Con el objetivo de orientar a la comunidad universitaria sobre la búsqueda de la vacuna para prevenir el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), el equipo de trabajo de la Universidad de Puerto Rico (UPR) que trabaja con esta investigación, ofreció el miércoles una conferencia en el Anfiteatro 142 de la Facultad de Ciencias Naturales.
Luego de haber hecho público hace un mes el anuncio de que Puerto Rico sería un pilar en la pelea contra el VIH, el investigador principal José Lasalde admitió que esa conferencia de prensa le dejó un sabor amargo. "La prensa mostró cierto grado de incredulidad a la capacidad que nosotros tenemos de sacar este proyecto… Por eso yo creo que es tan importante, porque puede reivindicar no solo a la Universidad sino al País", compartió.
El proyecto investigativo se originó el verano pasado con una llamada de la Casa Blanca estadounidense al presidente interino de la Universidad de Puerto Rico, en ese entonces, el doctor Lasalde. El asunto del VIH se estaba volviendo epidémico en "lugares de minoría" de Estados Unidos, y renacía con agresividad principalmente en comunidades hispanas y afroamericanas.
Luego de crear un consorcio entre la UPR y la industria privada, el proyecto, que se trabajará principalmente desde el Edificio de Ciencias de Investigación Molecular, recibió $1.1 millones del Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) y $365 mil del Fideocomiso de Ciencias, Tecnología e Investigación de Puerto Rico para comprar equipo. “Un proyecto de esta envergadura no se da en el vacío. Lo evaluó una alta jerarquía”, sostuvo Lasalde, ahora vicepresidente de Investigación y Tecnología de la UPR.
¿Cómo trazar la ruta contra el VIH?
El VIH causa daño a las células del sistema inmunológico, y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) representa las etapas más avanzadas de la infección, a partir de esa destrucción progresiva del sistema. De los 90 intentos de vacunas que han existido, ninguno ha encontrado la solución preventiva a la enfermedad que germinó con ímpetu en la década de 1980.
El profesor de bioquímica del Recinto de Ciencias Médicas, Abel Baerga, enfatizó que buscar una estrategia profiláctica para detener el VIH es un reto. Una de las razones es que el virus “comete muchos errores”, y se pueden encontrar diversas variaciones dentro de una persona infectada, por lo que es muy difícil marcarlo, explicó.
Para ello se remiten al proceso de infección del VIH, cuando una proteína del virus interactúa con receptores de la célula del sistema inmunológico, hasta fusionarse, generando cambios conformacionales que completan la infección. “Si podemos detener el cambio conformacional, podemos detener la infección”, explicó Baerga.
Un paciente de Tanzania ha hecho renacer la esperanza de hallar la vacuna al desarrollar un anticuerpo neutralizante que logró controlar el virus. La NIH logró rescatar esa célula que ahora está siendo investigada por el grupo de trabajo de Puerto Rico.
En este nuevo proyecto, se busca que la proteína descubierta conlleve a una vacuna que genere anticuerpos neutralizantes que se interpongan en esa interacción entre las células del sistema inmunológico y el virus, atacando a la proteína del virus. "Si la proteína [descubierta en el paciente de Tanzania] se hace inyectable, Puerto Rico podrá manufacturar la vacuna", afirmó Lasalde.
Reconceptualización de la investigación y la industria
En este proyecto científico, existe una interacción más cercana entre la investigación y la producción. "Se está reevaluando cómo se producen vacunas. Por mucho tiempo imperó la costumbre de entregarle la manufactura a empresas que tuvieran experiencia con la producción de compuestos biológicos", explicó Baerga.
La relación entre la Universidad y la industria privada ha cambiado el paradigma de la investigación. Fue así que se unió CDI Labs de Mayagüez, una empresa puertorriqueña creada en el 2007 para el desarrollo de la biotecnología en el País y liderada por Ignacio Pino.
El desarrollo de la vacuna, que se podría extender entre cinco y siete años, requiere de una primera fase de investigación molecular para identificar las colonias que mejor expresan la proteína y producirla a pequeña escala como material clínico para las pruebas formales, de lo cual se está encargando el CDI.
Entre los retos que están enfrentando, Pino destacó que los cultivos celulares se producen en muy bajas concentraciones, y no se está generando la cantidad suficiente de proteína para hacer las pruebas, además del reto de la composición y variabilidad de las células infectadas.
El resto del equipo de trabajo lo componen el experto en caracterización de proteínas Manuel Delgado y los analistas Pearl Akamine y José González. Más adelante, contemplan crear una junta asesora con la participación de diversos sectores, que involucrará al Premio Nobel Françoise Barré-Sinoussi.
De lograr el resultado, mientras que la UPR se encargaría de analizar la calidad de las vacunas, las labores del CDI incluirían la implantación de nuevos métodos de producir vacunas, aumentar la producción y exportarla al mundo, brindándole a Puerto Rico un modelo de desarrollo económico con los derechos de licenciamiento y comercialización, destacó Lasalde. “Es un proyecto que sirve para enseñarnos a los puertorriqueños a pensar [y] salir del atolladero intelectual”, resaltó.
La conferencia fue organizada por el Consejo General de Estudiantes, el Consejo de Estudiantes de Ciencias Naturales, la American Medical Student Association y la American Society for Biochemistry and Molecular Biology, con el fin de involucrar al estudiantado en las investigaciones que se desarrollan en la UPR.