muestran las inmensas brechas en los esfuerzos de investigación en Filipinas y otros países en desarrollo, que son los que más sufren el impacto del cambio climático.
La mayoría de las investigaciones publicadas sobre los eventos de comienzo lento fueron realizadas y se concentran en América del Norte, Europa y Australasia.
En Asia, solo un puñado de países como Japón, China, India y Malasia realizaron investigaciones exhaustivas al respecto que incluyeron factores desconcertantes.
En Filipinas, los estudios de tres universidades estatales muestran que la literatura disponible en materia de cambio climático en sus regiones y provincias deja mucho espacio para mejorar.
La falta de datos refleja la muerte de las inversiones en la investigación y el trabajo de desarrollo de las universidades y facultades.
Varios factores desconcertantes como el cambio de uso de la tierra y la sobreexplotación de los recursos naturales también dificultan la atribución de muchas de las conclusiones locales al cambio climático.
Además, la mayoría de las investigaciones sobre los eventos de comienzo lento en el mundo fueron realizadas por científicos físicos, con pocos aportes de las ciencias sociales.
En el caso de estudios locales en Filipinas, la estimación de las percepciones de los sectores marginados sobre desastres, cuanto menos sobre cambio climático, casi no se ve.
A escala nacional, las políticas deben reflejar mejor las realidades en el terreno, con la ayuda investigaciones sólidas, tanto de las ciencias naturales como sociales.
Los investigadores y funcionarios de desarrollo y extensión de las instituciones académicas y locales necesitan fondos y capacitación para que, a su vez, puedan ayudar a sus comunidades a mejorar sus planes climáticos y de desarrollo, y acceder a las oportunidades de respuesta apropiadas.
Además, para hacer frente de forma holística al riesgo del inicio lento de eventos, otros efectos adversos del cambio climático, los gobiernos deben desarrollar no solo políticas, sino vías para conseguir fondos para el clima para mejorar el alcance de las iniciativas respaldadas por la ciencia y encabezada a escala local, en particular.
La conferencia climática de Bonn, que se extiende del 6 al 17 de este mes en esa ciudad alemana, debe ofrecer respuestas en materia de pérdidas y daños, de adaptación y de fondos frente a la creciente urgencia de acciones climáticas.
El Mecanismo Internacional de Varsovia para Pérdidas y Daños, creado dos semanas después del paso de Hayián por Filipinas, debe concentrarse en la cuestión de fondos. Al margen, las instituciones financieras y otros actores, también deben ayudar a crear otras medidas para gestionar los riesgos de eventos de comienzo lento.
Los países también deben redoblar sus planes de acción climática para no superar el aumento de 1.5 grados centígrados fijado por el Acuerdo de París.
Los más vulnerables deben tener la oportunidad de luchar para sobrevivir y prosperar en el marco de eventos climáticos extremos y sus consecuencias debilitantes.