La pérdida de tierras fértiles, de mucha infraestructura agrícola y la motivación de algunos agricultores para seguir cultivando sus fincas tras la devastación que dejó a su paso el huracán María colocan a la Isla en un preocupante retroceso en términos de seguridad alimentaria, según declaró a Diálogo la experta Myrna Comas Pagán.
“Se perdieron tierras que son la base de la producción agrícola. Se perdió la motivación de muchos agricultores quienes no cuentan con los recursos para restablecer sus empresas o el ánimo para continuar adelante. La pérdida en infraestructura es inmensa”, detalló a Diálogo Comas, quien labora desde hace varios años en la Facultad de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.
Comas indicó que a tres semanas del paso de María por la Isla aún hay terrenos agrícolas que continúan inundados debido a las lluvias que se han prolongado desde entonces. “Tenemos fincas cuyos suelos fértiles desaparecieron por los derrumbes”. En palabras de un soldado que sobrevoló el País luego del huracán es como si las montañas se hubiesen derretido, agregó.
“Esto es un retroceso a nuestra seguridad alimentaria”, lamentó la experta en una entrevista mediante correo electrónico, debido a la intermitencia en la señal de los servicios de telefonía en la Isla.
Las pérdidas
Comas informó que estima que las pérdidas por producción agrícola ascienden a $227.913 millones. Aclaró que esta cifra solo toma en cuenta las pérdidas estimadas por producción agrícola para el año fiscal 2017-2018.
Especificó que el estimado es prospectivo, cubre todo lo que dejaría de producirse durante ese periodo debido al daño que ocasionó el temporal y no solo las pérdidas inmediatas. También resaltó que esa cifra “está sujeta a la recuperación por parte de los agricultores”.
Explicó, además, que en el estimado falta cuantificar las pérdidas que hubo en infraestructura agrícola, en las que muchos agricultores han invertido cientos de miles de dólares en almacenes, sistema de riego, caminos, cercas y vaquerías, por ejemplo. Señaló que al sumar ambas partidas las pérdidas en la agricultura podrían ascender a miles de millones de dólares.
Señaló que en términos de las empresas agrícolas mas afectadas están los plátanos y guineos que podrían comenzar a generar productos en unos 10 meses dependiendo de cuándo restablezcan siembras los agricultores.
Resaltó que en cuanto al café las plantaciones fueron seriamente afectadas y recuperarlas dependerá de la motivación de los agricultores y de la disponibilidad de semilla y mano de obra. “Esta empresa tomaría mas de cuatro años para restablecer siembras y comenzar a producir”, observó.
“En cuanto a las tierras agrícolas tenemos que a tres semanas del paso del huracán algunas continúan inundadas por las lluvias que se han prolongado desde entonces. Si evaluamos la montaña tenemos fincas cuyos suelos fértiles desaparecieron por los derrumbes, como expresara un soldado que sobrevolaba el centro de la Isla tal parece que las montañas se derritieron”, añadió la exsecretaria del Departamento de Agricultura (DA).
Inventario de daños
Industria Lechera – $36.028 millones – Basado en la merma en producción por el stress en los animales y las vacas que murieron debido al huracán.
Industria avícola – $28.986 millones – Basado en la muerte de aves.
Café – $14.885 millones – Cuando el huracán llegó la Isla estaba en el pico de producción de café y solo se ha logrado cosechar menos del 20% de la cosecha esperada.
Plátanos – $54.326 millones – Basado en la pérdida de plantaciones y el periodo de recuperación de estas.
Guineos – $21.783 millones –Basado en la pérdida de plantaciones y su periodo de recuperación.
Otros farináceos – $5.746 millones – Basado en la pérdida de plantaciones.
Frutales – $13.156 millones – Pérdidas principalmente de árboles tales como aguacate, china y mangó y plantaciones de papaya
Hortalizas – $23.000 millones – Pérdida de siembras y atraso en siembras por falta de energía eléctrica para correr sistemas de riego
Otros – $20.000 millones – En este renglón se incluyen pérdidas en semilleras, apiarios entre otros. También se incluyen pescados y mariscos ya que los pescadores no han podido salir al mar porque perdieron botes y arneses de pesca, sus villas pesqueras o las condiciones del mar no son favorables.
Comas agregó que en términos de infraestructura se generaron serios daños en los caminos que dan acceso a las fincas, los umbráculos de hidropónicos y de ambiente controlado, los sistemas de riego, las vaquerías, los beneficiados de café y otros. “También se perdieron siembras de largo plazo como café, aguacate y chinas y pérdidas en animales”, anotó.
En el olvido el Plan de Seguridad Alimentaria gubernamental
Durante su gestión en el DA, Comas había impulsado que la Isla contara con un plan de Seguridad Alimentaria a fin de garantizar que el País contara con suficientes abastos de comida ante la posibilidad de una insuficiencia en la producción agrícola en el mundo debido a eventos climáticos extremos y otros factores que están amenazando la agricultura en el Planeta.
Comas denunció que la administración gubernamental actual no le ha dado seguimiento a esta iniciativa.
“Una vez finalizadas nuestras funciones como Secretaria de Agricultura la administración entrante no le dio continuidad al Plan de Seguridad Alimentaria por considerarlo un asunto político”, lamentó.
La catedrática del Departamento de Economía Agrícola expresó que su mayor preocupación son los agricultores, a quienes considera como el motor que mueve la seguridad alimentaria. “Su trabajo es arduo, retante, riesgoso y costoso”, observó.
“Los agricultores han trabajado duro por muchos años, han invertido mucho dinero, algunos tienen deudas altas y tras el paso del huracán han visto cómo su esfuerzo se perdió. Algunos hablan de retirarse”, manifestó.
Asimismo, indicó que muchos obreros agrícolas, ante la falta de empleo, están emigrando a Estados Unidos y que ante los estragos que causó el temporal en sus fincas muchos agricultores se han visto en la obligación de cesantear trabajadores diestros con la preocupación de que cuando los vuelvan a necesitar ya estos no estén disponibles.
Comas instó al gobierno a darle prioridad a la agricultura e identificar los recursos necesarios para levantar esta industria. “Las agencias de gobierno a nivel estatal y federal deben dar prioridad de inmediato al pago de incentivos previamente aprobados”, sugirió.
Por último hizo hincapié en que la seguridad alimentaria no es algo político.
“La seguridad alimentaria es un asunto de seguridad nacional por lo que se deben trabajar planes de seguridad alimentaria que incluyan incentivos en la producción agrícola y al procesamiento de estos para alargar la vida útil de los productos”, exhortó.
“Se debe trabajar en coordinación con la cadena de suministros de alimentos para garantizar un abasto continuo. La cadena de suministros se debe trabajar como un sistema no como componentes aislados entre los que no hay coordinación”, puntualizó.