
Cual si hubiesen anunciado vientos huracanados, el proclamado centro comercial más grande del Caribe, Plaza las Américas, despertó cerrado. Tormenteras protegían sus puertas y ventanas en espera de lo que anunciaba ser el Paro Nacional más grande que ha visto la Isla en años. Allí una masa de indignación se conglomeraría en protesta por los miles de despidos de empleados públicos llevados a cabo por la administración del gobernador Luis Fortuño, que se harán efectivos el próximo 6 de noviembre. Durante la manifestación que se aglomeraba frente al “centro de todo”, se encontraban operando varios negocios o “mini chinchorros” que le vendían a los manifestantes tripletas, pinchos, agua y frutas aprovechando el tumulto de gente para hacer sus chavitos del día con baratillos como agua a: “2 por un $1.” Hasta los empleados del Taco Maker de la Avenida Roosevelt se lanzaron a las calles bajo el flamante sol con sus carritos y un cartel que leía: “Burritos, sólo tres pesitos” para saciar el hambre de los allí presentes. Aunque no ha sido cesanteado, el ciudadano Jesús Albino ha venido desde Mayagüez para apoyar a los manifestantes y expresó a Diálogo Digital que “nunca había visto una manifestación tan grande y tan organizada como ésta, donde el pueblo se ha unido por una misma causa”. “Ahora va a depender de si el ‘perro’ de Fortuño es bravo o manso, y decide derogar la Ley 7”, añadió Albino. Por su parte, el Superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, se encontraba rondando el área desde el aire en un helicóptero azul, amarillo y blanco. Entre tanto, la creatividad de los manifestantes se dejó entrever en los carteles, camisas y canciones que le dieron color a la manifestación. “!Auxilio! Una terrorista”, leía un cartel con una imagen de Fortuño mirando asustado una gallina poner un huevo. Mientras, otras personas caminaban de un lado a otro con una camisa que llevaba como diseño la carta de cesantía que recibieron casi 30 mil empleados públicos. Otro cartel leía: “Con la Ley 7 somos gusanos en el pico de las águilas y los cuervos”, entre otros cientos que gritaban el sentir del pueblo puertorriqueño. Los mismos, aludían a todos los eventos y frases controversiales que han acontecido en los pasados meses, como las palabras: terroristas y crápulas, y la frase “such is life”. Asimismo, lo que en una época era el machete como símbolo de protesta, en esta generación el huevo parece haberlo sustituido. Tan es así, que los estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas (EAP) elaboraron un cartel de tiro al blanco de ocho pies de alto, el cual contenía una imagen de Fortuño en el centro, rodeado de los rostros de los miembros de su administración. En este, al precio de 2 huevos por un dólar, el pueblo pudo desahogar pacíficamente su enojo lanzando huevos a su legislador favorito, emulando simbólicamente el acto de un “tipo común”. Mientras, los observadores coreaban “Fortuño no tiene huevos”. El dinero recogido con la instalación artística de los “huevos al blanco” tenía el propósito, además, de recaudar fondos para el comité de Resistencia Pro Cultura.
Al lado del cartel había una escultura creada por el puertorriqueño Charles Juhasz, de una ratonera gigante cuyo protagonista era una rata azul con la cara del Gobernador. Los estudiantes de la EAP dijeron presente en la actividad como un símbolo de solidaridad con el País, por lo que estaban identificados con un globo blanco. “Lo que yo esperaba con esta manifestación ya se logró, y es la unión masiva del pueblo puertorriqueño y el cierre del centro comercial más grande del País. Pero, lamentablemente, no confío en el Gobierno y creo que luego de esta gran manifestación, al pueblo no le queda otra cosa más que hacer para lograr la atención del Gobierno”, indicó a Diálogo Digital Rubén Solla, presidente del Consejo de Estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas (EAP), en San Juan. Además, agregó que con la aprobación de la Ley 7 se recortaría el 71% de la nómina y la administración, lo que implicaría un auto cierre. Solla denunció, que esta situación está provocando que el Instituto de Cultura Puertorriqueño (ICP), y por ende, la EAP terminen privatizándose. Por su parte, Luis Pérez, guía del museo Gallería Nacional quien ha sido cesanteado, indicó también a Diálogo Digital que “el Instituto de Cultura Puertorriqueño (ICP) ha sido cerrado, han despedido a más de 150 personas y han dejado inoperantes casi todos los museos de la Isla. Todos los programas que tienen un contacto directo con los ciudadanos no funcionan. Carmen Teresa Ruiz de Fischler (directora del Instituto de Cultura), en seis meses aniquiló la agencia.” Según Pérez, a la Directora se le informó que con un recorte presupuestario como el que tenía la agencia, quedaría inoperante, sin embargo, en reuniones con la Legislatura, Ruiz declaró que podía mantener el Instituto con ese recorte. “Pero cuando se dio cuenta que no podía tuvo que recurrir a despedir a los empleados”, mencionó Pérez. Pasadas las 2:00 de la tarde se anunció en la tarima que el paro había culminado, no obstante algunos manifestantes no estuvieron de acuerdo con el fin de la actividad, por lo que corrieron hacia el Expreso Las Américas a continuar con el cierre automovilístico que habían comenzado desde cerca de las 9 de la mañana. Varios estudiantes de Derecho de la Universidad de Puerto Rico y la Universidad Interamericana se acostaron en el suelo, en ambos lados del expreso para impedir que abrieran el acceso de autos. Consecuentemente, la Unidad de Operaciones Tácticas se movilizó rápidamente frente a los estudiantes acostados en dirección a San Juan, y la Montada de la Uniformada, frente a los manifestantes acostados en dirección a Caguas. A pocos minutos, hubo un encontronazo entre los manifestantes cuando un grupo comenzó a quemar unas gomas en medio de la vía. Mientras el fuego crecía, varias personas criticaban el acto gritando que “esto es una protesta pacífica”. Cabe notar, que el fuego fue contenido rápidamente. Una estudiante de Derecho recogió las gomas mientras pronunciaba con indignación, “esta no es la imagen que Puerto Rico necesita”. Por otro lado, algunos cesanteados y estudiantes enmascarados expresaron a Diálogo Digital que lo que hacía falta para “sacar a Fortuño del poder” era que el paro se extendiera a 15 días, pero si por el contrario se terminaba hoy, ellos (el Gobierno) ganaban como quiera. A preguntas de a qué sector representaban, los mismos respondieron: “a Puerto Rico”. Los manifestantes exigían que se retirara primero la Policía, para luego ellos retirarse. Después de casi dos horas de negociaciones, la mayoría de las personas presentes acordaron en continuar la marcha hacia la Universidad de Puerto Rico, y ambos bandos se retiraron al unísono.
Al caer la noche, la ironía poética del día se asomó en el McDonald’s de la avenida Roosevelt, en donde guardias, manifestantes y periodistas, terminaron comiendo juntos bajo la mirada de un sonriente Ronald McDonald. En esta historia también colaboró el periodista Luis Grande.