Aunque algunos estudiantes y profesores de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Cayey entrevistados por Diálogo, favorecieron mantenerse en lucha para evitar el recorte propuesto de $450 millones al primer centro docente del país, se mostraron en contra de los paros y huelgas para conseguirlo.
Una de las personas que dejó claro su posición sobre el cierre de portones fue la profesora del Departamento Ciencias Sociales de la UPR en Cayey, Irmannette Torres Lugo, quien consideró que se debe buscar alternativas a las protestas y manifestaciones de modo que no se interrumpan las clases.
“Yo creo en que la actividad académica continúe y creo que se debe buscar medidas alternas de protesta y manifestación”, dijo Torres Lugo tras comentar que en el pasado fue parte del comité evaluador de esa institución para la acreditación por parte de Middle State Commission on Higher Education (MSCHE).
“Soy partidaria de la lucha y asumiría una postura un poco distinta porque he trabajado con la acreditación (MSCHE) en el pasado y uno sabe lo que está en juego. Ciertamente, monitorean si están en cierre los portones y cómo se va a establecer el calendario académico”, dejó saber Torres Lugo.
No obstante, aclaró que tan pronto ocurren interrupciones en la universidad, todas las unidades van realizando los arreglos pertinentes para reponer los cursos y días perdidos.
Sobre los posibles recortes, la profesora de Ciencias Sociales opinó que “la universidad, ciertamente, no ha sido muy estricta y prudente en la confección del presupuesto y su manejo. Hemos tenido faltas administrativas. La lucha habría que dirigirla directamente hacia la Administración Central”, enfatizó.
Agregó que la administración debe permitir más oportunidad de participación [refiriéndose a la toma de decisiones sobre el plan fiscal de la UPR] al estudiantado y al personal docente. Asimismo, consideró que “en estos momentos tenemos un problema bien grande en la administración universitaria, especialmente, cuando uno mira los planes [que propone la institución para mitigar el impacto de los recortes como la propuesta: ‘Mapa de oferta académica pensando en la UPR geográficamente’]. No representan la calidad ni la labor que realiza la facultad”, aseguró.
“No estamos luchando por pasiones, si no con conocimiento. Así se hace universidad”, añadió la profesora.
Por otro lado, Gerrarys Adorno Natal, estudiante de psicología general de esa misma unidad, tampoco apoya al cese de clases. Entiende que la lucha debe movilizarse a foros públicos como centros comerciales para promover una consciencia colectiva de la importancia de la UPR y luchar desde plataformas como las redes sociales.
“No estoy de acuerdo en cerrar ningún recinto. Sino mantenernos estudiando. Es una manera de demostrarle al gobierno de que sí tenemos el deseo de estudiar. Encuentro que podemos llevar la lucha a través de los estudios. Nosotros podemos demostrarle que la universidad es esencial”, dijo la joven quien cursa su quinto año de estudios.
Adorno Natal rechazó los posibles recortes a la universidad, pues entiende que se necesitan esos fondos para “mejorar la calidad de educación, compra de materiales, cursos y profesores. Si nos quitan departamento, clases y nos sacan profesores eso nos afecta a nosotros. Nos veremos afectados porque los profesores no van a dar abasto”, enfatizó.
Pero no todos concurren con esta posición. El director del Departamento de Ciencias Sociales, Ángel Rodríguez difirió de ambos entrevistados. El profesor universitario avala la decisión que tomen los estudiantes sobre paros o huelgas. Además, recalcó que “de alguna manera hay que ejercer presión”. Opinó que los cierres de la universidad por paros o huelgas “son salvables”, coincidiendo con su colega sobre las implicaciones que tiene este mecanismo de lucha sobre la acreditación de las universidades.